Es un camino muy bonito, que al no estar aún "explotado comercialmente" como ocurre con el francés, la gente se vuelca con el peregrino. Es muy solitario, no coincidí con ningún peregrino, la comunión con la naturaleza es total, casi siempre al lado de ríos o en medio de bosques, un paisaje espectacular. Y la arquitectura popular de muchas aldeas y pequeñas iglesias, dignas de admirar, también puedes visitar el castillo de Ponferrada, el de Cornatel y el de Monforte. No hay que olvidar que cruzas la Ribeira Sacra y estás en zona romana primero y templaria después.