De Saint-Jean-Pied-de-Port a Roncesvalles: ¿Se pueden poner puertas al campo?

Por enésima vez llegan noticias preocupantes del Pirineo, más concretamente del paso entre Saint-Jean-Pied-de-Port, en vasco Donibane Garazi, y Roncesvalles, en vasco Orreaga. En esta ocasión han sido los bomberos los que han rescatado a dos peregrinos brasileños, padre e hijo, el pasado 13 de marzo en el refugio de Izandorre, emplazado en la conocida como ruta Napoleón, en el ascenso al collado de Lepoeder. Pese a ir provistos con un buen equipo de montaña, las bajas temperaturas, unidas a la densa niebla, la nieve acumulada y el viento del norte, les habían provocado un principio de hipotermia, aunque por fortuna todo se quedó en un susto. Peor suerte había corrido en la misma zona, meses atrás, el peregrino de Salamanca Juan Francisco Criado, que tras perderse y caer por un barranco apareció muerto en noviembre de 2016.

Ambas noticias nos hacen reflexionar sobre un problema que dista de tener una solución satisfactoria. Podemos resumir lo hechos así:

1. Los peregrinos contemporáneos que eligen el ramal navarro del Camino Francés (del Aragonés, abandonado a su suerte, nada se dice pese a ser Somport un puerto a mayor cota), en los últimos años parten en gran número, en detrimento de Roncesvalles, de Saint-Jean-Pied-de-Port, localidad de la Baja Navarra situada a 154 metros sobre el nivel del mar.

2. La anterior elección implica que la primera jornada se convierte en un duro reto, pues se trata de una larga y exigente etapa de montaña, sobre todo para peregrinos inexpertos en estas lides, de 25 kilómetros y con dos cotas, los collados de Bentartea (1.344 metros) y Lepoeder (1.432 metros), que pueden resultar demoledores si las condiciones son adversas.

3. Para más inri, el paso se las trae por estar la montaña muy próxima al mar, por lo que el tiempo puede mudar con rapidez, resultando habitual que la niebla entre por el valle y suba hasta las cumbres, dificultando enormemente la visibilidad.

4. Pese a que el camino, prescindiendo de la orografía y de las condiciones meteorológicas, está en sus 3/5 partes asfaltado, y a partir de la Cruz Thibault sigue siendo ancho y se encuentra bien balizado, con los preceptivos postes para la nieve, resulta proverbial el despiste de algunos peregrinos, mal informados, que llegan a España con falsas ideas preconcebidas y tópicas, por lo que no están preparados para las contingencias.

5. Las anteriores circunstancias ya han provocado situaciones de peligro en las que se ha hecho necesario un rescate de emergencia, e incluso, como por desgracia ha ocurrido hace poco, el fallecimiento de varios peregrinos.

6. Para resolver esta problemática, a las administraciones competentes no se les ha ocurrido mejor remedio que asustar, pues como decía Michael Foucault, al Estado lo que mejor se le da es vigilar y castigar a sus ciudadanos. Desde hace unos años, y esgrimiendo razones de seguridad, el paso de Bentartea y Lepoeder ha quedado restringido del 1 de noviembre al 1 de marzo del año siguiente, orden que ejecuta la Gendarmería francesa colocando una cadena con aviso en el inicio del puerto, a la salida de Saint-Jean-Pied-de-Port. Durante este período es obligatorio el tránsito por la variante de Luzaide/Valcarlos, siempre próxima a, o coincidente con, la N-135.

7. Para los “temerarios” que pese a la prohibición osan cumplir su sueño de seguir el itinerario clásico, desafiando la prohibición, otra amenaza añadida donde más duele, pues en el caso de que se vean obligados a recurrir a los servicios de emergencia, tendrán que asumir los costes del operativo rescate, en ocasiones muy elevado (que se lo digan a la peregrina alemana Lena Waterfeld, extraviada cerca de Fisterra, a la que la Xunta ha reclamado 4.600 euros). Como es previsible, la onerosa carga disuade, y uno se lo piensa mucho antes de marcar el 112.

Pues bien, la tentativa de poner puertas al campo es evidente que sigue haciendo aguas, ya que la pasión por el Camino suele ser superior, en muchos casos, a la percepción de los riesgos, máxime entre aquellos que desconocen el terreno. Además, la restricción puede chocar con los caprichos del tiempo, pues yo mismo he pasado, hace un par de años, el puerto a finales de octubre con el cielo despejado y 23º, y en cambio lo he hecho en verano con niebla espesa, e incluso en pleno mes de julio con una tormenta de agua-nieve.

La tutela de la administración, siempre a posteriori de las catástrofes, suele responder más a intereses de imagen que a una seria planificación de las necesidades de los peregrinos. Ningún responsable o gobernante quiere cargar con muertes, armamento que utilizará sin denuedo la oposición, ni asumir el coste de que la ruta jacobea pueda verse afectada por la mala prensa.

Por lo tanto, la libertad de las montañas elogiada por la pituitaria de Friedrich Nietzsche, que consideraba como un valor positivo la exigencia de la empresa (“Bendito sea lo que endurece. Este endurecimiento es bueno para los que escalan montañas.”), choca con un proteccionismo circunstancial y paternalista que, curiosamente, ni se aplica en Somport ni en otras muchas rutas de montaña, bastante más peligrosas, en las que, cada año, también perecen senderistas y montañeros.

Tal vez resultaría más sensato y eficaz intensificar la información a través de las guías, internet, redes sociales o asociaciones jacobeas, y, por supuesto, en Saint-Jean-Pied-de-Port, donde a partir del parte meteorológico diario se debería abrir o cerrar el paso, como se hace en las carreteras con puertos de montaña, con criterios técnicos, superando el actual modelo de temporada. Además de mejorar la cobertura de móviles en el trayecto, también sería preciso advertir a los peregrinos que, cuando las condiciones son adversas, conviene que se desplacen en, al menos, pequeños grupos, nunca en solitario. Esto es lo que ya se hacía en el pasado para aminorar los peligros.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
Sofía
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Hola Antón, es un lujo leerte. He encontrado esta relación de los últimos accidentes de Saint Jean pied de port a Roncesvalles, además falta alguno más que vivimos en nuestras propias carnes en época de calor, un peregrino que tuvimos que auxiliar con sobrepeso y sobremochila que estuvo al límite de sus fuerzas, en primavera del 2010. -Mayo de 2015; se rescata a peregrina en Izandorrea que sufre hipotermia. -Mayo de 2015; muere un peregrino estadounidense cerca de Valcarlos. -Abril de 2015; rescatados tres peregrinos y auxiliado un cuarto en Izandorrea. -Marzo de 2015; rescatados tres peregrinos coreanos. -Febrero de 2015; atendidos dos peregrinos por la Guardia Civil en el collado de Bentartea. -Mayo de 2014; aparece en Espinal en buen estado una peregrina extraviada. -Año 2014; fallecen 17 peregrinos haciendo el Camino de Santiago durante todo el año en España. -Marzo 2013; muere peregrino brasileño despeñado cerca de Roncesvalles. -Enero 2013; rescatan a cinco coreanos en Izandorrea. Posteriormente se le cobra el rescate. -Año 2012: muere peregrino estadounidense en Orisson. -Año 2010: peregrino italiano de 31 años muere de golpe de calor en Ibañeta. -Año 2008: peregrino de 60 años muere de infarto en Ibañeta. -Abril de 2007: escocés muere antes de Roncesvalles. -2003; peregrino francés muere cerca de Valcarlos. -Abril de 2002; un peregrino francés de 78 años se pierde y aparece muerto en Ortzantzurieta. -2002; peregrino asiático muere entre Lintzoain y Zubiri. -2001; desaparece Jorge Ferreira cerca de Bentartea y aparece muerto al final del invierno.
Tonio
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No estoy de acuerdo con la prohibicion generalizada, pero si con la prohibicion en dias concretos por motivos de seguridad. Hay que tener en cuenta que los equipos de rescate ponen en peligro sus vidas al salvarnos, si es por accidente no es lo mismo que si es por imprudencia temeraria. Aunque para mi, tan imprudencia es salir un dia de sol de verano sin proteccion, ni agua, etc, como hacer SJpP a Roncesvalles en invierno sin el equipo y la preparacion adecuada.
Miguely
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Lo dicho, mucha irresponsabilidad de las administraciones (en este caso, principalmente la francesa) y mucha temeridad de algunos peregrinos.