Perros y gatos en el Camino de Santiago: amor de libro e historias de cuento

El bum del Camino de Santiago durante los últimos años nos ha facilitado los testimonios de muchos peregrinos en formato libro; un filón, el del Camino, que tampoco desaprovechan las editoriales, tradicionales o de autoedición. Quienes lo hemos recorrido, sin excepción, nos hemos convertido de un modo u otro en protagonistas de nuestra historia, que a todos nos parece única ―lo es― y de la que solemos aprender muchas cosas. Ahora bien, aun siendo todas ellas merecedoras de ser contadas, en la práctica nos cuesta ver que no dejan de ser, todas ellas también, la misma historia humana. Y aunque del Camino el peregrino nunca se cansa, la originalidad de otro punto de vista ―narrativo, se entiende― es de agradecer. 

Con ocasión del próximo Día del Libro, hoy queremos compartir dos títulos (y una guía) que aportan una perspectiva distinta de la experiencia del Camino, ya seamos más bien «perrunos»… o tirando a felinos. Y una confesión: la originalidad narrativa solo es una excusa. Porque estos dos libros, apenas conocidos, son dos pequeñas joyas y una auténtica cura de humanidad, amor y ternura que, en los tiempos que corren, se vuelve maná y refugio.

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El Camino de Santiago, «visto» por perros y gatos (y una guía canina del Camino Francés).
El Camino de Santiago, «visto» por perros y gatos (y una guía canina del Camino Francés).

El primero va de perros. De una perra, mejor dicho, peregrina y con voz propia. Conoceréis probablemente a su «mamá», Sara Escudero, actriz, cómica y presentadora con una nutrida trayectoria en escenarios, televisión y radio. Lo que quizá no sabéis es que Sara también es peregrina y tiene publicado un relato muy especial «a cuatro manos» (a dos manos y dos patas, más bien) con Nala, la golden retriever de su alma con quien perregrinó por primera vez nueve años después de que llegase a su vida, habiendo tenido que posponer desde entonces su anhelado «camino de chicas».

El CaNino de Santiago (Fun Readers, 2021), ilustrado por Pedro Fernández y con prólogo de Roberto Leal, es, en realidad, dos relatos en uno: el del camino de Sarria a Santiago, desde la perspectiva de Nala, y el de la historia de vida de ambas, narrada por Sara. «Dos vidas. Un camino», reza la cubierta: cuatro sencillas palabras que entrañan una lección magistral de amor incondicional con una frescura y un encanto irresistibles, pura belleza humana y animal. Solo tenéis que ver el vídeo de ese primer camino. Palabra de que pocos libros ―«de amor y humor», según la autora― os llegarán igual. No lo podemos recomendar más; por si aún no ha quedado claro, quién mejor para presentarlo que la misma Sara en este post de Facebook para el Día del Libro del año pasado. Por si fuera poco, las fotos en color (y los enlaces a más vídeos) lo convierten en un precioso recuerdo familiar. ¡Os enamorará!

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Sara y Nala, en el CaNino de Santiago (fuente: YouTube).
Sara y Nala, en el CaNino de Santiago (fuente: YouTube).

Por cierto: quienes perregrinéis como Sara estáis de enhorabuena, porque la guía del Camino de Santiago con perro que Mercè Jiménez García (Turismo Canino) autopublicó en 2019 (y presentó en Gronze en este artículo), tras recorrer el Camino Francés con Futt, acaba de lanzarse (en 2023) en una nueva edición de Anaya Touring. En Dog Trip. Camino de Santiago con perro (Camino Francés) encontraréis una completa y detallada guía con los albergues y establecimientos dog-friendly, las etapas «en clave perruna» y consejos y datos de interés para cuidar de vuestro acompañante… ¡y que disfrute también! Sin olvidar sellar la Credencial Canina, de la que Raquel Freiría (gerente de la Asociación Protectora de Animais no Camiño, APACA) habló a Antón Pombo en esta entrevista. Por suerte, peregrinar en compañía canina cada vez es más fácil y se respeta más. Con la guía de Mercè (y la de Gronze), será andar… ¡y ladrar!

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Mercè y Futt, en el Camino Francés (fuente: turismocanino.es).
Mercè y Futt, en el Camino Francés (fuente: turismocanino.es).

Quienes también tienen mucho que contar, en el Camino, el campo o la ciudad, son los adorados ―u odiados― felinos (pues parece que entre humanos y gatos el término medio no existe). Enigmáticos donde los haya, los reyes de la noche y el sigilo han encontrado a un humano ―además, ¡peregrino!― al que confiar sus valiosas palabras, las de las historias ocultas del Camino que solo los gatos, tan observadores, custodian y conocen. Y podemos decir, nos gusten o no los mininos, que estamos de suerte, porque el humano-peregrino en cuestión no solo se ha prestado a atenderlos, sino que además ha sabido interpretar y transmitir sus maullidos con inusitado talento.

Personalmente, he tenido el placer de conocer al afortunado «elegido» por los gatos, Rubén Bravo Prados, e impregnarme de la vitalidad y energía que rezuma por todos los poros este polifacético artista. Lo que me contaron los gatos del Camino (Editorial Círculo Rojo, 2022), con magníficas ilustraciones del autor, es mucho más que una recopilación de fábulas con los michis como protagonistas (pero no solo; a mí también me han conquistado la deslumbrante lucecita de Lucchiano y Laurita, la bella y tímida Lúa y la guapura sin fin, y hasta me pregunto si aquel petirrojo de mi primer camino a Santiago no me estaría animando al verme tan petigrís…).

Este libro es más que un libro principalmente por dos motivos. El primero, porque todo él es un genuino guiño a la esencia del Camino, no se sabe hasta qué punto ―ni falta que hace― producto de una autoficción. Y el segundo, porque Rubén también «dibuja» fantásticamente con la voz y el sonido e incluye enlaces a fragmentos narrados ¡y hasta una canción! En la página web de la obra podéis ver el booktrailer, leer la historia de Caperucita Coja y disfrutar del videoclip de Si olvido sonreír, íntegramente grabado durante los caminos del autor a Santiago y compuesto e interpretado (voz y música) por él. Si os despierta la curiosidad, no dudéis: por una vez, puede que resucite al gato… ¡No os arrepentiréis!

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Rubén Bravo, «confidente» gatuno y peregrino (fuente: Facebook).
Rubén Bravo, «confidente» gatuno y peregrino (fuente: Facebook).

Como decíamos al principio, títulos como estos son un bálsamo para el alma en todos los sentidos. Porque cuesta encontrar libros escritos para los niños que seguimos siendo, y más aún escritos y dibujados por otros «niños» y «niñas» que se muestran como tales sin miedo. Amparados, en cierto modo, en los animales, Sara y Rubén comparten su lado más vulnerable y nos invitan sin pretenderlo a recordar a esas inocentes ―que no ingenuas― criaturas que todos llevamos dentro; esas personitas auténticas que, en el Camino, dejamos que asomen como parte del juego. Con sus alegrías, sus penas y sus pataletas, y ya es eso, porque significa que se sienten vivas y en relación (sana) con el medio: todo lo contrario a lo que, en «la vida real», llevamos tanto tiempo construyendo. Gracias de corazón a ambos por estos valientes y preciosos regalos. La ternura cura… No dejéis de leerlos.

Educadora y editora