Jorge Fernández García: De Gibraltar a Fisterra pasando por Compostela

Los caminos jacobeos son, pero también se hacen, componen, ensamblan, redefinen, pergeñan en función de necesidades y gustos que ya no consisten en llegar lo más directamente posible de casa al santuario. De ahí, sobre todo entre peregrinos veteranos, que surjan nuevas propuestas como la que hoy consideramos, acaso porque nos resultó pintoresco el origen, antaño partida de militares o espías, y recordamos en el primer género, posiblemente también en el segundo, al mayor William Dalrymple, que partió de Gibraltar el 20 de junio de 1774 hasta Galicia, es cierto que más interesado por los astilleros y arsenal de Ferrol que por la catedral de Santiago.

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Jorge Fernández García, de peregrino.
Jorge Fernández García, de peregrino.

Con los rigores del invierno y un objetivo diverso, otro tanto ha hecho Jorge Fernández García, nacido en Vitoria-Gasteiz y residente en Nalda (La Rioja), peregrino impenitente y al final de la ruta barbado, con quien hemos podido departir brevemente en su aproximación a Fisterra.

Nos intriga, desde luego, el lugar elegido para el comienzo, que nada tiene de habitual y está bien lejos…

Desde que hice mi primer Camino a Santiago por el año 1989 desde Vitoria-Gasteiz, he ido realizando diferentes itinerarios desde los lugares donde he vivido, Logroño, San Sebastián-Donostia, Ferrol, Cartagena y alguna ciudad francesa; me faltaba San Fernando, en Cádiz. Consultando la información en Internet, vi que era posible salir desde ese lugar, aunque no fuera un «Camino oficial».

Gibraltar es desde 1704 plaza británica, y por lo tanto protestante y anglicana. No creo que hayan salido de allí muchos peregrinos. ¿Habrás sido el primero?

Por supuesto que no, sé que varios peregrinos lo han realizado, aunque no de un tirón, excepto uno que sí tengo constancia que lo realizó también de seguido.

Respecto a las religiones que se practican en la colonia británica, son muchas y entre ellas está la católica; el día 5 de enero, cuando comencé mi periplo, celebraban la Cabalgata de Reyes.

Como dato curioso, en Punta Europa, lugar donde di inicio a mi Camino, se encuentra la mezquita de Ibrahim-al-Ibrahim, construida en 1997 por el rey de Arabia Saudí. Y a pocos cientos de metros, se encuentra la Gran Sinagoga Judía. Así que uní las tres grandes religiones monoteístas en este Camino.

¿Y hablando del itinerario, qué trazado has podido aprovechar para enlazar con la Vía de la Plata?

Aprovechando mi jubilación, y el consiguiente tiempo del que dispongo, decidí hacerlo este año. Al informarme a través de la web de la Asociación de Amigos del Camino de Cádiz, vi que desde San Fernando estaba marcado el Camino por la Vía Augusta, que parte de Cádiz capital. Y también vi que, desde Algeciras, habían señalizado no hace mucho una nueva ruta, la llamada Vía del Estrecho.

El conocer la zona me animó, y aunque desde La Línea de la Concepción sale la Vía Serrana, opté por la del Estrecho, ya que la zona de la serranía y los Alcornocales los conozco más.

Esta Vía elegida tiene alguna deficiencia en el balizado, pero con un poco de orientación se subsana. Y claro está, desde Punta Europa en Gibraltar hasta Algeciras, pura orientación y buenos mapas. Así que, entre las dos vías, la del Estrecho y la Augusta, en 17 días estaba en Sevilla.

¿Camino invernal de soledades, de contrastes, de frío y aguaceros, o el cambio climático va ayudando?

Soledad, la forma en la que me gusta caminar. Más de la mitad de los días he dormido solo en los albergues y he caminado solo el 99,9% del recorrido. La soledad es fundamental para que el camino se interiorice, para que el CAMINO, TE CAMINE, dejar que la mente se limpie, se quede en blanco, pensar en todo y en nada, dejar fluir esa oración o esa canción que brota sola desde el corazón, llegar limpio a Santiago. Una soledad rota por los encuentros fortuitos con el paisanaje de cada zona, con intercambio de saberes, de culturas, de ideas. Creo que es imprescindible la soledad.

El cambio climático nunca es una ayuda. Ya el año pasado en el Camino Francés, que hice en enero, tuve más de un mes de anticiclón, lo que supuso cielo azul y muy bajas temperaturas, la mínima en Burgos (-16º).

Este año ha sido parecido, de los 72 días que he estado en el Camino, me han llovido no más de 20, algo anormal para estas fechas.

Y cuando un peregrino experimentado cree haberlo ya visto y vivido todo, ¿qué novedades has encontrado en esta ocasión?

Nunca se ha visto todo, si cada día repitiese la misma etapa no sería como el día de la marmota, de un día a otro cambia todo, la luz, el meteoro, el paisaje, el paisanaje, e incluso uno mismo.

Hacía casi veinte años que no recorría la Vía de la Plata y más de veinticinco que no lo hacía por el Camino Sanabrés. Así que los cambios ¡todos! Donde antes no había servicios, ahora la oferta es completa, los albergues privados han surgido como las setas en otoño, aunque muchos en esta época invernal estén cerrados. Se ha mejorado el marcaje del Camino, se ve que las ayudas europeas las han aprovechado bien las Comunidades y ayuntamientos.

Pero si tengo algo que resaltar, es el trato y la acogida en los albergues de la Xunta de Galicia. En el año 1999, en el Congreso Internacional de Cee-Fisterra, presentaba una comunicación sobre la hospitalidad en el Camino, donde la acogida en Galicia no salía bien parada, mejor dicho, salía muy mal parada. Dicho comunicado lo realicé leyendo las miles de encuestas que realizaba la Federación Española de Asociaciones, desde el año 1992 hasta el propio 1999. Esa mejora en Galicia, ya la noté el año pasado en el Camino Francés y este año lo ratifico por el Camino Sanabrés y el Camino de Fisterra.

Cada vez que llegas a Santiago, ¿sientes lo mismo que la primera vez, o tu experiencia en la ciudad, la catedral y ante el Apóstol se ha ido modificando?

El sentido principal de mi peregrinación es el religioso, aunque no el único, por supuesto. Este año ha sido la llegada andando número 20, que no son ni muchas ni pocas, simplemente son las mías, no pretendo conseguir récord alguno. En todas y cada una de esas llegadas me he emocionado, he llorado, me he sentido nervioso el día anterior.

La ciudad ha cambiado, lógicamente no en su estructura, pero sí en su calidad de servicios, ahora mismo el peregrino, en cuanto pisa la primera calle de Santiago, pierde el rango de peregrino para ser una tarjeta de crédito con mochila. Todavía quedan lugares donde te ven como peregrino, pero cada vez son menos.

De la catedral, mejor ni hablar. La acogida es pésima. Tanto en la mega-oficina, como en la propia basílica. Sí he de decir que cada vez que llego a la catedral pido hacer una lectura y soy bien acogido para ello.

Es una pena que los ritos de llegada estén desapareciendo, entiendo que la pandemia ha pasado factura anulando el abrazo al Santo, pero la mano en el árbol de Jesé y el coscorrón al Maestro Mateo, ha sido un tema puramente recaudatorio. Como le dice el Zorro al Principito: «los ritos son necesarios».

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Jorge Fernández García, de hospitalero.
Jorge Fernández García, de hospitalero.

En cuanto a Fisterra, ¿qué representa para ti alcanzar este fin del mundo de los antiguos?

Pues la verdad es que no representa algo muy especial, quizás seguir una tradición milenaria, o una forma de desconexión del Camino, o un tributo a los marinos que pasaron ante él, como yo lo hice en tantas ocasiones, o un homenaje a todos aquellos que dejaron su vida en esas aguas. Pero siempre es una delicia y una emoción especial ver morir el sol, que nos recuerde que hemos peregrinado a una tumba y que, desde ahí, vemos nuestra propia tumba, vemos el final.

En tu largo deambular hasta Galicia nos comentaste que querías concluir en A Coruña, junto a la Torre de Hércules, siguiendo el rastro del mítico héroe griego. ¿Ha sido un camino hercúleo en lo personal?

No, en absoluto. Cuando a uno le gusta caminar, ver la naturaleza, respirar cultura, conocer lugares y gentes y tiene tiempo para ello, no tiene mérito alguno salir de Gibraltar o de donde sea.

En las primeras etapas por la costa de Cádiz, vi varias embarcaciones varadas en las rocas, embarcaciones utilizadas por emigrantes que buscan una vida mejor para ellos y sus familias. Ellos sí tienen mérito, su esfuerzo sí ha sido hercúleo, muchos han cruzado el desierto del Sahara y han caído en manos de mafiosos que les han explotado y sacado hasta el ultimo respiro. Esa peregrinación sí es de Fe. Nosotros somos unos simples turistas acomodados que, ante cualquier problema, nos quejamos e incluso denunciamos. Somos unos privilegiados.

Caminar por la zona del estrecho, significa caminar ante un cementerio, cementerio que son sus aguas.

Sabemos que además de peregrino estás comprometido con la acogida desde HOSVOL. ¿Nos puedes comentar algo de la hospitalidad en este itinerario, sobre todo en las etapas iniciales? ¿Es por allí un peregrino rara avis?

Pues sí, voy a hacer treinta años en la organización de Hospitaleros Voluntarios.

Cuando uno se sale del Camino Francés o caminos, digamos más frecuentados, como es el caso, tiene que olvidarse de hospitalidad, acogida cristiana y donativos.

En el trayecto de Gibraltar a Sevilla solo existe un albergue, el de Tahivilla, montado por el Ayuntamiento con la ayuda de la Asociación de Amigos del Camino de Cádiz, que está realizando una gran labor en su provincia. Es gratuito y tiene todo lo necesario para el peregrino, cama con sábanas, duchas, cocina, lavadora… 

Recuerdo las reuniones a principio de los años noventa en las que discutíamos si era necesaria el agua caliente en los albergues, buscábamos austeridad. Algo hoy impensable.

Han sido diecisiete días de hoteles, casas rurales, pensiones… pero la acogida, cuando se enteraban del proyecto en que estaba embarcado, no ya mejoraba, sino que la curiosidad hacía que me tratasen de manera algo especial. En Tahivilla era el primer peregrino en meses.

Por cierto, ¿crees que la hospitalidad podrá seguir funcionando como hasta ahora, con voluntariado y donativo, o que cada día será más difícil mantener este tipo de acogida por el escaso compromiso de los hospedados?

Tenemos que partir de la base de que, si no es por la organización de Hospitaleros Voluntarios de la Federación Española de Asociaciones, la historia moderna del Camino no se hubiese desarrollado tal y como lo conocemos ahora. La hospitalidad que se da en nuestros albergues atrajo a muchísimos peregrinos, que oían cómo se acogía. Fuimos durante mucho tiempo los únicos que dábamos acogida en muchos lugares del Camino. Poco a poco fueron surgiendo otras entidades como ayuntamientos, comunidades y particulares que vieron el potencial del Camino y se fueron abriendo albergues de todo tipo…

En la actualidad, claro que el Camino puede subsistir sin albergues gratuitos o de donativo, pero en esta sociedad mercantilista en la que lo que prima es el euro, nosotros queremos romper con esa dinámica y seguir en la tradición centenaria de la acogida cristiana y gratuita, acogida que daban los monasterios históricamente y que no se puede perder.

Los albergues de este tipo ayudan a que la tradición continúe y también a que personas con recursos limitados puedan peregrinar a Santiago. Claro que siempre aparece el jeta, el aprovechado, el que se cree más listo que nadie. Esas personas no nos engañan, simplemente se engañan a sí mismos y llegará un momento en que se darán cuenta de lo que hacemos y un momento en el que cambiarán.

Muchos piensan que somos competencia para otro tipo de establecimientos, pero lo que tienen que hacer esos establecimientos es no sangrar al peregrino y aprender a dar una buena acogida. Estos días, en este largo Camino, he recibido una magnífica hospitalidad en albergues privados, hoteles y hostales donde entienden el coste que supone hacer un largo camino y ponen unos precios especiales a los peregrinos, y además del precio, la acogida es sensacional.

La legislación ya nos va metiendo en un apéndice para que podamos seguir dando acogida, se han dado cuenta de que nuestra labor es una buena publicidad para sus regiones, ciudades y pueblos. Allí donde estamos, las encuestas sobre ese lugar son más que positivas.

La gratuidad en la acogida debe de continuar, el peregrino lo entiende y el donativo que uno no da, lo compensa el siguiente.

Para concluir nos gustaría conocer tu opinión sobre las asociaciones de Amigos del Camino. ¿Realmente siguen siendo una herramienta válida para defender el patrimonio material e intangible del Camino, y aquí pienso también en los valores de la peregrinación, o su tiempo ya comienza a conjugarse en pasado?

Difícil tema. Yo pertenecí a una asociación de la que me borré a los pocos años. ¿El motivo?. Me decían que no hablara de Camino de Fe, que asustaba a los que iban a recoger las credenciales. Eso es como decir que, en publicidad de la Costa del Sol, no hablásemos del sol.

No todas las asociaciones funcionan igual, pero muchas solamente son una asociación de jubilados que se divierten, hacen excursiones y se reúnen a cenar. Es duro expresarlo, pero es así.

Claro que hay asociaciones que trabajan por el Camino, que se preocupan de fomentarlo, de marcar los tramos de su zona, de investigar, de promocionar la cultura jacobea.

Pienso que sí, siguen siendo una buena herramienta para el Camino, pero que piensen en el Camino global y trabajen en el Camino cercano.

Gracias, enhorabuena por haber podido completar tu Camino, ¡y hasta el próximo!

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
xico miguel
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Enhorabuena Jorge Garcia. Obrigado Antón E Feliz Pascoa
Rosana Montano
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Tuve la enorme alegría de acoger a Jorge en su maravilloso camino a su paso por el Albergue de Zamora donde estaba cómo hospitalera. Fue una tarde noche de mucha charla sobre el camino, de amigos en común y ese fuerte abrazo peregrino al día siguiente que nos dimos, cuando Jorge continuaba su camino, y yo a la espera de nuevos peregrinos ….. como todos los días.
David Rod
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Buenisimo post, hacia tiempo que no leia algo tan descriptivo y profundo en gronze. De acuerdo con el en el 99% de las cosas que ha comentado. Su critica a las asociaciones de amigos la comparto, en muy pocas ocasiones me han ayudado de verdad, y muchas veces sabia yo mas de su propia ruta que ellos,no nombrare asociaciones que me han decepcionado porque tampoco es plan, lo de reunirse para reirse y cenar lo comparto, aveces la info que dan al peregrino es bastante escasa.
Langue
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Buena publicación , muy auténtico.
Indi
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Muchas gracias a ambos por el artículo.