Comparativa de los (7) principales Caminos de Santiago: ¿Cuál elegir?
Con frecuencia amigos o futuros peregrinos me preguntan, cuando quieren hacer el Camino, cuál es el que les recomiendo para el estreno. Es cierto que del enorme abanico de opciones existente en la actualidad, basta con echar un vistazo al mapa de la portada de Gronze.com para darse cuenta de ello, no conozco en detalle todos los itinerarios (y cuando digo en detalle, hablo de haberlos hecho a pie como un peregrino más, o al menos en bicicleta), pero de los que sí he pateado podría contestar lo siguiente, hoy únicamente en clave positiva y limitándonos a la Península Ibérica:
1. Camino Francés
Para mí la mejor ruta es el Camino Francés, pues sin duda es la que conserva más vestigios vinculados a la peregrinación, ya que su dilatada historia, del siglo XI a la actualidad, la convierte en el itinerario jacobeo por excelencia.
En el Camino Francés es posible vivir una experiencia completa de largo recorrido, con algo más de un mes de marcha a pie desde Saint-Jean-Pied-de-Port, y aún más si se eligen como puntos de partida Jaca, Somport o, ¿por qué no?, Oloron-Sainte-Marie, en el valle francés de Aspe.
Juega también a su favor la oferta de servicios, que supera a la de cualquier otro camino de Santiago, tanto es así que prácticamente no hay pueblo que no cuente con al menos un albergue.
Al haber sido el primer itinerario reactivado, ya desde los años 80, y reconocido como I Itinerario Cultural Europeo y Patrimonio Mundial, también es el mejor acondicionado, señalizado y adaptado para cualquier tipo de público. Perderse, salvo en el paso de los Pirineos con niebla o nieve (para evitarlo se ha marcado una alternativa por Valcarlos y próxima a la nacional), resulta prácticamente imposible.
Las variantes permiten, en muchos lugares, elegir tramos según los gustos, por ejemplo entre León y Astorga, o entre Samos y Sarria, aunque hay otras muchas.
En cuanto al paisaje resulta bastante variado, con zonas de montaña y bosques, grandes llanadas cerealistas, de viñedo, praderas, tramos por valles, etc. Asimismo cuenta con varias ciudades relevantes, muchas de ellas monumentales (Jaca, Pamplona, Logroño, Santo Domingo de la Calzada, Burgos, León, Astorga, Ponferrada…), y con poblaciones de indudable encanto (Saint-Jean-Pied-de-Port, Puente la Reina, Estella, Castrojeriz, Carrión de los Condes, Sahagún, Villafranca del Bierzo, etc).
Para los amantes del arte medieval se trata de un itinerario perfecto, ya que además de grandes catedrales podremos conocer otros templos singulares y monasterios. Tampoco faltan los enclaves de fuerte relevancia simbólica y “con gancho”, recordemos Roncesvalles, la Fuente del Vino, San Antón de Castrojeriz, la Cruz de Ferro, O Cebreiro, etc.
Por último, si en vuestro primer Camino queréis encontrar muchos peregrinos con los que hablar, compartir experiencias y entablar amistad, ninguno mejor que el Francés, por tradición y concurrencia.
2. Camino Portugués
Para mí la mejor ruta es el Camino Portugués. De entre los varios que ahora se están promocionando en el país vecino, me refiero al más clásico: el Central desde Lisboa. Su inicio, con fácil acceso, no puede ser más sugerente, ya que hablamos de una de las ciudades más hermosas del mundo, con sus siete colinas, situada en el estuario del Tejo y en posesión de barrios históricos de fuerte carácter, y recursos turísticos y sentimentales para pasarse una semana completa, o más, en ella.
La ruta, que se puede hacer en poco más de tres semanas, recorre la zona más poblada del país vecino, y también de Galicia, con tramos de naturaleza muy bellos en el valle del Tejo, las montañas que preceden a Coimbra, la región minhota y las Rías Baixas.
Desde Porto podemos elegir hasta cuatro variantes para proseguir hasta el Miño y entrar en Galicia, una de ellas plenamente costera, al borde del Atlántico hasta Vigo y Redondela.
Uno de los mayores reclamos es su carácter internacional, al recorrer dos países, y la posibilidad de recibir la proverbial hospitalidad portuguesa, y disfrutar de su gastronomía a precios normalmente más bajos que en España.
El recorrido, bastante urbanizado y generoso en asfalto, pasa por localidades de gran belleza, entre las que recordar, además de Lisboa, Santarém, Tomar, Coimbra, desde luego Porto, Barcelos, Ponte de Lima, Valença do Minho, Tui o Pontevedra, y en la variante costera Vila do Conde, Viana do Castelo o Vigo.
En los últimos tiempos se ha ido completando la oferta de albergues de peregrinos, en general con instalaciones modernas, aunque los precios en pensiones y otros alojamientos locales tampoco son excesivamente costosos.
A partir de Porto el Camino está bastante concurrido en las variantes Central y de la Costa (no así en la de Braga), y entre Lisboa y Porto es más tranquilo.
3. Camino del Norte
Para mí la mejor ruta es el Camino del Norte, tanto por su historia jacobea (es Patrimonio Mundial) como por la belleza del paisaje, al discurrir mucho tiempo entre el mar Cantábrico y las montañas costeras. Además, se puede planificar una peregrinación de larga distancia desde Irún, o Bayonne, o elegir otro lugar de partida, y también enlazar, a partir de Oviedo, con el Camino Primitivo. Entero nos llevará algo más de un mes.
El itinerario tiene un toque chic, al pasar por algunas de las ciudades más cuidadas de España, citemos San Sebastián, Bilbao, Santander, Gijón, Avilés u Oviedo. También atraviesa algunos de los pueblos marineros más pintorescos del país (Hondarribia, Getaria, Zarautz, Castro Urdiales, San Vicente de la Barquera, Llanes, Ribadesella, Cudillero, Luarca, Ribadeo) y otros que destacan por su monumentalidad (Santillana del Mar, Mondoñedo).
El verde, en toda época del año, con bosques y praderías; el omnipresente azul del mar y las playas, con muchas sendas al borde de ellas y acantilados; la variada y amplia oferta, por tratarse de una zona con tradición turística de calidad; el paso por comunidades autónomas con una diferenciada personalidad y cultura; y un flujo de peregrinos que, pese a haber crecido algo, no llega a resultar agobiante, favorecen que sea un camino recomendable también para los novatos, aunque el nivel de exigencia es mayor que en los dos anteriores, y la lluvia suele hacer acto de presencia en cualquier estación.
4. Camino Primitivo
Para mí la mejor ruta es el Camino Primitivo. Ideal para los que busquen, sobre todo, la naturaleza del interior, pues discurre en gran medida por montañas y valles, una sucesión de siete puertos entre Oviedo y Lugo, con bosques, praderas, ganado pastando en ellas, ríos, y en invierno con nieve.
Es la ruta más antigua, que salvo por Oviedo, en la partida, y Lugo, no pasa por grandes núcleos de población, sino por localidades medianas y, sobre todo, muchas áreas rurales escasamente habitadas. Declarada Patrimonio Mundial, nos permite disfrutar de lo humilde más que de grandes monumentos, aunque también cruza lugares con encanto como Cornellana y su monasterio, Salas, Tineo, el tramo de la Ruta de los Hospitales como alternativa a Pola de Allande, el mítico Puerto del Palo, Grandas de Salime con su sorprendente Museo Etnográfico, etc.
Podemos calificarlo como el camino de la tranquilidad, del esfuerzo, de los pequeños albergues, de cierta lentitud por la propia exigencia del terreno, y por ello más recomendable para peregrinos veteranos, o para senderistas algo bregados en este tipo de rutas. Desde Oviedo nos ocupará de 10 a 14 días.
5. Camino Inglés
Para mí la mejor ruta es el Camino Inglés, sobre todo si no dispones de tiempo y quieres hacer una ruta completa. Desde A Coruña son tres días, y desde Ferrol cinco o seis.
Con la tradición histórica de las peregrinaciones marítimas, la variante más larga tiene dos sectores bien diferenciados: uno más urbanizado y cercano a la costa, entre Ferrol y Betanzos, saltando de ría en ría (Ferrol, Pontedeume, Betanzos), y el segundo de interior, más rural (agroforestal), primero a través de la Reserva de la Biosfera de las Mariñas y Terras do Mandeo, y luego por la aplanada comarca de Ordes hasta cruzar el río Tambre en Sigüeiro.
Para muchos ha sido una sorpresa descubrir pueblos tan atractivos como Pontedeume o Betanzos, y por supuesto las dos ciudades portuarias de salida: A Coruña, con su faro Patrimonio Mundial (Torre de Hércules), galerías y paseos marítimos, y Ferrol, ciudad de la Ilustración trazada a cordel, con un Museo Naval excelente.
Aunque es uno de los caminos que más ha crecido en los dos últimos años, sigue siendo plácido, y frecuentado por muchos ingleses e irlandeses, herederos de los peregrinos que llegaban en el Medievo embarcados.
6. Vía de la Plata
Para mí la mejor ruta es la Vía de la Plata con el Camino Sanabrés. Otro de los grandes itinerarios clásicos de peregrinación, y de largo recorrido a partir de Sevilla (en torno a cinco semanas), o desde cualquiera otra de las capitales andaluzas si tomamos algunos de los caminos mozárabes.
Una vía romana, con múltiples vestigios de calzadas, arcos, villas y ciudades de la época imperial (Itálica, Mérida, Cáparra, Baños de Montemayor, etc), que recorre el escenario de la Reconquista en el que actuó la orden de Santiago.
Monumental como pocas, posee varios conjuntos declarados por la Unesco Patrimonio Mundial, y otros igualmente relevantes: ahí están Sevilla, Zafra, Mérida, Cáceres, Plasencia, Salamanca, Zamora, Astorga en el enlace con el Camino Francés…, y en el Sanabrés, que es la prolongación más popular, Allariz, Ourense…
Otro tanto cabe decir del paisaje, dominado por el bosque mediterráneo, las dehesas, y la alternancia de planicies sedimentarias que cruzan los grandes ríos peninsulares (Guadalquivir, Guadiana, Tajo, Duero, Miño) y áreas montañosas, sobre todo en los límites entre las regiones.
Pero además hablamos de un itinerario muy tranquilo, auténtico, con pocos peregrinos, y por lo tanto perfecto para solitarios que se quieran introducir en la naturaleza, eso sí, a poder ser evitando los tórridos calores estivales.
7. Prolongación a Fisterra y Muxía
Y como colofón, para mí la mejor ruta es la Prolongación a Fisterra y Muxía, singular por ser la única que no conduce a Compostela, y que adquiere su auténtico sentido cuando se hace tras haber llegado a Santiago por cualquiera de los anteriores.
Ha sido y sigue siendo un itinerario para la desconexión, para el relax, para vivir la potencia simbólica del fin del mundo de los antiguos alcanzando el océano en los agrestes promontorios de la Costa da Morte.
El recorrido, tercero más transitado tras los caminos Francés y Portugués, ofrece casi medio centenar de albergues en las tres o cuatro etapas hasta Fisterra, ruta clásica, o Muxía, con las dos variantes desde Hospital y la posibilidad de enlazar ambas localidades por la costa a través de Lires. Entre los conjuntos históricos de la ruta destacan los de Ponte Maceira y Corcubión.
Visitar al Santo Cristo de Fisterra, a la Virgen de la Barca (leyenda de la aparición mariana al apóstol Santiago semejante a la zaragozana del Pilar), y contemplar la puesta de sol en el Atlántico, es un colofón de película para cualquier peregrino mínimamente sensible.
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