La Ronda Norte de Oviedo, una grave afectación al Camino Primitivo
Calentamiento global, transición energética, cambio de modelo productivo, sostenibilidad, peatonalización, promoción del transporte público, apuesta por la ecología…, mucha matraca de conceptos, las más de las veces vacuos, pero entre tanto siguen en marcha las grandes infraestructuras, como si no hubiese pasado nada y permaneciésemos instalados en el boom del ladrillo de los años 90, que acabó como acabó. Huelga decir que los políticos siempre suelen ser los últimos en adaptarse, pues viven en una dinámica sometida a la rutina y, sobre todo, en el cortoplacismo del gallinero, que les impide entender cómo va a ser el futuro próximo; no hablamos de 2100, simplemente de 2030.
¿Es viable un modelo de movilidad en el que el vehículo privado sigue estando en el centro de toda planificación territorial para mayor gloria de las fábricas de automóviles y, por ahora, de los productores de combustibles fósiles, sin olvidar a las constructoras? ¿Es esta condición, heredada del modelo americano, la que va a seguir propiciando el crecimiento de los extrarradios urbanos, y el consecuente vaciado de los centros de las ciudades a causa de la desaforada especulación? ¿Dónde está el transporte público, moderno, competitivo y sin emisiones de CO₂, que sirva de elemento disuasorio al uso del coche particular? Entre tanto, es más fácil seguir con lo de siempre, la receta conocida, gastar millones de euros en costosas infraestructuras que causan un gran impacto ambiental.
Sirva el prólogo para tratar un nuevo proyecto con toneladas de hormigón que va a alterar no solo a muchos vecinos del hinterland ovetense, haciendo disminuir su calidad de vida en forma de polución y subida de los decibelios, sino que también, y por eso lo traemos a colación, tal como está ahora diseñado va a afectar gravemente al Camino Primitivo en su partida de Oviedo.
Recordamos que el Camino Primitivo deja la ciudad por los barrios de La Argañosa y La Florida, ascendiendo por una zona de prados hasta San Lázaro de Paniceres, donde se evoca la existencia de una malatería medieval, recorriendo a continuación la falda del monte Naranco, que es uno de los emblemas de Oviedo y el Principado. Pues bien, sobre esta zona tan sensible es donde se pretende actuar.
Desde fines de mayo está en exposición pública el proyecto de la Ronda Norte, que enlazaría la A-63 con la AS-II a lo largo de 8,3 km y con tres carriles en cada sentido. Según es preceptivo contemplaba cuatro alternativas, de las cuales se ha elegido la cuarta, presupuestada en 226 millones de euros (siempre acaba siendo bastante más), que incluye la construcción de dos túneles de 1.350 m bajo el monte Naranco.
Conocido el proyecto se ha abierto un intenso debate social, generando un fuerte rechazo entre los ciudadanos afectados directamente, lógico, y también por parte de asociaciones ecologistas y vecinales. Dicha posición no tiene refrendo en el ayuntamiento de Oviedo, donde el único grupo que se ha manifestado en contra es Somos Uviéu, marca local de Podemos.
Uno de los lugares en los que el estropicio del tajo será mayor es, precisamente, en San Lázaro de Paniceres, que además se encuentra dentro de una zona declarada de especial protección paisajística. El propio núcleo quedaría partido en dos por la trinchera de la autovía, y el Camino Primitivo, Patrimonio Mundial desde 2015, tendría que ser desviado nada menos que 1 km, viéndose obligado a dar un giro artificial para alcanzar un puente desde el que regresar a la traza.
Los colectivos vecinales en contra, que tienen a la mayoría de la ciudad con ellos (en torno a un 72% de los ovetenses así se han manifestado en las encuestas publicadas), han iniciado una campaña de protestas ante lo que consideran el mayor atentado medioambiental de la historia de Oviedo. A nosotros nos afecta el futuro del Camino, pero a los ciudadanos de la capital asturiana les preocupa, sobre todo, que se toque el Naranco, espacio sagrado donde tienen asiento Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, también Patrimonio Mundial de la Unesco, y por donde discurre una muy popular ruta finlandesa. Por supuesto aportan alternativas, siempre más económicas, con el único apoyo de Podemos e IU en el espectro político regional.
Del mismo modo que hemos expresado en el inicio del artículo, se critica que frente al horizonte verde y sostenible que propugna la UE, aquí sigamos con estas macro obras innecesarias, entendiendo la movilidad futura con esquemas del pasado.
Nos hemos puesto en contacto, como no podía ser de otro modo, con las asociaciones de amigos del Camino de Santiago más directamente implicadas en la zona. Desde la Astur-Leonesa, con sede en Oviedo, nos comentan que hasta ahora no han tratado en su directiva el asunto, y por lo tanto no se han posicionado. En cuanto a la agrupación de asociaciones del Camino Norte, presidida por Laureano Víctor García Díez, acaba de celebrar una cumbre en la que tampoco fue considerada esta obra, cuyos efectos sobre el Camino aún no se ven con claridad. Tampoco en el gobierno regional, desde los departamentos de Patrimonio, les han comentado nada al respecto.
Xurde Morán, uno de los grandes conocedores y divulgadores del Camino de Santiago en Asturias, trae a colación lo que ocurrió con la iglesia de Santullano en los años 70, condenada a convivir con una autovía y privada del yacimiento arqueológico inmediato. Repitiendo una mala planificación, de esta afección al Camino Primitivo también podríamos acabar arrepintiéndonos. Además, la Ronda Sur ya evita el tráfico pesado por la ciudad. El actual proyecto supondría un nuevo impacto que va sumando atentados al patrimonio cultural, y un golpe para tantos emprendedores que han apostado por el Camino. La percepción emocional también es importante, porque hasta ahora la transición de la zona urbana al rural es amable, sin polígonos industriales o áreas degradadas, uno sale de Oviedo y se introduce de repente entre prados y con la vista de las montañas alrededor. Esto quiere ser sustituido por un tajo. Y también se verá afectada, en la cara opuesta del Naranco, la conexión del Camino Norte entre Oviedo y Avilés.
Hay quien considera, dada la fuerte contestación social, que la obra no tiene futuro, pero no por ello tendremos que cejar en oponernos, por lo que al Camino respecta, para evitar el atentado: si se sigue con el plan, podría incluirse un túnel en este sector, aunque sea un falso túnel. Un caso similar, que demuestra lo poco que le importan el Camino de Santiago y la Unesco a los técnicos del Ministerio de Fomento, lo hemos visto en Jaca. Ignoramos cuál va a ser la evolución de las protestas, y el efecto de las alegaciones, pero es bueno recordar que la movilización ha conseguido grandes logros y modificaciones de proyectos; recordemos, por ejemplo, en Vigo, la consecución de la A-9, donde los vecinos forzaron la construcción de los túneles de A Madroa.
A veces solo es cuestión de sensibilidad, y dinero, el que se consigan paliar las afecciones más graves. ¡Sigamos en la brecha, para evitar la brecha de la Ronda!
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