LUX en el Camino Francés

Dichosos los peregrinos, interesados en el arte sacro, que recorren este año el Camino Francés, pues además de los bienes consustanciales al propio itinerario podrán disfrutar, al menos hasta diciembre, de una magna exposición ofrecida en varias entregas, concretamente entre Burgos y Sahagún.

Nos referimos hoy, en efecto, a la nueva edición de Las Edades del Hombre, que desde su inicio en 1988 (catedral de Valladolid), y pese a algunos escándalos en la gestión de su Fundación, se ha convertido en un referente para el turismo cultural. Su XXV edición ha querido por una parte conmemorar el VIII centenario del inicio de la catedral de Burgos, y por otra extenderse por el Camino de Santiago, siguiendo la sirga, en coincidencia con la celebración del año santo compostelano 2021.

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Iglesia de Santiago de Carrión, una de las sedes de Lux.
Iglesia de Santiago de Carrión, una de las sedes de Lux.

Tres poblaciones y cinco sedes forman parte de Lux, título en latín que sigue la dinámica del ciclo inaugurado en 2011, cuando agotado el recorrido por catedrales y basílicas (caso de Ponferrada), se dio paso a celebrar la exposición en villas históricas, a veces en más de una sede, relevantes por algún motivo (entre otras Medina de Rioseco, Arévalo, Alba de Tormes, Toro, Cuéllar, Aguilar de Campoo o, en la última edición, Lerma).

El éxito de la muestra, medido en clave cuantitativa —parece ser el único baremo de la política cultural—, aparece refrendado por más de 100.000 visitas, entre las cuales habrá, sin duda, unos cuantos peregrinos.

La propuesta es enriquecedora para quien llega a Burgos, pues además de conocer la catedral podrá acceder a los primeros capítulos de Lux, instalados en las dos plantas de su claustro y otras dependencias anejas. Toda una invitación para gozar del arte.

Y otro tanto cabe decir de Carrión de los Condes, con instalaciones en las iglesias de Santa María del Camino y Santiago, y de Sahagún, en los templos de San Tirso y La Peregrina.

Sin duda se trata de una buena alternativa a las tardes de albergue toqueteando el móvil, o de terraceo y cañas parloteando, que en muchos casos son la única rutina para muchos peregrinos cansados, desinformados, inapetentes o decididamente refractarios a la cultura.

Lástima que los organizadores no se hayan percatado de la presencia de los peregrinos, ofreciéndoles algún descuento como se hace, por ejemplo, con los grupos organizados. En cualquier caso, 12 € para cinco exposiciones de calidad no parece un coste excesivo (cuatro horas de cervezas pueden salir más caras).

Algunas piezas dignas de atención

Lux ha incorporado algunas obras maestras, y otras piezas menos conocidas, procedentes no tan solo de las iglesias, monasterios, museos o colecciones privadas de Castilla y León, sino de otros lugares, que van del Medievo a la actualidad.

Si bien cada cual tiene sus gustos y preferencias, vamos a intentar, en razón del valor artístico o de la curiosidad, mencionar aquí algunas de las más relevantes, o que por algún motivo nos han llamado la atención.

BURGOS

El tema del claustro de la seo burgalesa es «Fe y Arte en la Época de las Catedrales, 1050-1550». Al entrar contemplamos un Santiago sedente (2ª mitad del siglo XIII), trasladado desde la colegiata de Covarrubias, que combina el tipo del apóstol con el del peregrino: luce concha en el sombrero y conserva la policromía dorada de su barba.

Impresiona la composición escultórica moderna, titulada «12 obreros en busca de un líder», del canario Juan Bordes (2021).

Y para nuestro gusto, aunque descontextualizada de su retablo, un relieve del bancal del de la Concepción, de la propia catedral burgalesa, representando al obispo Acuña orante con toda la filigrana propia de un maestro como Gil de Siloé, que tiene su obra maestra en la también burgalesa Cartuja de Miraflores, uno de los recintos más fascinantes para la historia del arte hispano y del Camino de Santiago.

También en esta planta podemos ver el báculo de San Julián (s. XIII), delicada obra de Limoges prestada por la catedral de Cuenca; la vidriera que representa a Santa Catalina (Arnao de Flandes, 1511), de la propia catedral; o el David del taller del Maestro Mateo (Museo Catedralicio de Santiago), que estaba en la parte exterior del Pórtico de la Gloria al igual que las célebres tallas que los Franco se llevaron al pazo de Meirás y ahora les han obligado a restituir por sentencia judicial.

Una tétrica representación de la Muerte (s. XVI), de la catedral nueva de Salamanca, muestra un cadáver femenino con el esqueleto y los colgajos de carne resecos, el sudario sobre la cabeza y espalda, portando un ataúd y con una rana tapando su sexo. El terror que debió infundir en el pasado es ahora una broma de Halloween.

Por el claustro bajo vemos una copia de la Historia Compostelana de la Universidad de Salamanca (c. 1240), abierta por la miniatura que representa el descubrimiento de la tumba por Teodomiro; el relicario de las tablas Alfonsíes de la catedral de Sevilla (s. XIII), el busto de San Valero de la Seo zaragozana (s. XV) o la famosa arqueta de San Genadio del Museo Catedralicio de Astorga, pieza singular de orfebrería del siglo X.

Concluye la visita a la muestra burgalesa, que es la más concurrida, con el retablo de las Navas de Tolosa (s. XV), obra de un taller de Bruselas que se conserva en el Museo Diocesano de Pamplona, lo mismo que el relicario del Santo Sepulcro (s. XIII). A reparar igualmente en la Virgen de la Leche de Barnaba da Módena (s. XIV), de la catedral de Murcia, aún fiel a los modelos bizantinos, y a la serie de vírgenes que en sus respectivos templos son objeto de devoción, y aquí más bien objeto de pasarela, entre ellas Nuestra Señora la Blanca de la catedral de Astorga, o la del Espino de la catedral de Burgo de Osma, ambas del s. XIII.

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Detalle de la exposición en la catedral de Burgos.
Detalle de la exposición en la catedral de Burgos.

CARRIÓN DE LOS CONDES

Célebre por el Pantocrátor románico de su fachada, la iglesia de Santiago acoge el capítulo «Virgo et Mater», con algunas obras tan interesantes como la tabla de Los Pretendientes de la Virgen (Pedro Berruguete, Museo Diocesano de Palencia), el altorrelieve flamenco de los Desposorios de José y María (Felipe Bigarny, iglesia de San Gil de Burgos), o el lienzo dieciochesco de la Virgen de la Esperanza (Luis Salvador Carmona, iglesia de San Francisco, Medina de Rioseco).

Hay también un pintoresco Belén napolitano, repleto de ángeles voladores, y un Nacimiento atribuido al imaginero sarriano, que hizo carrera en Valladolid, Gregorio Fernández, hermosa composición barroca llegada del Monasterio vallisoletano de Las Huelgas.

Aquí tenemos la ocasión de ver de cerca la Virgen del Camino (s. XIII), titular del templo homónimo y aquí trasladada, en contraste con una Virgen con el Niño Jesús y San Juanito (c. 1545), vigorosa obra de Juan de Juni siempre evocadora del estilo de Miguel Ángel.

Inusual iconografía la de Jesús entre los doctores, un anónimo y anecdótico fragmento de un retablo tallado a mediados del s. XVI, sito en el templo de Santa María de Valderas (León).

Sin embargo, nuestras obras predilectas han sido las tallas de San Joaquín, Santa Ana y la Virgen con el Niño, de Felipe Bigarny y Diego de Siloé (c. 1527), del monasterio de Santa Clara (Medina del Pomar), en gran formato, con María representada como una princesa del renacimiento, y la rarísima, arcaizante y gran representación de la Muerte de San José (Cristóbal Rodríguez Cifuentes, c. 1700), procedente del Hospital de la Piedad de Benavente, que figura en el lecho acompañado de la Virgen y Jesús.

De la iglesia de Santa María del Camino destacamos algunas esculturas de Alonso Berruguete, Juan de Juni (Santa Ana enseñando a leer a la Virgen, de la catedral de Salamanca), Felipe Bigarny, Gregorio Fernández o Pedro de Mena, y una pintura de la Inmaculada Concepción de Mariano Salvador Maella (iglesia de Trescasas, Segovia).

SAHAGÚN

Además de admirar los edificios mudéjares que sirven de contenedores, románico el de San Tirso, ya gótico el templo de la Peregrina, proseguimos la serie por el primero, donde llama la atención que en plena muestra esté siendo restaurada la vecina torre que perteneció al enorme y desaparecido monasterio de San Benito. Aquí sobresalen la Ascensión de Cristo, del taller de Juan de Valmaseda (1530-1535) y procedente de la iglesia de Santa Columba de Villamediana (Palencia), la Coronación de la Virgen (Pieter Coecke van Aelst, 1525), propiedad de la Fundación leonesa Sierra Pambley, o una Virgen con el Niño de Juan de Juni (1560), que viene de Tudela de Duero.

Concluimos tan larga visita, que conviene espaciar debidamente (todo el lote en un mismo día puede provocar no tanto el síndrome de Stendhal como una auténtica borrachera de Vírgenes, Niños Jesús, Cristos de Pasión y audaces angelotes voladores), en La Peregrina, con obras de Fernando Gallego, la custodia procesional de Enrique de Arfe trasladada del vecino convento benedictino, la tabla que representa el Camino del Calvario de Alonso de Sedano (Museo Catedralicio de Burgos), el Entierro de Cristo del Maestro de Becerril (Museo Diocesano de Palencia) o un Calvario de Juan de Valmaseda (catedral de León).

La pieza más primorosa de este espacio, sin embargo, es la Virgen Peregrina de las benitas de Sahagún (La Roldana, 1684-1686), acompañada de una moderna instalación escultórica en metal y realzada por una impecable iluminación. Se trata, sin duda, de un broche de oro para una exposición que nos ayudará a entender el gran papel histórico que han jugado Castilla y León y la iglesia católica en el pasado, aunque es bien cierto que la reiteración de la serie ya resulta algo cansina y los responsables deberían de hacer algo para innovar.

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Interior de la Peregrina (Sahagún).
Interior de la Peregrina (Sahagún).

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
AC
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.. impresionante.. si pudieran extender LUX hasta finales del 2022 sería bueno.. quedan apenas 6 semanas para que se acabe el 2021..
Mauro Sala
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Estimado Sr. Pombo, ¿Cómo podemos agradecerle toda esta información calificadora, que puede enriquecer el lado cultural/religioso e histórico de un peregrino sin prisa? No aprovechar de esta información, que es casi imposible de conocer (para un peregrino normal...), sería bastante grave, casi como pasar al lado de un oasis y no detenerse a tomar un sorbo de agua vital... Muchas gracias a Usted y a Gronze... Mauro Sala