La Acogida Tradicional Jacobea a debate

El fin de semana del 14-15 de enero se ha celebrado en Villafranca del Bierzo, organizado por La Maya Lab y el Albergue Ave Fénix, un encuentro para debatir sobre la situación actual de la hospitalidad tradicional jacobea, incidiendo en su problemática y complicada viabilidad. Las reuniones tuvieron lugar en el Espacio Cultural La Capilla, con presencia del alcalde de la localidad, también peregrino y muy comprometido con este tipo de iniciativas.

villafranca-23-1.jpg

Inauguración del monumento de Willy Derveaux.
Inauguración del monumento de Willy Derveaux.

La noticia del cierre de varios albergues de donativo entre 2019 y 2022, algunos de ellos, por ejemplo, en el Camino Norte, está creando una corriente de opinión muy pesimista sobre el futuro de esta modalidad de acogida, que muchos consideramos fundamental para perpetuar las virtudes o valores del Camino. ¿Podría tener, de acuerdo con estos negros pronósticos, la hospitalidad tradicional sus días contados? ¿Podría subsistir el peregrinaje compostelano tal y como lo entendemos, diferenciado de las experiencias de mero senderismo, sin este pilar?

Aunque por fortuna sigue habiendo peregrinos que, una vez que viven intensamente la ruta, se instalan en el Camino y abren sus albergues bajo las premisas del donativo, o cuando menos planteando la hospitalidad sin ánimo de lucro, los reunidos en Villafranca, unas 70 personas, hemos trabajado para aportar soluciones novedosas e imaginativas a esta «crisis». Y lo hemos hecho a través de un dinámico taller de pensamiento creativo, con mesas redondas rotatorias, en el que llegó a fluir un torrente de ideas.

Una de ellas, ya en curso, es la que abandera la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS), que en 2022 ha presentado una solicitud, acompañada de un extenso trabajo histórico-jurídico de documentación y justificación, para que el Ministerio de Cultura tramite la declaración de la Acogida Tradicional Jacobea, entendida como patrimonio intangible, en el catálogo de Patrimonio Mundial de la Unesco. La mera incorporación en la lista de espera supondrá que se tramite el expediente a las comunidades autónomas, que a su vez se podrán ir sumando a la iniciativa, y también la más que previsible consideración como BIC en algunos de dichos territorios.

En las conclusiones se articularon otras propuestas, por ejemplo la de crear un comité por cada camino, compuesto por los representantes de los albergues de este género, para que libres de tutelas puedan seguir debatiendo y tomando decisiones en favor de su reconocimiento y viabilidad. También se propuso elaborar un decálogo que defina los principios de la Acogida Tradicional Jacobea, generar una red con una marca específica y diferenciada de otras formas de alojamiento, y así mismo, en lo que afecta a la parte contratante, definir con claridad lo que es un peregrino para distinguirlo de un viajero, senderista o turista, pues a los primeros va destinada este tipo de asistencia, y no a quienes pretendan aprovecharse de una supuesta «gratuidad» que no es tal sino, como expresó el Padre Ernesto de Güemes, una invitación a «que el precio lo pongas tú».

Para reforzar la viabilidad se estimó que habría que fijar un precio, sea voluntario, recomendado o incluso solicitado, para que los hospitaleros puedan mantener las instalaciones y vivir con dignidad. Esto daría lugar a una situación que, por cierto, ya funciona en caminos de Francia o Italia casi como norma, y que cada vez es asimismo más frecuente en España.

Entre otros aspectos también cabe señalar, máxime cuando en el Manzanal y O Cebreiro estaba nevando el fin de semana del encuentro, la preocupación por mantener abiertos siempre algunos albergues, durante el invierno, en los finales de etapa habituales. Un cometido que suelen soportar casi en solitario, en gran medida, los albergues tradicionales y públicos, ya que la baja o nula rentabilidad no anima a los privados a abrir. De ahí a valorar el servicio social que presta la acogida tradicional.

En el plano de la intendencia se concedió especial relevancia a la comunicación, que debería ser común entre estos albergues y una potente fuente informativa, para lo que tal vez sería necesario recurrir a una empresa especializada que trabaje en las redes sociales.

Como colofón, se acordó celebrar un segundo encuentro, a finales de este mismo año, para profundizar en el plan de acción propuesto.

Sin embargo, a nadie escapa que cada albergue es un mundo, y que muchos de ellos funcionan con criterios muy personales, con sus códigos y planteamientos en ocasiones sociales e intransferibles, como bien expresó el padre Blas de Fuenterroble de Salvatierra, albergue emblemático de la Vía de la Plata.

Una intervención artística singular en Foncebadón

Durante el encuentro fue presentado un interesante proyecto artístico para Foncebadón, enclave en los últimos años castigado tanto por el irreflexivo hormigonado de su Calle Real como, en sus inmediaciones, por la pretensión de realizar una excesiva remodelación de la Cruz de Fierro, ahora supuestamente suavizada, y el proyecto de un impactante parque eólico en sus inmediaciones.

boceto-tessera.jpg

Proyecto de la Tessera Hospitalitatis para Foncebadón.
Proyecto de la Tessera Hospitalitatis para Foncebadón.

Financiada por Acción Cultural Española, la intervención ha sido concebida por Irene García-Inés Aguado, polifacética y joven creadora, reconocida por una de sus propuestas para la Bienal de Venecia, que lleva años implicada en el albergue Ave Fénix y ha sido la organizadora de este encuentro.

Bien concebida, e integrada con respeto en el patrimonio sobre el que se actúa, la propuesta ha sido titulada Tessera Hospitalitatis. Alude a este referente del mundo antiguo, los pactos de hospitalidad o amistad establecidos entre los romanos y los pueblos celtíberos de la península ibérica, que se sellaban creando una pieza, la tessera, quebrada por la mitad para que cada «firmante» se quedase con una de las partes, que se podrían ensamblar como testimonio del acuerdo imperecedero.

Para construir la moderna y gigante tessera se ha elegido la espadaña románica, fragmentada y partida, que subsiste del antiguo monasterio del monte Irago. Al encontrarse en riesgo evidente de colapso, la idea de generar una segunda mitad a la vez persigue que sirva de sostén a la fábrica en piedra y, reconstruyendo el perfil originario, constituya el soporte de la propuesta artística. Esta consiste en un texto sintético sobre la definición de Hospitalidad, con su etimología en griego (filoxenia, que significa «amor a los extraños») y latín (hospitium). Las letras del texto han sido cocidas a alta temperatura en cerámica refractaria, según la tradición comarcal maragata que también reconoció y aprovechó Gaudí en su obra del palacio episcopal asturicense, y ya están concluidas y listas para su instalación.

Además de los textos, en una hornacina lateral del monumento aparece una mujer sobre una campana. La imagen es un homenaje a la señora María Fernández, la última pobladora, con su hijo Ángel, de Foncebadón, que cuando el obispado de Astorga, con presencia de la Guardia Civil, quiso trasladar las campanas de aquel casi despoblado al Museo Diocesano en el año santo de 1993, se subió al campanario y espetó a los congregados, armada con piedras y un palo, y con su hijo con la escopeta de caza cargada (sin duda más disuasorio), que aquellas campanas no se desmontaban hasta que tocasen a muerto por ella. Tal cual como una última y heroica mohicana, icono de la resistencia a la que sucedió la resurrección no anunciada del poblado, Irene la retrata como patrona de la hospitalidad.

La parte lamentable de este relato, tratándose como se trata de una iniciativa sin duda original, de calidad y en la línea de lo más moderno que se está haciendo en otros países —recordamos la piedra de Rosetta en Figeac, y otras actuaciones similares en Italia—, es que el exiguo presupuesto no alcanza para rematar la obra. La razón: que no estaba prevista la consolidación de la espadaña, solo lo nuevo, y lo uno sin lo otro no es factible. Por lo tanto, aguardamos a que algún mecenas patrocinador pueda interesarse por la instalación y costear lo que falta (no es mucho, ¡ánimo!).

Inaugurado un monumento a Willy Derveaux

Como se puede comprobar el encuentro ha sido pródigo no solo en el plano del debate, pues en la clausura tuvo lugar una nueva sorpresa: la inauguración de un monumento al belga Willy Derveaux, personaje de gran notoriedad en el ámbito de la moderna peregrinación jacobea por haber ideado y promovido el programa Oikoten. Inspirado en la tradición de los tribunales flamencos medievales, que para conmutar ciertas penas imponían a los reos la peregrinación a Santiago de Compostela y otros santuarios, durante años consiguió hacer lo propio con jóvenes belgas para facilitar su reinserción social, un modelo de éxito que ha sido copiado por legislaciones de otros países, y replicado asimismo en la política penitenciaria, no solo entre menores, de nuestro país.

La escultura, adosada a uno de los muros del Ave Fénix y a la vera del Camino Francés, reproduce una cabeza de Willy sobre un podio de piedra. El autor es Hans Claus, a su vez director de la prisión en la que trabajaba Willy. En la elección del lugar ha resultado decisiva la relación establecida entre Jesús Jato, y Dervaux, desde hace ya más de 50 años, cuando comenzó con su programa acompañando a dos jóvenes. Uno de ellos, por cierto, acabó siendo camionero, como Jato, lo que acrecentó los vínculos afectivos por ambas partes.

Pese a los pesares el Camino sigue vivo, y lo experimentado en Villafranca del Bierzo da buena muestra de ello.

villafranca-23-2.jpg

Imagen del encuentro de Villafranca del Bierzo.
Imagen del encuentro de Villafranca del Bierzo.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
David Rod
Imagen de David Rod
Todo un personaje el cura de Fuente roble de Salvatierra, en año covid me aloje solo en su inmenso albergue,en la habitación noruega con un frío Noruego jejejeje. Me sorprendió como dominaba las nuevas tecnologías y el móvil, estava más enganchado que un adolescente. jejejejeje
Jaor
Imagen de Jaor
La vorágine que se expande en el Camino de Santiago, sobre todo en los lugares de interés cultural, social y que dispongan de zonas de ocio y esparcimiento está asolando el Camino a Santiago, así se congregan una ingente cantidad de personas que con su presencia lo que pretenden la mayoría, es su bienestar físico a precios irrisorios y en los que le permitan disfrutar con la bebida y comida que los lugares ofrecen. De ahí que a los lugares de donativo patrocinados por los ayuntamientos y organismos lo que también pretenden es que el lugar se dinamice con el consumo de estas personas. El peregrino normalmente lo que busca es el descanso y la manutención y no se obstina en el consumo de bebidas y artículos que contribuyan a que su mochila incremente de peso, hago alusión a los quesos, orujos, ronda de cervezas, etc. El desmadre que se origina en el lugar de donativo hace que el hospitalero sea un mero conserje para solucionar las demandas de todo tipo de personas, por lo que su actuación se convierta en una losa pesada para lo que en realidad se pretende, confortar al peregrino para su peregrinación sea más llevadera dotándole de un lugar para dormir y que también pueda preparar su comida, tan vital para que le proporcione las energías necesarias para llevar a cabo su peregrinación. Su labor propicia que se desmotive y paulatinamente no consiga llevar a cabo eficazmente su labor de acogida. Los coordinadores de los hospitaleros tratan de recomendar a los gerentes de los albergues que se abran lo antes posible, puesto que entienden que un albergue es un espacio para que los peregrinos compartan actividades y no sea un mero dormitorio. Por lo que con esta premisa el albergue se llena pronto y las personas que llegan al albergue o caminan pocos kilómetros o vienen en algún medio de locomoción. También aluden que acogen personas (peregrinos, turigrinos y turistas), y les da igual los kilómetros que hayan emprendido y que incluso que lleven credencial. Y que permitan a acoger a todo el que llame a la puerta, sin prejuzgar y sin exigir nada. Todos estos comentarios me lo dijo por escrito un cargo importante de los coordinadores de hospitaleros. Sin embargo hay lugares de acogida modélicos como el albergue de Santa María de Fuenterroble de Salvatierra que contribuye que su acogida sea indispensable para el peregrino. Modelo que deberían tener en cuenta todos los albergues del camino. Albergue de Fuenterroble, un remanso de paz. Si hay un lugar donde el peregrino consigue disponer de un día intenso de convivencia, compañerismo y donde también se intercambian experiencias peregrinas. Este paraje es el Albergue parroquial de Fuenterroble de Salvatierra, que el padre Blas Rodríguez ha sabido desde hace bastantes años agasajar con la hospitalidad, facilitar el descanso y la nutrición y también se ha prodigado en el consejo y ayuda al peregrino. La chimenea de la sala de recepción siempre está encendida y alumbra nuestro camino y hace también que nuestras ideas sean más lúcidas con el calor y la luz que desprenden sus ascuas. Ya son bastantes los años que he conseguido llegar a este magnífico remanso de paz, ubicado justo a la mitad de camino y también en el lugar más elevado del camino con el pico de la Dueña próximo, en todas ellas desde el año jacobeo de 1999 he podido culminar tras el día de peregrinación la paz, el consuelo y el ánimo que el peregrino necesita. ¡Que siga encendida la chimenea!.
Xavier Riera Luna
Imagen de Xavier Riera Luna
La situación no es fácil para los albergues de donativo y requiere de su coordinación y soluciones imaginativas, más allá de la protección institucional, interesantísima pero fuera del marco de acción de los albergues o asociaciones. Se me ocurren acciones del tipo crowfounding (perdón por la gramática) tanto a albergues concretos como a asociaciones de voluntarios (¿soltar cinco euros, por un decir, para que el albergue de Tomás continúe abierto templariamente? ¡cómo no! O para los albergues de donativo asociados, o para los de determinado camino...), más en manos de la voluntad de los peregrinos (no solo mientras caminamos, también desde casa) que de las administraciones, o "listados" de los albergues de donativo/acogida tradicional/del palo para que los peregrinos podamos "apostar" por ellos decididamente (a veces el bosque no te deja ver los árboles y te alojas en el primero que pillas, sin discriminar aún teniendo la posibilidad). Creo que los peregrinos tenemos no sólo algo que decir, sino que tenemos que decir algo, o sea poner de nuestra parte, apoyar activamente, €... Al fin y al cabo lo están haciendo para nosotros. También hay cuestiones del funcionamiento de los albergues que determinan su estilo o viabilidad. El tema de no aceptar reservas ni maletas ni mochilas me parece fundamental, marca la diferencia antes de abrir. El horario de apertura, sobre todo en temporadas medias-altas, es otro tema de debate interesante; no obstante, en temporada baja-invierno (cuando yo salgo de la cueva...) abrir más pronto no incide en carreras por la plaza, el ritmo y las circunstancias son otros. Y sobre poner una tarifa mínima, más allá de matar el sistema de acogida a cambio de un donativo voluntario como sistema secular, podría permitir el mantenimiento de un sistema de acogida a peregrinos, pero a precio tasado. Por una parte es LA forma de asegurar la viabilidad del establecimiento y vacunarse de los jetas, siempre dispuestos a que el mundo les facilite la vida, por el otro difumina el límite entre el albergue de acogida tradicional/donativo con los privados, esos albergues privados que abren todo el año, que están en los finales de etapa pese a que la temporada sea baja -o en medio, o donde sea-, que cobran unos precios ajustados y adecuados y a los que también habría que "ponerles un piso" (Hontanas, Luz de Frómista, Terradillos, Gaia en Mansilla, el Pequeño Potala en Ruitelán, por decir algunos del camino francés). Tampoco me parece muy transcendente, como peregrino, la diferencia entre los tradicionales y los que acabo de citar, lugares donde descansar, rehacerte y con un trato tan, tan excelente, lugares pensados para los peregrinos y para facilitar y potenciar su interacción, pero siguiendo el tema del artículo, la viabilidad de los tradicionales de acogida, el cobrar el precio que corresponda -sin nombrarlo como donativo voluntario, por favor, que duele de ver- me parece una opción menos mala.
Xavier Riera Luna
Imagen de Xavier Riera Luna
Aparte de contratar profesionales de las redes para potenciar su imagen, también sería interesante contratar profesionales de la financiación: cómo conseguir, como asociaciones, subvenciones y fondos autonómicos, nacionales y europeos (cada año se dejan de adjudicar un montón de billetes por falta de solicitudes en forma y tiempo), formar una fundación (para la captación de ayudas y los trámites fiscales), abrir las asociaciones a socios aportadores -en la línea del crowfounding-... Pero sigo pensando que el empuje más directo se lo podemos dar los peregrinos, si sabemos cómo. Cuestión de irnos coordinando.
Sofía
Imagen de Sofía
Pioneros de la Hospitalidad en el Camino que todavía siguen ahí... el Padre Jose Ignacio que la inició en el pueblecito de Grañón que casi lo convertía en un pequeño paraíso, y Lourdes Lluch que puso en marcha la filosofía de acogida y mano tendida con sus propios recursos sin esperar nada a cambio, todavía están, solo hay que saber encontrarlos, rodilla en tierra y quitarse el sombrero se merecen ambos, aunque no les gustaría leer esto a ellos. Luego les siguieron otros pero a los que lo iniciaron todo mi reconocimiento y gratitud, igualmente los que continúan con vocación dando hospitalidad actualmente, dado lo que te encuentras ahora, que para reservar en un albergue tradicional ya te piden el nº de tarjeta y hasta el numerito cv para poderte cobrar si les parece, eso en un albergue que lo gestiona una Asociación del Camino ... se parece a una reserva de pensión o de hostal. Ayer al recibir su mail y no sabía si reír o llorar. Eso empezó en tiempos de pandemia y parece que ha llegado para quedarse.
AC
Imagen de AC
con mirar la foto pude reconocer que era el Albergue Fenix de Jesus Jato. El primer camino en el 2003 me quede en el albergue. Siempre que regreso al Camino y paso por Villa Franca me quedo en éste albergue.
Luciano Andreotti
Imagen de Luciano Andreotti
Il Cammino di Santiago, in generale da quando lo frequento, è cambiato molto negli ultimi 20 anni! In particolare con l'avvento di internet e della telefonia mobile, poi del covid. La situazione economica mondiale è cambiata radicalmente così come il modo di intendere il pellegrinaggio che oggi si può anche definire "pelligriturist". Un turismo "low cost" che sfrutta il donativo (senza donare) per farsi una vacanza a poco prezzo ed esserne fieri. Poi le motivazioni sono molte. Offrire ospitalità secondo l'antico spirito sembra anacronistico, sia per l'impegno organizzativo che per i costi. Io da Hospitalero ho fatto della mia casa in Italia una "Casa di accoglienza" sul Chemin d'Assise francese (Da Vezelay ad Assisi) ma purtroppo devo rinunciare per le impegnative condizioni di gestione, anche se nella mia casa i costi sono contenuti. Offrire una ospitalità pellegrina è davvero molto oneroso e impegnativo e gestire delle persone non è cosa facile, anche se solo per una notte, per un pasto e una colazione: le spese che devo sostenere sono comunque sempre troppo alte rispetto alla donazione, che deve essere ovviamente volontaria. Nell'ostello è prevista una accoglienza e una organizzazione e l'hospitalero è un volontario, è sostanzialmente lui che fa la differenza e crea il clima ideale per una esperienza positiva, non ha spese eccetto che per il viaggio. Le spese sono sostenute dalla parrocchia o dal comune, per i privati si tratta di fare business altrimenti devono chiudere. Insomma riportare il pellegrinaggio all'origine non sarà cosa facile, solo una organizzazione ad hoc che ha questo obiettivo potrebbe riuscirci definendo i parametri necessari e imponendo una quota fissa minima al pellegrino. Poi lo spirito del Cammino può fare il resto. El Camino de Santiago, en general desde que lo hago, ¡ha cambiado mucho en los últimos 20 años! Particularmente con la llegada de internet y la telefonía móvil, luego covid. La situación económica mundial ha cambiado radicalmente al igual que la forma de entender la peregrinación que hoy también puede definirse como “pelegrítica”. Un turismo 'low cost' que explota lo donativo (sin donar) para hacer unas vacaciones baratas y estar orgulloso de ello. Entonces hay muchas razones. Ofrecer hospitalidad según el espíritu antiguo parece anacrónico, tanto por el compromiso organizacional como por los costos. Como Hospitalero, hice de mi hogar en Italia un 'hogar acogedor' en el Chemin d'Assise francés (De Vézelay a Asís) pero lamentablemente tengo que renunciar debido a las exigentes condiciones de gestión, incluso si los costos son bajos en mi hogar. Ofrecer hospitalidad a los peregrinos es muy oneroso y exigente y gestionar a las personas no es fácil, aunque sea por una noche, una comida y un desayuno: los gastos que debo asumir son siempre demasiado altos en comparación con la donación, que debe ser obviamente voluntaria. En el albergue hay acogida y organización y el hospitalero es un voluntario, básicamente es él quien marca la diferencia y crea el clima ideal para una experiencia positiva, no tiene gastos salvo el viaje. Los gastos corren a cargo de la parroquia o el municipio, para los particulares es cuestión de hacer negocios de lo contrario tienen que cerrar. En definitiva, devolver la peregrinación a sus orígenes no será fácil, solo una organización ad hoc que tenga este objetivo podrá lograrlo definiendo los parámetros necesarios e imponiendo una tarifa mínima fija al peregrino. Entonces el espíritu del Camino puede hacer el resto.