Porto: 12 visitas para peregrinos inquietos

Porto, la gran capital del norte de Portugal, se ha consolidado, tras Sarria, como el segundo lugar de partida de peregrinos, lo que certifica el buen estado de salud del Camino Portugués. Según el balance de 2019, 39.345 peregrinos salieron de la ciudad y llegaron a Compostela, el 11,32% del total. Por lo tanto, si contamos los que hicieron solo algunas etapas sin llegar en esta ocasión a la meta, y aquellos que por el motivo que fuera no recogieron su certificado, aplicando los criterios de corrección que plantea la USC habríamos de pensar en una cifra próxima a los 60.000 peregrinos.

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Una vista atípica de la ponte de D. Luís.
Una vista atípica de la ponte de D. Luís.

Hay otro factor importante en el perfil de Porto, y es que a diferencia de Sarria la mayoría de los que eligen esta ciudad son, además de los propios portugueses, extranjeros (muy pocos españoles). Es por ello que hoy Porto puede ser calificado como el principal referente internacional en la partida del Camino de Santiago, mérito que in illo tempore correspondió a Roncesvalles y, posteriormente, a Saint-Jean-Pied-de-Port.

Es bien sabido que la pujanza de Porto no se debe a la gran promoción que hacen las administraciones, ni tampoco las asociaciones, ni siquiera los propios peregrinos por las redes sociales. En ocasiones pensamos que los anteriores canales tienen mucha o bastante importancia en la prescripción de itinerarios, pero aquí la causa es otra y muy conocida: un aeropuerto internacional, el Sá Carneiro, con vuelos desde numerosas ciudades de España, Francia, Italia, Reino Unido, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Suiza, Alemania, Austria, Polonia, Hungría, Turquía, Emiratos Árabes Unidos o Brasil.

Entre los peregrinos que desembarcan en Porto, o que regresan a casa desde su aeropuerto, casi todos suelen dedicar al menos un día para visitar la ciudad, cuyo centro histórico ha sido declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1996.

Queremos hoy ofrecer un somero repaso, para que el peregrino pueda aprovechar al máximo su estancia, de sus recursos patrimoniales. Avisamos que solo es una selección, imposible incluirlo todo, para la que se precisarán al menos dos días completos:

1. Catedral. Punto de partida del Camino, o mejor dicho del laberinto de rutas que han señalizado desde su atrio, la debería de ser el primer espacio al que presta atención un peregrino. Como la mayoría de las portuguesas, responde al concepto de iglesia-fortaleza, y su estructura es del s. XII, con modificaciones de los s. XVII y XVIII. Previo pago se puede acceder al claustro (s. XIV). A diferencia de lo que ocurre en España, y no les demos ideas, la entrada es libre de 9:00 a 18:30, en invierno hasta las 17:30.

2. Iglesia dos Clérigos. Monumento emblemático de la ciudad, diseñado por el arquitecto italiano Nicolau Nassoni (s. XVIII), por su esbelta y delicada torre barroca. Ascender a ella vale la pena, pese a los 225 peldaños, por las vistas que se obtienen sobre la ciudad. La visita está perfectamente organizada (a diario de 9:00 a 19:00), pero suele haber colas.

3. A Ribeira. Sin duda el espacio urbano más reconocible de Porto, antiguo barrio de marineros y comercial, con sus coloristas edificios instalados sobre una línea de soportales. Repleta de cafés y restaurantes con sus terrazas orientadas al Douro, puente de Dom Luís y Vila Nova de Gaia. Imprescindible para el paseo pero cara para el consumo, ya que es el corazón del turisteo.

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Detalle de A Ribeira
Detalle de A Ribeira

4. Mercado do Bolhão, Santa Catarina y el Café Majestic. Agrupamos aquí varios lugares del Porto burgués y decimonónico, entre ellos la clásica rúa peatonal y comercial de Santa Catarina, con su capela das Almas forrada de hermosos azulejos. 

En el número 112 de la calle abre sus puertas el mítico Café Majestic (de lunes a sábado de 9:30 a 23:30). Inaugurado en 1921, constituye un viaje a la Belle Époque, y está considerado como uno de los 10 cafés más hermosos del mundo, compitiendo con A Brasileira lisboeta.

A un paso queda el Mercado do Bolhão, de 1914, que siempre nos ha parecido como salido de Indochina o por ahí. Para evitar que se desplome han decidido reformarlo a fondo, y nos tememos que perderá gran parte de su encanto popular si se les ocurre, como en el de A Ribeira en Lisboa, crear un espacio gastronómico.

5. San Francisco y La Bolsa. Dos edificios inmediatos, pero muy diversos en su estilo y simbología. El templo conventual es gótico, pero el interior ha sido totalmente colonizado por la talla dorada barroca, generando un horror vacui en el que la selva parece haberse adueñado de todo. Por su parte, el Palacio de la Bolsa es clásico, refinado, muy british, y su interior un popurri de estilos que van de la Roma clásica al Salón Árabe, copia descarada de La Alhambra.

6. Los puentes de hierro con o sin barco. Símbolos del Porto comercial e industrial, los puentes de Dona María Pía y Dom Luis son de finales del siglo XIX, y su imagen ha quedado unida a la de la ciudad. El primero, destinado al ferrocarril, es obra de la factoría Eiffel, como es sabido especializada en mecanos, pero lo han afeado al aproximarle en exceso el nuevo puente de São João. El segundo, que se puede recorrer tanto por la plataforma inferior como por la superior para ir a Gaia (de hecho, el Camino Portugués Central lo cruza), lo firmó un discípulo aventajado de Eiffel, Syrig, que desde luego superó al maestro. Desde Porto y Gaia se obtienen múltiples perspectivas, pero también se puede hacer por el Douro un mini-crucero de 3 o 6 puentes, según duración.

7. Convento da Serra do Pilar (Gaia). Sublime monumento renacentista que suele pasar desapercibido pese a formar parte del Patrimonio Mundial. Admirables tanto su iglesia de planta circular con gran cúpula, como el claustro jónico, también circular, muy elogiados por los viajeros cultos de antaño. De martes a domingo, de 10:00 a 18:30, en invierno hasta las 17:30.

8. Una bodega en Gaia. Otra cita clásica que no debe perderse ningún viajero. Cerca de 20 bodegas pueden ser visitadas, y todas incluyen sus instalaciones históricas y modernas, exposiciones y una degustación. Entre las más bellas las de Cockburn’s, Sandeman o Ferreira.

9. Casa da Música. Obra concebida por el arquitecto holandés Rem Koolhas, Premio Pritzker 2000, que ha sabido conjugar la vanguardia y la técnica con el espíritu portugués. Fue proyectada para la Ciudad Europea de la Cultura de 2001, pero por diversos problemas no sería inaugurada hasta 2005. Visitas guiadas, mejor con reserva previa, a las 11:00 y 16:00.

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Casa da Música
Casa da Música

10. Cenar tripas o churrasquinho en un restaurante típico. Por fin es llegada la hora de satisfacer a los esforzados peregrinos, y para ello hay muchos restaurantes y casas de pasto, también de los populares que no han sucumbido a la renovación turística, en los que probar algunas de las especialidades de la ciudad. Por ejemplo las tripas o callos a la moda de Porto, el inconmensurable bacalhau de todo Portugal y las carnes grelhadas ó carvão. Preguntad asimismo por las francesinhas, de la familia de los sándwiches super-elaborados, no damos más pistas, que son una institución local.

11. Tranvía nº1 hasta la Foz do Douro. No solo Lisboa, también Porto tiene su elétrico amarillo, y si la icónica del Tejo es la línea 28, aquí es la 1, que va al borde del Douro y llega hasta el Passeio Alegre, en la Foz. Se puede utilizar para acortar en la salida por la variante costera. Recordamos que Porto fue la primera ciudad de la Península Ibérica en contar con tranvías, y que en el recorrido de la citada línea se encuentra el Museu do Carro Eléctrico.

12. Serralves. Para concluir la docena un recinto cultural, de primera magnitud, dedicado al arte contemporáneo. Álvaro Siza Vieira, arquitecto portuense de prestigio internacional (Premio Pritzker 1992), es autor del Centro de Arte, con su colección permanente y grandes exposiciones temporales, que aparece acompañado de la Casa Rosada, art decó, y de un cuidado parque de 18 hectáreas. Visita de 10:00 a 18:00, fin de semana hasta las 19:00, en verano hasta las 20:00.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador