Los albergues de peregrinos se preparan para abrir

Con la primera ola de la epidemia prácticamente extinguida, dos fechas son claves para la vuelta a una cierta normalidad: el 22 de junio, primer día después de la desescalada, cuando se levantarán las restricciones a la movilidad interprovincial —a no ser que que alguna CC.AA. decida lo contrario—, y el 1 de julio, con la apertura de fronteras y la entrada de turistas de algunos países en «condiciones de seguridad».

Debido a los aforos limitados, este nuevo camino requerirá de una mayor planificación y responsabilidad por parte de los peregrinos para evitar situaciones de colapso, sobre todo en los pueblos pequeños: la reserva será recomendada, aunque sea el mismo día por la mañana. Otro tanto cabe decir sobre la responsabilidad en el cumplimiento de las normativas en los alojamientos, gusten o no gusten, facilitando así el trabajo de los hospitaleros. 

Algunas asociaciones que gestionan albergues han decidido su próxima apertura, mientras que otras no lo harán hasta el próximo año como mínimo. Lo mismo ocurre en el caso de los albergues municipales, aunque en este caso hay muchos que todavía «no han tomado una decisión a la espera de ver cómo evoluciona la situación».

Sobre los 72 albergues de la Xunta de Galicia se sabe poca cosa; se ha aprobado una inversión de 7 millones de euros para adecuarlos a las nueva realidad sanitaria, y se especula sobre la creación de algo similar a una «central de reservas». La intención, según fuentes bien informadas, es abrir pronto, pero todavía sin fecha. Las administraciones públicas tienen grandes cualidades, pero la rapidez no es una de ellas.

En Portugal, donde la pandemia ha golpeado menos fuerte (5 veces menos muertes por millón de habitantes que en España), hay bastantes albergues que ya llevan varias semanas abiertos, y otros tantos esperando a que haya peregrinos para abrir. Nos dicen que están a expensas de lo que pase en España, y en este sentido poco pueden hacer. Se da el caso de grupos de peregrinos alemanes que han organizado el Camino Portugués en junio… hasta la frontera.

Respecto a los peregrinos internacionales, no parece que vayan a ser muchos los que vengan este año a hacer el Camino. Macron ha apelado al patriotismo —que en Francia no es poca cosa— de sus conciudadanos para salvar su propia industria turística. En Italia han tomado similar camino y hasta darán 500 euros a las familias para su gasto en turismo interior. De Alemania sí vendrán peregrinos, de hecho ya están haciendo sus reservas, y lo mismo cabe decir de Holanda; aun así, algunas encuestas apuntan a que dos tercios de los alemanes optarán por el turismo de proximidad, evitando este año tomar el avión. Reino Unido es un importante emisor de turistas de ciudad, sol y playa, pero menos importante para el Camino de Santiago. Y los futuros peregrinos de fuera de Europa dependen de decisiones políticas que ahora nadie conoce.

¿Cómo será este año el Camino de Santiago? Es imposible de saber, pues no hay precedentes de una situación ni remotamente parecida. Como dijo el físico danés Niels Bohr, «hacer predicciones es muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro».

Aun así, hay aspectos meridianamente claros: este año el ocio será de proximidad, y por lo tanto el Camino de Santiago será una opción a considerar por parte de los españoles físicamente activos. El miedo a un contagio hará que una parte de ellos prefieran quedarse en casa mirando series de Netflix; si será un porcentaje alto o bajo solo lo sabremos los próximos meses. Otro aspecto de peso es el económico, con una crisis que ha afectado de mucha gravedad a algunos sectores y, sobre todo, a las cuentas públicas; a pesar de la campaña de publicidad en que nos aseguran que «Salimos Más Fuertes» (¿?), la perspectiva generalizada es la de que se avecinan muy malos tiempos.

Pero pronto habrá de nuevo felices y despreocupados peregrinos caminando hacia el lejano sepulcro de un apóstol, viviendo en primera persona una de las más fascinantes y auténticas experiencias que existen en el planeta Tierra. Y esto es una buena noticia. Buen Camino.