Una guía para bicigrinos «de Costa a Costa»

La inmensa mayoría de guías sobre rutas jacobeas están orientadas al senderista o a peregrinos a pie, pasando de puntillas respecto a quienes las realizan por otros medios, especialmente en bicicleta. Por ello nos congratula la aparición de «España de Costa a Costa: el Camino de Santiago de los Mozárabes», cuyo autor es Miguel Ángel  Sánchez Rubí, una guía poco común que describe y documenta con todo lujo de detalles su recorrido ciclista desde Almería hasta Finisterre a lo largo del Camino Mozárabe Andaluz, la Vía de la Plata y el Camino Sanabrés. En el libro propone 21 jornadas en bici —que equivalen a unas 59 etapas a pie— entre el Mediterráneo y el Atlántico, que harán las delicias de muchos bicigrinos intrépidos.

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El nuevo libro–guía, que ha visto la luz en abril de 2022.
El nuevo libro–guía, que ha visto la luz en abril de 2022.

Hay que reconocerlo: el Camino Mozárabe está de moda. Gracias a la labor encomiable de la Asociación Jacobea de Almería–Granada, que la hizo merecedora en 2019 del premio Elías Valiña, cada vez más peregrinos —y también bicigrinos— se lanzan a recorrer este itinerario de contrastes que atraviesa las tierras de Andalucía y Extremadura, y que confluye en Mérida con la Vía de la Plata. Para quienes deseen realizarlo, desde hace unos meses ya disponéis en Gronze de la guía de todo el tronco central del Camino Mozárabe entre Granada, Córdoba y Mérida, que en breve completaremos con las etapas de los ramales que nacen en Almería, Jaén y Málaga. 

Como no hay dos sin tres, acaba de salir de imprenta el libro «España de Costa a Costa», un trabajo minucioso concebido como guía para ciclistas de largo recorrido. Su autor es el profesor e ingeniero forestal Miguel Ángel Sánchez Rubí, nacido en Almería en 1978 aunque granadino de adopción, y gran aficionado a la bicicleta de montaña. Después de su primer camino en 2005 desde Roncesvalles, Miguel Ángel había realizado otras rutas, pero fue en 2020 —después del primer confinamiento por la pandemia— cuando se lanzó a este periplo de varias semanas a lo largo de las sendas mozárabes y plateras, durante el cual surgió la idea del libro. Estamos ante una obra que destaca por su rigor y exhaustividad, combinando los itinerarios con informaciones prácticas, notas históricas y culturales, sugerencias, relaciones de alojamientos y servicios, códigos QR que enlazan con vídeos y tracks… hasta listas de taxistas y talleres para bicis en cada localidad. Un trabajo ingente de casi 400 páginas que esperamos resultará de interés para la preparación desde casa de esta singladura sobre dos ruedas, si bien también incluye indicaciones básicas respecto de las etapas a pie. 

Y decimos «preparación desde casa» porque este libro no puede considerarse precisamente un roadbook, no estamos ante una guía liviana ni fácil de llevar encima: su gran tamaño y su peso —más de un kilogramo— no resultan adecuados para la mochila o el bolsillo del pantalón de senderista, y tampoco cabe en el porta–mapas de una bici. En nuestra modesta opinión, el libro adolece de dos pecados de juventud: por una parte su voluntad casi enciclopédica, pues al margen de las etapas, el autor dedica muchas páginas a la manera de utilizar la guía, a cuestiones generales, historia y leyendas de las peregrinaciones, cómo preparar tu camino, grado de dificultad y exigencia física, elección de bicicleta, equipamiento básico y mantenimiento, navegación, opciones de transporte… Un gran cajón de sastre —muy interesante, eso sí— que remata con una redacción en primera persona de su propia experiencia, epílogo que no acaba de encajar con el tono utilizado en el resto de la obra; otro error es la elección de un papel de excesivo gramaje (con un papel más fino y ajustando los espacios se habría reducido el peso y volumen a menos de la mitad). 

El diseño y la maquetación interior son intachables (sólo indicar un desfase entre el índice y el contenido relacionado, a partir de la página 77), y tanto los gráficos, los perfiles de nivel como las fotografías cumplen con nota su función. Por el contrario, la portada del libro resulta poco atractiva (su formato y colores recuerdan aquellos tomos de listines telefónicos de las Páginas Amarillas), cuando ésta debería ser el primer elemento de seducción, un reclamo visual que anuncie la bondad del contenido. Tampoco nos acaba de convencer la concepción de los mapas de las etapas: no parece adecuada su ubicación al final de cada una de ellas, a veces verticales y otros apaisados, y aún menos incluir dentro del mapa un breve texto de autor con una tipografía decorativa ajena al resto de las utilizadas en el libro; sin duda, resultan más efectivos los detalles de tracks y callejeros que incorpora en algunas páginas. En todo caso, echamos en falta distancias entre localidades, pues no aparecen en los mapas, y tampoco es fácil deducir el kilometraje de las jornadas a pie.

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Pareja de bicigrinos avanzando a buen ritmo por una pista de tierra.
Pareja de bicigrinos avanzando a buen ritmo por una pista de tierra.

Estas observaciones, que corresponden a aspectos formales del libro, no pretenden poner en duda el magnífico trabajo realizado por Miguel Ángel Sánchez, proyecto que ha contado con la colaboración de la Asociación Jacobea de Almería–Granada Camino Mozárabe, de la cual es socio. Evidentemente, el recorrido que une la costa mediterránea con el Finisterre atlántico se puede seguir con facilidad cargando en vuestro GPS o en el móvil los tracks que el autor ha colgado en Wikiloc, si bien los textos del libro, muy ágiles, la visión de conjunto y la abrumadora cantidad de datos que aporta la guía en papel probablemente compensarán a muchos bicigrinos durante la preparación de su ruta. Esperemos que el autor haya contemplado algún sistema que facilite la actualización de la información más relevante, especialmente si se producen cambios en el trazado así como altas o bajas de alojamientos (un problema habitual de las guías en papel, que al cabo de pocos años quedan desfasadas, salvo que se prevean revisiones o reediciones periódicas).

El libro se puede adquirir al precio de 34,95 euros en las principales plataformas, o solicitándolo directamente al autor a través de su Facebook: así como en su grupo de Instagram: spain.de.costa.a.costa.

Y una última consideración, que esperamos sea tenida en cuenta en futuras reediciones: el Camino Mozárabe adquiere sentido al unir con su trazado las tres ciudades históricas de Granada, Córdoba y Mérida, capitales cada una de ellas de grandes reinos o territorios en épocas nazarí, califal y romana, respectivamente. Resulta incomprensible que este libro-guía del Camino Mozárabe —y  de buena parte de la Vía de la Plata— no incluya las etapas inmediatas a Mérida, y por tanto no incorpore datos, monumentos ni servicios de la Emérita Augusta romana, ni de dichas etapas. El motivo es que, en su viaje en bici, el autor decidió tomar un atajo que evita el paso por Mérida, una variante no oficial que discurre por las localidades de Trujillo y Monfragüe (ruta más directa y que tal vez tenga su enjundia, pero que ni siquiera está señalizada), y optó por explicar en el libro tan sólo ésta última. Como opción personal nos parece respetable, pero consideramos que lo adecuado hubiera sido documentar ambos itinerarios: el camino oficial (que utilizan la inmensa mayoría de peregrinos y bicigrinos) y la ruta alternativa (por ahora minoritaria). Desde aquí aplaudimos la iniciativa y tenacidad de su autor, y quedamos a la espera de nuevas guías de otras rutas en bici, terreno en el que Miguel Ángel Sánchez ha demostrado ser merecedor del maillot amarillo.

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Camino Mozárabe, de camino a Córdoba
Camino Mozárabe, de camino a Córdoba

Arquitecto, fotógrafo y redactor de guías

Comentarios
Jaor
Imagen de Jaor
Hay que agradecer la labor encomiable de Miguel Ángel con la aparición de esta Guía desde el Cabo de Gata al de Finisterre, que nos permite a los peregrinos estar documentados para llevar a cabo esta larga y bonita peregrinación. Miguel Ángel, como muchos peregrinos antes de publicarla se ha informado y ha conocido in situ las vías de comunicación, alojamientos del denominado atajo que el Sr. Carles dice. El peregrino, Sr. Carles peregrina hacia Compostela por donde su orientación familiar, cultural, académica quiere y se lo permite, estando informado, no tiene que atenerse a ninguna norma establecida para fijar su camino de peregrinación, por donde tratan de dirigir a los peregrinos hacia Mérida. No le parezca incomprensible que los peregrinos informados no pretendan ir hacia Mérida, pues la ciudad emeritense no se encuentra en el camino desde Andalucía Oriental hacia Compostela. Va hacia el Oeste y Sudoeste desde la comarca de La Serena. Tenga en cuenta e infórmese que cuando en la civilizaciones árabe y romana la ciudad de Córdoba era emporio de estas culturas en el Sur de España, la ciudad de la Bética romana, contaba con más de un millón de habitantes y los mozárabes se dirigían a Compostela y el Norte de la península a través de la calzada romana Bracara Augusta, ahora expoliada, y para dirigirse por esta calzada pasaban el río Guadiana por el puente de Medellín o el vado de Rena en las inmediaciones de Villanueva de la Serena, ya a partir del siglo XV pasaban el Tajo por el puente de El Cardenal en Monfragüe, donde en su ermita estaba instalada la Orden de Santiago, hasta Mérida desde Medellín son sobre 50 kilómetros más. Hay planos islámicos y de calzadas romanas que lo atestiguan. Yo y cualquiera cuando viajamos procuramos ir por el camino más recto. Así desde Córdoba a Madrid no se le ocurre a nadie ir hacia Cáceres, por ser ciudad patrimonio de la humanidad, sino que vamos por Despeñaperros y la Mancha hacia Madrid. Pues de igual modo el peregrino siempre hasta el año 1994 ha ido por Trujillo, Monfragüe y Plasencia, sus connotaciones jacobeas, convergencia con el camino de Guadalupe y sus distancias así lo avalan. El camino mozárabe por Trujillo, ya lo documentó su compañero Antón Pombo. https://www.gronze.com/articulos/camino-mozarabe-por-trujillo-una-propuesta-con-sentido-14350 El camino hacia Mérida fue una propuesta de la Asociación del Camino Mozárabe de Córdoba que en 1998 para economizar pintura y desplazamientos optó seguir hacia Mérida para conectarse a la Vía de la Plata que ya estaba señalizada por el resto de Extremadura y Castilla/León. Este camino mozárabe por Trujillo, si está señalizado con señalizaciones jacobeas, de organismos e instituciones. Pues se pasa por Vías Verdes, Senderos del Parque Nacional de Monfragüe, Caminos de Regadío, cañadas de trashumancia y escasos arcenes de carretera. En Extremadura los caminos son amplios y rectos, normalmente se sigue el camino prioritario y cuando hay algún desvío, escaso, se informa con fotos alusivas y comentarios en la página de facebook Camino Mozárabe por Trujillo. Y le sugiero Sr. Carles que siga informando a los peregrinos que vayan hacia Mérida, así los peregrinos que nos decidimos por el Camino Mozárabe por Trujillo, peregrinos avezados, iremos más tranquilos y sosegados y nuestra introspección, comodidad y alojamientos estarán resueltos sin la competencia de las turbas de turigrinos y turistas que invaden los caminos, aprovechándose de las infraestructuras desplegadas para los peregrinos, y que en este camino las hay. PARA PEREGRINAR NO ES PRECISO COMPETIR SINO DISFRUTAR.
Miguel Ángel Sá...
Imagen de Miguel Ángel Sánchez Rubí
Estimado Carles, ha realizado una valoración concienzuda de la obra, se lo agradezco sinceramente. Dejo claro que el ejemplar que les envié es un ejemplar de imprenta y no usaron el mismo papel ni cubierta que los ejemplares que se venden a través del Editorial Círculo, que por cierto se ajustan a las especificaciones que usan editoriales como Anaya o Geoplaneta. Esta tendencia de guías, son en mi enfoque un libro de preparación e inspiración antes del viaje, un posible libro de regalo que nunca quise que fuera un roadbook; en este sentido aprovecho para decir que por fin en 1 semana sacaré la versión digital, que estará a la venta en Amazon KDP y otras plataformas de ebooks, de forma que cualquiera que lo desee, llevará la guía en su móvil. Un afectuoso saludo. ¡Ultreia!