Los políticos en el Camino de Santiago

La utilización del Camino, como escaparate privilegiado para alcanzar visibilidad y hacer autobombo, es un fenómeno cada vez más frecuente. Sin embargo, la ruta milenaria está habituada a esta clase de exhibicionismo oportunista, nada nuevo bajo el sol,… ni bajo la lluvia. Desde tiempo atrás se ha utilizado la peregrinación jacobea como un teatro para acaparar la atención del respetable. Lo hicieron los Reyes Católicos, tan queridos por el nacional catolicismo y sus fans postreros, el venturoso rey Don Manuel de Portugal, el bohemio en ambos sentidos barón Leo von Rosmithal o el príncipe Cosimo III de Medici, todos ellos acompañados por su corte, bien nutrida de cronistas de oficio y aduladores paniaguados.

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Macarena Olona, exdiputada y excandidata de Vox a la Junta de Andalucía, en el Camino de Santiago.
Macarena Olona, exdiputada y excandidata de Vox a la Junta de Andalucía, en el Camino de Santiago.

Parece ser cierto que en el Camino resuenan con mayor fuerza los mensajes, máxime cuando se suma el corifeo incondicional de los tifosi en las redes sociales, y una prensa ávida de noticias añosanteras más allá de las vulgares ampollas o los grupos ruidosos que desatan la peregrinofobia en la ciudad del apóstol. Es así como todo tipo de causas, de la más noble a la más abyecta, han encontrado acomodo para su promoción en el itinerario. Y entre quienes se manejan con soltura en el singular e incomparable ecosistema de la política, la ruta jacobea puede darles mucha cancha.

Un ejemplo reciente de esta utilización la ha protagonizado Macarena Olona, exdiputada y excandidata de Vox a la Junta de Andalucía, que desde su rebeldía frente al partido ha sabido generar interés por su performance, y hasta llegó a sufragar con 300 €, no está nada mal si se pernocta en albergues, a aquellos acompañantes que, carentes de medios, se sumasen a la marcha. Dicho lo cual se ha plantado en Sarria con una mochila de 20 kg (¡a saber lo que llevaba en su interior!, preferimos no hacer elucubraciones, tal vez conste de una carga penitencial inconfesable). 

Como hemos podido comprobar, desde el minuto cero y recurriendo a símiles taurinos, se ha tocado con una camiseta reivindicativa españolista, y arropada por la familia no ha dejado de hacer declaraciones, día tras día hasta el hartazgo, a los periodistas, que en este triste año santo de los récords no habían mostrado tanto interés por un peregrino desde que había pasado en bici Ronaldo.

Pero para llegar a ser una nueva pucelle d’Orleans no parece suficiente un makuto a todas luces sobrecargado y un paseo de 100 km, sino una gesta más ambiciosa, acaso desde el Pirineo. Si así lo hubiese planteado, podría haberse codeado con héroes de la talla de Roldán, el Matamoros de Clavijo o el Campeador, ¡casi nada, recibir el espaldarazo de gran dama por parte del Santiago de Las Huelgas (sin parangón con la titiritada de los «Cabaleiros y Damas» de Melide), reverdecer las glorias de la orden de Santiago al pasar por León, evocar a Don Suero junto al Órbigo, dejar parte de tan pesada carga en la Cruz de Fierro (perdón por insistir en el asunto, pero es que pensamos en las hernias discales) y evocar, en suma, la Marcia su Roma de 1922. Y tal vez recordar también a Elías Valiña, aunque este héroe, de otro género, no debe figurar en su santoral.

Pero no, qué le vamos a hacer, Macarena se ha metido de lleno en el rally Sarria-Santiago (ese, ese), y bendiciendo esta forma de peregrinar le ha restado nobleza, épica y gallardía a la epopeya. Además, se ha perdido la larga y eterna procesión de La Mandrágora, que se estira hasta el Montejurra, en la que como es sabido figuran Celia Gámez, Manolete, San Isidro Labrador y el soldado desconocido, entre otros muchos próceres y famosos de la España Cañí.

Nos imaginamos, y seguro que imaginamos mal, que cinco días no solo son el mejor paquete para la pingüe gestión de las agencias de viajes que actúan en el «territorio Compostela», sino también el tiempo máximo que la noticia puede dar de sí antes de que se agoten los titulares preparados para cada etapa.

Otra vez será…, y tal vez con su ejemplo, el camino vuelva a convertirse en un espacio reivindicativo para tirios y troyanos. Si Pablo Iglesias toma el relevo prometemos prepararle un santoral ad hoc

De peregrinatio politicorum, liberanos Domine.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
amancio
Imagen de amancio
Genial ejercicio de retranca, grande Antón!!! Un día habría que hacer un memorial de camisetas que se llevan en el Camino de Santiago. ¿Será lo próximo despedidas de soltero o soltera con todo tipo de atributos explícitos de este tipo de ocasiones? Gracias por este artículo!!!