Inaugurado un albergue para peregrinos en Madrid

La noticia ha dado lugar a diversos entuertos que es menester aclarar. En primer término que este albergue, situado en el corazón del Madrid de los Austrias —luego diremos dónde y porqué—, no está concebido para los cuatro gatos, en realidad bastantes más, que cada año hacen el Camino de Madrid. Se trata de un alojamiento concebido por peregrinos, y más concretamente por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga, que en realidad recoge el relevo dejado por Diego Yoon, integrado como responsable y hospitalero en el nuevo proyecto.

Dada la envergadura de la empresa, en la habilitación del espacio y puesta en marcha de las instalaciones se ha invitado a participar a otros colectivos jacobeos, entre ellos Camino Francés Federación, la Fraternidad Internacional de Amigos del Camino de Santiago y asociaciones extranjeras como las de Corea en Madrid, American Pilgrims (EE.UU.), Canadian Pilgrims (anglosajona de Canadá), Dinamarca, Argentina, Alemania (la de Trier) y Peaceble Projects. A sus aportaciones económicas también se ha sumado una financiación proveniente de los Fondos Next Generation de la UE.

Este albergue, que por el momento ofrece 24 plazas que serán ampliadas a 40, pretende funcionar como un abrazo de bienvenida para los peregrinos que llegan a Madrid, sobre todo en avión y desde países lejanos. De este modo, frente a la hostilidad inherente a las grandes metrópolis, encontrarán una casa que los recibe y acoge como peregrinos, no como viajeros indiferenciados o turistas masivos. Para reforzar esta idea, el albergue también cuenta con un Centro de Información del Camino, en el que de primera mano podrán recabar todos los datos que precisen, disipar dudas y temores, propias de los primerizos, y encontrar apoyo para el desplazamiento hasta el inicio de la ruta que hayan elegido.

En este trabajo de asistencia, que implica mucho más que un lugar para pernoctar, participarán hospitaleros voluntarios internacionales, los primeros ya confirmados de Corea, EE.UU., Alemania, Portugal y España. Dos coreanos están ahora mismo realizando la acogida: el propio Diego Yoon y Agnes.

Disipada la primera duda, ahora vamos al lugar en cuestión, que no es otro que el Convento de las Comendadoras de Santiago, ¡mejor elección imposible! La rama femenina de la orden de Santiago cuenta con tres casas en España, además de la madrileña, en Toledo y Granada, y la congregación ha aceptado con entusiasmo la idea de destinar parte de su vasto e histórico edificio, en una zona anteriormente destinada a aulas (permanece un colegio en otro sector), al nuevo cometido. En las negociaciones también participaron, y alentaron la firma del convenio, que tuvo lugar en junio de 2022, los caballeros de la Orden de Santiago. Por lo tanto, aquí las cruces rojas con la espada, como apunta Juan Carlos Pérez Cabezas, presidente de la AACS de Astorga, no forman parte de ningún diseño jacobeo oportunista o de la decoración, sino que son historia viva de la institución y emblemática del propio edificio. En palabras de Sor Rosario, la Comendadora Mayor de una comunidad que cuenta con 16 monjas, asumir este proyecto ha sido volver al patrón Santiago, razón y ser de la orden desde su nacimiento.

El convento de las comendadoras, emplazado muy cerca del Cuartel del Conde Duque y la Plaza de España, y a dos manzanas de la iglesia de Santiago, entre las estaciones de metro de San Bernardo, Noviciado y Plaza de España, fue fundado en 1650 por el rey Felipe IV, y constituye un Bien de Interés Cultural singular que, precisamente, ha estado sometido a un largo proceso de restauración que concluyó en 2024.

Por lo tanto, constituye todo un lujo para los peregrinos, que, para poder usar las instalaciones, con un precio que en Madrid es puramente simbólico (12 €), tendrán que registrarse en la web propia (caminodesantiagooficial.com) y presentar un aval de una asociación jacobea de su país. Salvo causa de fuerza mayor, podrán alojarse una sola noche, pero una a la ida y, si se desea y ya con el testimonio de la credencial sellada o la Compostela, otra a la vuelta. En un principio se piensa en los peregrinos que llegan a la capital procedentes de destinos lejanos, sobre todo en avión, pero en función de la disponibilidad el albergue también está abierto a otros peregrinos en tránsito, también nacionales, obligados a recalar en Madrid.

El modelo de gestión se basa en la experiencia de la Asociación de Astorga, una de las pocas que cuentan con un gran albergue de su propiedad (Siervas de María) adquirido a través de una hipoteca. Y en la acogida se recurre a una herramienta esencial, bien conocida en el Camino, que aporta experiencia, calidez y fraternidad o familiaridad peregrina: el voluntariado.

Por cierto, el albergue ya está abierto y operativo, la inauguración no fue una escenografía a la que nos tienen acostumbrados algunas administraciones. Y los primeros peregrinos acogidos han sido, precisamente, unos coreanos: todo un símbolo de la internacionalización de la ruta jacobea y de la vocación de la casa.

Desde Gronze deseamos larga vida a una iniciativa tan necesaria y, a la vez, de tan compleja realización teniendo en cuenta la protección del edificio en cuestión y que estamos en Madrid. Imaginémonos, por un momento, que vamos a Japón a hacer el Kumano Kodo, o el Shikoku Henru, y que en Tokio funciona un albergue de peregrinos, en el que nos reciben españoles hablando en castellano, para acogernos y facilitarnos la experiencia. Pues exactamente eso.