Etapa 9: Lezama - Bilbao | Al Loro

Etapa muy corta, cuyo único escollo es la subida al monte Avril o Iturritxualde. Hoy llegaremos a Bilbao, la ciudad más grande y poblada del Camino del Norte.

Durante el ascenso al monte Avril, prolongado pero no especialmente duro, ganamos 300 metros de altitud en poco más de 3 kilómetros; luego, por la otra vertiente, la bajada es toda ella por asfalto, pero nos regala vistas panorámicas sobre la ciudad de Bilbao y la ría del Nervión. En algún momento, si el día es despejado, tal vez lleguemos a ver el mar a lo lejos en el horizonte.

El tramo final de la subida discurre por un camino empedrado: son restos de la Calzada de los Zamudianos, que data del siglo XIV; formaba parte del Camino Real entre Bilbao, Gernika y Bermeo, ruta utilizada por los señores para ir a jurar los Fueros.

Entramos a Bilbao por la parte alta, a través de los barrios de Arabella y Begoña, pasando ante la basílica de Nuestra Señora de Begoña, del siglo XVI; tras la bajada final por las Calzadas de Mallona, con 213 escalones, salimos al casco viejo y a sus famosas Siete Calles, donde se halla la catedral.

Hay un albergue para peregrinos en Begoña, pero sólo abre en temporada alta; los demás alojamientos y hostels de la ciudad están orientados básicamente a turistas, aunque por supuesto acogen a peregrinos.

Los peregrinos con credencial disponen de visita guiada gratuita a la catedral de Santiago, en pleno casco viejo, y a la cercana iglesia de San Antón. En ambos lugares se puede sellar la credencial.

El interés cultural de la etapa se centra en la visita a la ciudad: el casco viejo, la catedral de Santiago (la única del Estado dedicada al apóstol, aparte de la de Santiago de Compostela), el mercado de la Ribera (construido en 1929), el teatro Arriaga (1890), el museo Guggenheim (1997)...

Además del fotogénico museo Guggenheim, os recomendamos visitar el Museo de Bellas Artes, que está considerado la tercera pinacoteca más importante de España. Su colección permanente incluye obras del Greco, Zurbarán, Goya, Murillo o Sorolla, pero también de arte contemporáneo: Bacon, Chillida, Tàpies, Barceló… e incluso un Gauguin.

Si además de peregrinos sois futboleros, debéis saber que Bilbao cuenta con dos catedrales: la de Santiago, en el casco viejo, y San Mamés, la Catedral del fútbol español. El estadio del Athletic Club fue construido en 1913 y justo 100 años después sería substituido por el edificio actual —que nos parece bellísimo— levantado en el mismo lugar. El primer gol en el partido inaugural del viejo San Mamés lo marcó Pichichi, apodo del delantero bilbaíno Rafael Moreno Aranzadi (1892-1922), que daría nombre al trofeo que cada año recibe el máximo goleador de la Liga.

Aprovechemos nuestro paseo por la ciudad para dar un penúltimo repaso a la cocina vasca y a algunos de sus platos característicos: el bacalao al pilpil, las kokotxas en salsa verde, las angulas a la bilbaína o el famoso marmitako.

El casco viejo es un hervidero de bares y tabernas que ofrecen multitud de pintxos, todos ellos espectaculares. Reservad algo de espacio en el estómago para disfrutarlos.

Las carolinas, unas tartaletas de hojaldre con un cono de merengue, es uno de los postres más conocidos; también están buenísimos los pasteles de arroz o los canutillos de crema.