Etapa 10B: Bilbao - Portugalete (junto a la ría) | Al Loro

Hoy atravesaremos el Gran Bilbao, metrópoli de casi un millón de habitantes, recorriendo la ciudad y varios municipios vecinos. Es la etapa más urbana del Camino del Norte, tanto si optamos por la ruta oficial como por la opción «simplificada» junto a la ría.

Como veréis en el mapa existen dos —o tres— itinerarios posibles: el camino oficial (etapa 10A) presenta un trazado eminentemente urbano pero entretenido, con desniveles y buenas vistas; la otra opción —más simple y aburrida— es seguir la orilla derecha de la ría del Nervión (etapa 10B), siempre en llano y sin pérdida posible; por su parte, los ciclistas pueden aprovechar un carril bici por la margen izquierda de la misma ría.

Algunos peregrinos alérgicos a las grandes urbes deciden tomar la línea 2 del metro hasta Portugalete, pero en Gronze no recomendamos este tipo de soluciones… También hay quien utiliza un bote turístico que surca la ría, desde un embarcadero situado cerca del ayuntamiento (en verano realiza tres viajes al día, y el trayecto a Portugalete dura una hora; atención, pues no todas las empresas hacen paradas).

La opción junto a la ría es completamente llana y 5,9 km más corta que el trazado oficial; está señalizada con flechas a partir del puente Euskalduna, siguiendo un paseo peatonal de reciente construcción que lleva en dirección a Erandio. También se puede caminar por la orilla izquierda, si bien ese recorrido sería más propio para ciclistas.

En el puente de La Salve, junto al museo Guggenheim, hay ascensores gratuitos que nos permiten subir y tomar fotos desde lo alto. Por supuesto, es factible recorrer el primer tramo de la etapa indistintamente por una u otra orilla de la ría, pero al llegar al puente Euskalduna deberemos decidir la margen por la que continuaremos hasta el final de la jornada.

Lo más fácil para los ciclistas es que tomen el carril bici que nace debajo de San Mamés, en el muelle Olabeaga, que les llevará hasta Zorrotza por la orilla izquierda de la ría. En el mapa de la etapa podéis ver dicho recorrido, dibujado a trazos.

Esta jornada junto a la ría constituye una clase magistral sobre la transformación de la ciudad y su periferia: mientras caminamos podremos visualizar el declive que en las últimas décadas ha sufrido la industria pesada, instalada en la otra orilla.

Puesto que esta etapa por la ría es muy corta, numerosos peregrinos aprovechan la tarde para volver a Bilbao en metro o tren cercanías, y así completan las visitas culturales pendientes.

Aquellos que tomen esta variante por la ría y finalicen temprano, pueden alargar la etapa 12 km más hasta el pueblo de Pobeña, fuera ya del torbellino metropolitano, donde hay un albergue municipal con hospitaleros voluntarios.

Además de su interesante casco antiguo y de la basílica de Santa María (siglos XV-XVI), la villa cuenta con un monumento que funciona los 365 días del año: el Puente Colgante —o Puente de Vizcaya— construido en 1893 sobre la ría del Nervión, que une Getxo y Portugalete; su ingenioso diseño, con una barquilla transbordadora suspendida por cables, sirve para el paso de personas y vehículos, sin afectar la navegación de grandes buques; en 2006 fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

Contra lo que pueda pensarse, el nombre de la localidad no tiene ninguna relación con Portugal: todo indica que proviene del topónimo euskera Ugalde (ribera) y de su derivado Ugaleta (recodo del río); es este lugar los romanos instalaron un puerto comercial, al que se referían en latín como In Portu Ugaleta, y de ahí nació Portugalete.

Las festividades locales son el 1 de julio, Virgen de la Guía, con chupinazo, izado de los Dominguines, fanfarrias, txistularis, cabezudos y procesión marítima por el Nervión, y las fiestas de San Roque, a mediados de agosto. En ambas podremos disfrutar de concursos gastronómicos y de las tradicionales competiciones de soka-tira.

Tanto el bacalao, los chipirones en su salsa o encebollados, como el chuletón son apuestas seguras en los restaurantes de Portugalete. El vecino pueblo de Santurce (Santurtzi), en la desembocadura del Nervión, es conocido por sus sardinas, las famosas sardinitas frescas que dieron lugar a una canción popular.