Etapa 19: Cerro Muriano - Villaharta | Al Loro

Distancia: 
20,4 km
Duración: 
5 h 15 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

Jornada poco exigente en el terreno físico, que discurre en su mayor parte en paralelo a la carretera nacional N-432 o su antecesora, la N-432a. El trazado de la etapa recupera antiguas vías de comunicación, tales como diferentes calzadas romanas entre Andalucía, Extremadura y la Meseta, y también la Cañada Real Soriana, una vía pecuaria muy transitada hasta hace pocas décadas por pastores y sus rebaños durante la trashumancia.

La etapa arranca por una acera que al cabo de un kilómetro se convierte en carril bici. La mayor parte del recorrido es ciclable, con un firme apto para las bicicletas incluso si llueve. Por favor, que nadie tome la carretera nacional, pues sería un suicidio por la cantidad de tránsito y la velocidad a la que circulan coches y camiones.

Al salir de Cerro Muriano es fácil que nos crucemos con algún carro de combate o soldados uniformados realizando instrucción… Pero no os alarméis, no estamos en guerra: dicha presencia militar se debe a que pasamos junto a las instalaciones de una gran base del Ejército de Tierra, sede de la Brigada X Guzmán el Bueno. De hecho, en las últimas décadas dicho batallón motorizado ha participado en numerosas misiones internacionales de paz.

A pesar que hoy toca caminar casi siempre en paralelo a carreteras, su cercanía no resulta agobiante, pues nuestro recorrido aprovecha algunos caminos y senderos de tierra entre encinas y monte bajo. Dominan los paisajes de matorral mediterráneo, con plantas como la jara, el lentisco, la adelfa, el cantueso –lavanda– o la retama.

La antigua estación de tren, abandonada desde 1974, pertenecía al término municipal de Obejo, aunque la distancia a dicha población era de más de 20 kilómetros. Esta línea férrea, conocida popularmente como El tren de la Sierra, entró en servicio en 1873 y estaba destinada sobre todo al transporte de minerales provenientes de las numerosas explotaciones mineras y carboníferas de la zona.

A la salida del pueblo podemos ver en lo alto, a nuestra izquierda, el castillo de El Vacar. Los romanos establecieron aquí una guarnición militar al objeto de controlar la confluencia de las calzadas Corduba-Emérita (Mérida) y Corduba-Sísapo (Almadén), rutas utilizadas ya desde época tartesia para transportar los minerales extraídos en las minas de la región, especialmente cobre, cinabrio –fuente del mercurio– y galena argentífera –plata–. En el siglo X, durante el califato omeya de Al-Hakam II, la alcazaba de Dar-al-Bacqar se convirtió en baluarte estratégico al objeto de defender el valle del Guadalquivir ante los reinos cristianos.

Dos kilómetros antes de Villaharta el camino pasa junto a la fuente de Malos Pasos, situada en el interior de un pequeño pabellón que nos recuerda la tradición balnearia de la localidad. El agua que sale del caño, ligeramente carbónica, presenta regusto metálico fruto de la presencia de minerales férricos en el subsuelo.

Existe una variante histórica conocida como Ruta Mozárabe por el Valle del Guadiato, que se desvía hacia Espiel, pasando por Villanueva del Rey, Belmez y Valsequillo, para desembocar en Monterrubio de la Serena (Badajoz), donde se retoma el recorrido oficial. Aunque la distancia sea similar (unos 93 kilómetros en total), la señalización de dicha variante es deficiente y carece de servicios específicos para peregrinos.

La altura, el aire limpio y la escasa contaminación lumínica convierten Sierra Morena y Los Pedroches en un paraíso para los amantes de la observación astronómica. En las noches despejadas y sin luna, os recomendamos acudir a alguno de los miradores de la Reserva Starlight de Sierra Morena (uno de ellos cerca de Villaharta) para disfrutar del maravilloso espectáculo de estrellas, constelaciones y planetas observables a simple vista, sin necesidad de telescopio. Más información en www.astronomiasierramorena.org

El nombre de la localidad probablemente hace alusión a su posición elevada entre los ríos Guadiato y Guadalbarbo. Este pequeño pueblo, con casas blancas y calles empinadas, creció a partir del siglo XV alrededor de una venta donde se hospedaban mercaderes y viajeros. Más tarde, las propiedades terapéuticas de las aguas que manan de su subsuelo provocaron un auge turístico de la localidad a finales del siglo XIX. Los manantiales de Fuente Agria y las fuentes del Cordel y de Malos Pasos, con aguas carbonatadas y ferruginosas, son testimonio de dicha actividad balnearia.

En 2022 se inauguró el albergue municipal de peregrinos. Otra alternativa es el alojamiento privado La Buhardilla, agradable bed & breakfast en la casa de Amparo, ex peregrina y gran conversadora, a sólo 150 metros del centro.

El queso de oveja curado en aceite, elaborado en diferentes granjas de la comarca, resulta un manjar excepcional. Entre los dulces, no podemos perdernos los buñuelos de Villaharta, típicos de Carnaval (y cuyo aspecto resulta muy diferente a los buñuelos habituales), así como las sopaipas, las hojuelas y el hornazo. Otros platos típicos son las tortillitas de San José, el cochuflo de coles, la alboronía, el caldillo de perdigón y el lomo de orza.