Etapa 15: Boissezon - Castres | Recorrido

Distancia: 
17,3 km
Duración: 
4 h 15 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

0,0

3,2 km

La villa está totalmente rodeada de densos bosques, por lo que al cruzar el río Durenque penetramos rápidamente en uno compuesto por álamos, alisos, fresnos, robles y castaños, saludando la confluencia del Durencuse para continuar cuesta arriba hasta la encrucijada con la D110 y el acceso a las chambre d’hôtes La Pause.

Una pista forestal entre robles va al frente y desciende a Noailhac junto a las granjas de Galinie y Viallèle, y también del château de Roqueperlic, hasta la plaza de la Mairie.

3,2

3,9 km

Abandonamos pronto la D93, rodeando el barrio de Le Barthillou, para dirigirnos al norte y ascender junto a la casa de La Terrisse una loma ocupada por praderas, en la que se sitúa Lavergne.

7,1

5,7 km

Rodeando la propiedad, instalada en un bucólico entorno de prados con vacas, robles y pinos, tomamos el camino que en línea recta prosigue por una especie de túnel vegetal. Por un instante parece que hemos regresado a los montes de Lacaune, pues recorremos un tramo poblado de robles, abetos, pinos, castaños, acebos, espinos albares, zarzas…, el  bosque Ravin du Chien, pero será tan solo una suerte de despedida temporal, ya que en el descenso ya aparecen las viñas, ¡después de tanto tiempo!, precediendo a la descuidada aldea de Doutlagès.

Prosigue la bajada entre prados hasta Le Gourgs, que muestra casas nuevas con sus cuidados jardines, y sobre una carreterilla nos adentramos en otra zona boscosa que pasa muy cerca de la granja de Le Castelet.

2,9 Domaine Le Castelet. Entre bosques y prados ya percibimos a lo lejos la llanura, ocupada por núcleos dispersos. La montaña rusa se prolonga, siempre con la guía de las cruces de Santiago en forja, o los Crucificados de fundición que bendicen las encrucijadas, por la Route des Crêtes, que a través de Villeneuve (Le Clôt), donde se intensifica el tráfico rodado, alcanzamos la iglesia de Saint-Hippolyte.

2,8 Saint-Hippolyte.

12,8

4,5 km

Por un área periurbana, rodeamos un antiguo caserón con su robledal y ya entre casas (barrio de Les Tuileries) pasamos ante el policlínico de Sidobre, luego ante la escuela Roulandou, y más adelante junto a un feo iglesión y almacenes de vehículos militares y un cuartel. Siempre al frente, alcanzamos por fin el centro urbano ante un gran monumento al peregrino.

El Camino pasa ante la iglesia Saint-Jacques y cruza el Agout por el Pont Neuf, deparando una primera visión sobre las galerías que se asoman al río, prosiguiendo a su vera junto al Hôtel de Ville y por los bellos jardines barrocos de l’Évêqué.

4,5 Castres, Hôtel de Ville y catedral.

17,3