Etapa 35A: Baamonde - Sobrado dos Monxes (por Miraz) | Al Loro

Estamos ante la etapa más larga del Camino del Norte de nuestra guía, si bien puede dividirse gracias a la existencia de varios albergues intermedios. Presenta un perfil exigente, con frecuentes subidas y bajadas, y avanza a través de un territorio rural salpicado por minúsculas aldeas.

A la salida de Baamonde hay una variante por bosque (señalizada con mojones); debemos cruzar la vía del tren y el río Parga. Se une al camino principal en el puente medieval, justo antes de la capilla de San Alberte. Alarga el recorrido en 1,1 km, pero es más interesante y evita la carretera.

En el km 5,1 de la jornada tenemos la bifurcación entre el camino tradicional que va por Miraz (etapa 35A), y un nuevo trazado que pasa por As Cruces (que podéis ver en la etapa 35B). Los explicamos detalladamente en la pestaña Recorrido de cada etapa.

Por esta ruta, en un repecho de carretera tras superar el lugar de Corteporcos, alcanzaremos la cota máxima de todo el Camino del Norte: 710 metros de altitud, una altura modesta en comparación con otros caminos de Santiago. Tal vez por ello ni siquiera han señalizado dicho punto, y sólo veremos el cartel de rigor que advierte del cambio de provincia, pues dejamos Lugo y entramos en A Coruña.

A pesar de atravesar un territorio solitario y despoblado, a lo largo de la jornada iremos descubriendo, como oasis en el desierto, algunos bares que suelen funcionar también como tienda y restaurante: los encontraremos en Seixón, A Lagoa, Miraz, A Roxica y O Mesón.

Disponemos de varios albergues intermedios, la mayoría privados, en A Lagoa, Miraz y A Roxica, y un moderno albergue de la Xunta en A Cabana (ojo, pues no hay tiendas ni bares en la localidad). En temporada baja toda esta oferta puede quedar reducida a apenas uno o dos alojamientos, por lo que sería bueno informarse previamente.

Durante todo el año, los monjes del monasterio de Sobrado habilitan varias salas del claustro de los Peregrinos como albergue: una acogida austera en un lugar excepcional, bajo cuyo techo han pernoctado desde el siglo XII miles y miles de peregrinos.

La joya cultural de la jornada es el monasterio cisterciense de Santa María de Sobrado, un hito en el Camino que no podemos dejar de visitar. En su recepción, durante las horas de visita, nos sellarán la credencial.

Estamos en la región donde se elabora el queso de Arzúa-Ulloa. Aunque lo podremos encontrar en toda Galicia, merece la pena degustarlo aquí en su km 0.

Un plato característico de la localidad es la trucha a la montañesa, que se cocina frita, adobada con pimentón y rellena con lonchitas de jamón.

Los monjes del monasterio producen un delicioso dulce de leche, elaborado con la leche de sus propias vacas de raza frisona, que han bautizado como Mano de Santo Cisterciense; en la etiqueta de los frascos reza: “Envasado al silencio”. Está visto que estos monjes, además de buenos reposteros, dominan el marketing.