Etapa 19: Avignonet-Lauragais - Baziège | Al Loro

Con niebla, frecuente en el valle del Marés, reviste peligro el breve tránsito por la D43 (200 m), entre Avignonet y Villefranche. La vía circula por una larga recta en la que los vehículos van lanzados.

A excepción de alguna senda pedregosa o con barro (salida de Villenouvelle, llegada a Baziège), en la que habrá que poner pie a tierra o procurar el camino asfaltado paralelo, el tránsito por el Lauragais no presenta grandes problemas para los bicigrinos.

Las paradas de rigor para descansar y alimentarse se pueden hacer en Villefranche, sin ir más lejos en la misma Place Gambetta, o en Montgaillard, con áreas habilitadas al lado de la escuela y de la iglesia, e incluso con zona cubierta, caso de que llueva, en el gran porche de la Mairie.

El mercado de Villefranche, que se celebra cada viernes por la mañana en la gran plaza Gambetta, es uno de los más animados y pintorescos del Lauragais. También tiene relevancia el de Baziège, cuyo turno es el sábado.

El mejor lugar para la compra es Villefranche, donde habrá que apartarse un poco del Camino para encontrar, en la antigua nacional, sus tiendas (panaderías, supermercado, charcuterías). Recomendamos la boucherie Maurel, que tiene un poco de todo, también rica comida preparada para llevar.

Lo que a primera vista puede parecer un modesto pueblo de carretera con sus casas en ladrillo macizo vista, no es sino una bastida con algunas casas medievales, otras de la Edad Moderna y eclécticas, y el habitual mercado cubierto o halles. Un monumento sobresale por mérito propio: la iglesia de Nôtre-Dame-de-l’Assomption. Fundación de Jeanne, la esposa de Alphonse de Poitiers e hija de Raymond VII de Toulouse, posee una gran torre-muro, con su triple hilera de vanos en forma de mitra, encuadrada por dos torreones octogonales. El simbolismo del diseño es toda una declaración de principios contra los albigenses: los torreones representan el poder del Estado y la Iglesia, que sostienen la verdadera y única fe, y los tres vanos aluden a la Trinidad, combatida por los herejes y sostenida por los prelados católicos, de ahí la forma de mitra en los ventanales.

Hoy sí que toca hablar del cassoulet tolosano, que alcanza fama en Villefranche. En estación invernal o de lluvias es un plato apto e hipercalórico para los peregrinos que han caminado duro, pues en su composición incluye habas, varios tipos de carne (costilla de cerdo, tocino, confit de pato), salchichas tolosanas y morcilla de pato; también suele llevar tomate, zanahoria, cebolla y hierbas aromáticas. Típico de todo el suroeste, tres ciudades se disputan su creación: Castelnaudary, Toulouse, Carcassonne, en cada lugar con sus peculiaridades.

La segunda tentación para seguir el Canal du Midi surge hoy en Villefranche, donde no hay más que apartarse 2,2 km al sur para enlazar con esta autopista verde en L’Estanquet (D622). Al igual que Cristo en el desierto, negaremos también hoy esta posibilidad, so pena de correr el riesgo de convertirnos en algo diferente a un peregrino tradicional que pretenda guiarse por las huellas del pasado.

Otro pueblo de ladrillo vista con iglesia de Saint-Sernin (s. XVI), en posesión de otra torre-muro, y mercado cubierto dieciochesco.

Después de Villenouvelle, tras cruzar la D11 el GR presenta una deficiente señalización en su desvío ascendente a la derecha por el bosquete que acompaña al arroyo de Merderic.

La capilla de Sante-Colombe, también conocida como de Saint-Eutrope, aparece solitaria en medio de la campiña, propiciando buen abrigo al peregrino en su pórtico. Gótica del s. XV, y modificada en el s. XVI, conserva la portada con capiteles historiados, y un campanario-muro al estilo de la región. La única nave se encuentra cubierta por bóvedas de terceletes, acogiendo un Crucificado del s. XVI. En este lugar hubo una batalla (11-12 de abril de 1814), episodio de la evacuación de Toulouse por el ejército napoleónico del mariscal Soult frente a la armada de Wellington (ingleses, españoles y portugueses), en la que fallecieron 50 británicos y 25 franceses, todos ellos enterrados en el vecino cementerio.

Dispone de todos los servicios y parece un pueblo animado, carece sin embargo de lo más necesario para el peregrino: el alojamiento. Por fortuna, en la no lejana localidad de Ayguesvives, al otro lado del Canal du Midi y un tanto alejada del itinerario (a 3,3 km de Baziège), los Amigos del Camino cuentan con un hospitalario albergue en el que nos sentiremos como en casa.

La iglesia de Saint-Étienne, originaria del s. XVI pero con muchas reformas, la última neogótica del s. XIX, reproduce la arquitectura medieval con la característica fachada-muro, compuesta por tres pisos de arcadas; su carrillón consta de 26 campanas. El mercado del grano data de 1870.