Villefranche-de-Lauragais
Avignonet-Lauragais | » 11 km » | Villefranche-de-Lauragais | » 5.7 km » | Montgaillard-Lauragais | |
Etapa 19: Avignonet-Lauragais - Baziège |
Notas destacadas
El mejor lugar para la compra es Villefranche, donde habrá que apartarse un poco del Camino para encontrar, en la antigua nacional, sus tiendas (panaderías, supermercado, charcuterías). Recomendamos la boucherie Maurel, que tiene un poco de todo, también rica comida preparada para llevar. |
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Lo que a primera vista puede parecer un modesto pueblo de carretera con sus casas en ladrillo macizo vista, no es sino una bastida con algunas casas medievales, otras de la Edad Moderna y eclécticas, y el habitual mercado cubierto o halles. Un monumento sobresale por mérito propio: la iglesia de Nôtre-Dame-de-l’Assomption. Fundación de Jeanne, la esposa de Alphonse de Poitiers e hija de Raymond VII de Toulouse, posee una gran torre-muro, con su triple hilera de vanos en forma de mitra, encuadrada por dos torreones octogonales. El simbolismo del diseño es toda una declaración de principios contra los albigenses: los torreones representan el poder del Estado y la Iglesia, que sostienen la verdadera y única fe, y los tres vanos aluden a la Trinidad, combatida por los herejes y sostenida por los prelados católicos, de ahí la forma de mitra en los ventanales. |
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Hoy sí que toca hablar del cassoulet tolosano, que alcanza fama en Villefranche. En estación invernal o de lluvias es un plato apto e hipercalórico para los peregrinos que han caminado duro, pues en su composición incluye habas, varios tipos de carne (costilla de cerdo, tocino, confit de pato), salchichas tolosanas y morcilla de pato; también suele llevar tomate, zanahoria, cebolla y hierbas aromáticas. Típico de todo el suroeste, tres ciudades se disputan su creación: Castelnaudary, Toulouse, Carcassonne, en cada lugar con sus peculiaridades. |
Cultura e Historia
La población fue fundada por Alphonse de Poitiers, hermano del rey Saint Louis, en 1270. La fórmula utilizada fue la de una bastida, que como tantas otras procuraba reforzar el poder de la corona, tras la exitosa cruzada contra los albigenses, en las que habían sido posesiones de los condes tolosanos. Los ingleses la saquearon en 1355, pero merced a la ganadería y el cultivo del pastel alcanza cierta pujanza en el s. XVI, quitando protagonismo a Avignonet-Lauragais, y a partir de la concesión de su mercado del viernes por Louis XIV (1668). La estructura inicial, en torno a la gran ágora rectangular, se fue desfigurando con el paso de la N113, a lo largo de la que se estiró la población contemporánea.