El Camino Vasco del Interior, en sus dos variantes, pasa por tres comunidades autónomas y cuatro provincias: País Vasco (Guipúzcoa, Álava), La Rioja (La Rioja) y Castilla y León (Burgos). En Álava el camino pasa por el Enclave de Treviño, que pertenece a la provincia castellana de Burgos. El ramal que se dirige a la ciudad de Burgos no entra en La Rioja, y del País Vasco pasa a Castilla y León (Burgos).
Camino Vasco del Interior | Información
El Camino Vasco del Interior es el Camino de Santiago que va de Irún a Santo Domingo de la Calzada o a Burgos. También se lo conoce con otras denominaciones: Camino del túnel de San Adrián, Vía de Bayona o, más escuetamente, Camino Vasco. Su origen se remonta a tiempos del dominio romano, en los que ya constituyó una vía de comunicación de primer orden. Los ingenieros romanos aprovecharon ancestrales veredas de pastores para construir un camino continuo y de carácter permanente, una calzada romana de la que aún hoy quedan unos pocos vestigios. Siglos más tarde, en la Edad Media, devotos procedentes del suroeste de Francia y del País Vasco aprovecharon esta calzada en su camino hacia la tumba del apóstol, como así atestiguan las referencias jacobeas y los templos con advocación a Santiago que se encuentran a lo largo de la ruta. Aunque, seguramente, es uno de los caminos de peregrinación más antiguos, no tuvo el éxito que sí tuvieron otros caminos de peregrinación medievales, como los que cruzaban la frontera por Roncesvalles y Somport.
Introducción
A partir del año 2005, y enérgicamente promocionado por los departamentos de cultura y de turismo del Gobierno Vasco, el Camino Vasco del Interior se revitalizó como camino de peregrinación moderno y también, claro está, como camino de senderismo con el que disfrutar de la cultura, la gastronomía y el paisaje. A ello hay que sumar el trabajo desinteresado de las Asociaciones de Amigos del Camino de las localidades por las que transcurre (vascas, riojanas y burgalesas), a las cuales hay que agradecer la existencia de algunos albergues de peregrinos y la señalización del recorrido.
Sin embargo, el Camino Vasco del Interior sigue siendo un camino minoritario. No ha seguido la estela de éxito de otros Caminos de Santiago en los últimos años (Primitivo, Norte, Finisterre, Portugués, etc.); su lejanía a Santiago, la atractiva opción costera del Camino del Norte, el enlace rápido con el Camino Francés y la falta de información (sobre todo en la variante por Burgos) pueden ser los cuatro motivos principales. Pero no hay ninguna duda de que es un camino con mucho futuro; atractivos no le faltan.
El número de albergues, su distribución y su capacidad son suficientes para la afluencia actual de peregrinos. De todas formas, es muy necesaria la apertura de un albergue de peregrinos en Hernani y otro en Tolosa.
En general, el camino está correctamente señalizado, tanto en su variante de Santo Domingo de la Calzada como en su variante de Burgos. Aun así, hay algunos tramos mejorables, y algún que otro punto negro. En el apartado “Al Loro” de cada etapa detallamos aquellas situaciones, si las hay, susceptibles de causar alguna confusión.
En el País Vasco nuestro itinerario aprovecha muchas veces los llamados bidegorri, que en euskera significa “camino rojo” (pues algunos tienen el pavimento de este color). Un bidegorri es todo camino acondicionado para ciclistas y viandantes, y segregado del tráfico rodado. Suelen unir localidades, y son muy utilizados por los lugareños, tanto en días laborables como festivos. Es admirable la extraordinaria afición al ciclismo (y a los paseos) que existe por estas tierras.
Apuntes geográficos
El Camino Vasco del Interior cruza de norte a sur la Sierra de Aizkorri, el macizo más elevado del País Vasco y límite provincial entre Guipúzcoa y Álava, que se interpone como una gigantesca pared en nuestro camino. Y para cruzarlo haremos lo mismo que hizo el ejército romano hace dos mil años, y siglos después incontables comerciantes, aventureros, prófugos y peregrinos: aprovechar el túnel de San Adrián, un pasadizo natural excavado en la roca.
Sorprenderá al peregrino que nunca antes haya estado por estos lares los dos mundos que separa la Sierra de Aizkorri. Cambia drásticamente todo: la vegetación, la orografía, el clima, el modelo económico, la arquitectura, el urbanismo, la idiosincrasia… y, por supuesto, el precio de las cañas.
También en el ámbito geográfico cabe destacar que en la provincia de Guipúzcoa seguiremos el curso del río Oria, a contracorriente, nada menos que 50 kilómetros.
Más adelante, nuestro Camino Vasco del Interior cruza el Enclave de Treviño, un territorio que presenta una curiosa (aunque no excepcional) singularidad administrativa, puesto que está en el interior de la provincia de Álava pero pertenece a la provincia de Burgos. Está formado por dos municipios (y varias localidades): el Condado de Treviño y La Puebla de Arganzón.
Entre las comarcas naturales que atraviesa este camino, la mayoría de ellas sin delimitación administrativa, destacan algunas (sin menospreciar las demás, por supuesto) por su extensión y singularidad: la comarca del Goierri, en el interior de Guipúzcoa, de gran belleza y marcado carácter rural; la comarca de la Llanada Alavesa, en la provincia de Álava, de suaves valles, jalonada de excelentes construcciones románicas, y, en la variante de Burgos, la comarca de La Bureba, extensa y solitaria llanura encajada entre montañas.
Los dos caminos
¿Voy por Santo Domingo de la Calzada o por Burgos? Es una pregunta que, en un momento u otro, se hará el peregrino del Camino Vasco del Interior. Las dos opciones son interesantes, las dos están bien señalizadas, y ambas ofrecen suficientes atractivos. La variante de Burgos acorta el camino a la tumba del apóstol en 20 km respecto a la variante de Santo Domingo de la Calzada. Para quienes pretendan llegar a Santiago y ya conozcan el Camino Francés, lo más lógico sería optar por la variante a Burgos; para los demás, seguramente los días disponibles condicionarán la decisión.
Apuntes sobre la guía
En la “descripción del recorrido”, dentro de las etapas, ofrecemos puntos de referencia identificables, distancias parciales y apreciaciones que puedan ser útiles para la marcha. No describimos al detalle cada uno de los giros, cruces y bifurcaciones; en primer lugar, porque no es necesario en absoluto y, en segundo lugar, porque sería contraproducente para la claridad de la descripción. Seguir el camino es bastante sencillo, y pretendemos que su descripción también lo sea.
Como siempre, esta guía se distribuye en etapas simplemente para presentar la información de una forma ordenada y clara. Son, se podría decir, las etapas estándar, pero en ningún caso son las etapas recomendadas, pues cada peregrino es libre de hacer las que quiera.