De Ferrol a Santiago por el Camino Inglés, 2016

Nombre: 
Antonio
Cómo: 
A pie
Cuándo: 
Abril de 2016
Recorrido: 
De Ferrol a Santiago
Etapas: 
6
Experiencia: 

Ha sido mi primer camino y lo valoro muy positivamente. Quizás demasiados kms por asfalto pero al transcurrir por pequeñas aldeas y lugares el camino es muy agradable en su conjunto. Pero lo que más valoro ha sido el impacto que ha producido en mí como persona, realmente he sentido como algún tipo de energía atravesaba mi mente, realmente ha sido una experiencia transcendente, y no me refiero al plano religioso. He conseguido ver en mi interior aspectos de mi personalidad que se encontraban sepultados por los condicionamientos, reponsabilidades y presiones de la vida diaria. Lo he pasado en grande, se disfruta cada minuto, aunque hay momentos de dureza, es muy gratificante poder superar los obstáculos que se presentan.

Dificultad: 

No se podría calificar de duro, aunque se trata de 5 etapas, también se puede hacer hasta en 7 días haciendo paradas en los albergues de Miño y Presedo. Lo más duro son algunas subidas como la salida de Pontedeume, hay una cuesta pasando Miño tambien muy simpática y en el tramo entre Betanzos y Bruma, pero son puntuales y se superan con un poco más de esfuerzo.

Señalización: 

Señalización muy buena, imposible perderse, hay que prestar un poco de atención desde luego. Recomiendo llevar alguna guía.

Albergues: 

Albergues suficientes, aunque en Pontedume no había sábanas ni mantas suficientes, en Sigüeiro no hay albergue público. El mejor el de Betanzos y el seminario menor en Santiago.

Sugerencias a los futuros peregrinos: 

Es recomendable haberse entrenado un poco, importantísimo llevar un buen calzado y cuidarse los pies antes y después de la etapa con vaselina. Llevar solo lo justo, lo puesto y una muda aunque haya que lavar la ropa ya que cada kilo de más se nota, nada de llevar cosas por si acaso. Por último nada de carreras contrarreloj, disfrutar de cada paso, de cada rincón, charlar con cualquier caminante o lugareño que nos salga al paso. Caminar con la mente abierta y disponerse a sentir una emoción única.