Gijón para peregrinos: 6 visitas imprescindibles, 6 especializadas y 4 en los alrededores

Gijón es una de las ciudades más encantadoras del Camino Norte, que recibe a los peregrinos con su largo paseo de la playa de San Lorenzo (por aquí va todo el mundo, pese a que las señales del tramo histórico van por el interior). Le falta un albergue digno y céntrico, pero parece que por fin se ha formulado (más allá de la provisionalidad en el camping de Deva) en serio su construcción (está en obras el edificio Vicasa).

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Cimavilla, Elogio del Horizonte (E. Chillida).
Cimavilla, Elogio del Horizonte (E. Chillida).

---- 6 visitas imprescindibles ----

1. PASEO DE PLAYA DE SAN LORENZO

La playa urbana de San Lorenzo es una de las más emblemáticas del Cantábrico, y poco tiene que envidiar a las de Donostia o Santander, cuyo pedigrí les vino por las estancias regias. Por lo tanto, la ciudad portuaria e industrial de Gijón, hoy también de servicios y turística, poseía este democrático arenal para solaz de todas las clases sociales.

De 1,5 km de longitud, la playa se extiende, según el sentido de la marcha de los peregrinos, desde la desembocadura del río Piles hasta la iglesia de San Pedro (Campo Valdés). A finales del siglo XIX, cuando la burguesía comienza a acudir para tomar los baños de mar, y a respirar el aire yodado y salitrado, se acondicionó el espacio levantando un muro, origen del actual paseo, donde se situaban las casas de baños.

En el paseo se fueron abriendo diferentes accesos escalonados, hasta quince, que sirven de referencia para orientarse o citarse. El principal es el conocido como Escalerona (nº 4), obra racionalista de 1933.

Por cierto, como la playa es tan grande se distribuye por zonas temáticas: familiar, juvenil, sénior, de surfistas…, por ahora los peregrinos pueden integrarse en cualquiera, pero si aumentamos en número tendremos derecho a delimitar nuestro propio ámbito.

2. CIMAVILLA Y EL ELOGIO DEL HORIZONTE

En el cerro de Santa Catalina nació el Gijón medieval, pero el barrio de Cimavilla fue muy alterado, por lo que apenas quedan testimonios de aquella época. Permanecen, eso sí, ciertos rincones con sabor, tales las plazuelas de la Soledad, con la capilla del gremio de mareantes, o de La Corrada, y en la zona inferior las enlazadas de la Colegiata, Vizconde del Campo Grande, Remedios y Jovellanos, donde apreciaremos restos de la cerca romana, la torre del Reloj o la casa natal de Jovellanos. Reparemos que la aneja capilla de los Remedios, que formó parte del hospital de peregrinos, acoge la tumba del gran ilustrado gijonés, a quien tanto debe la ciudad.

El principal reclamo del barrio, no obstante, es la campa superior, un mirador sobre el Cantábrico en el que se alza la escultura Elogio del Horizonte (1990), gran estructura en hormigón que parece abrir sus brazos al mar. El autor, Eduardo Chillida, no logró aquí el aplauso inicial de la sociedad, como había sucedido con su Peine del Viento donostiarra, pero con el tiempo la escultura se ha convertido en todo un símbolo identitario de Gijón que hasta figura en los imanes para las neveras.

3. PLAZA MAYOR Y PLAZUELA DEL MARQUÉS

Toda ciudad posee su plaza mayor, y la de Gijón, dado el desarrollo urbano, se ha quedado un tanto desplazada del centro. Su diseño es tardío, de mediados del siglo XIX, y tiene forma rectangular y un carácter bastante sobrio, de raigambre castellana. Muestra tres lados porticados, uno de ellos ocupado por el ayuntamiento; por falta de presupuesto, el cuarto no se ejecutó.

La vecina plaza del Marqués goza de mayor encanto, ya que además de estar abierta al mar (en el pasado fue la plaza de la Barquera), aglutina edificios de diversos estilos, entre ellos la excolegiata de San Juan Bautista y el torreado palacio de Revillagigedo, ambos del siglo XVIII y dedicados a actividades culturales. Preside el ágora un monumento decimonónico al rey Don Pelayo, primero de la monarquía asturiana, que devendría en la española.

Muy cerca de esta plaza, no os lo perdáis, está el Árbol de la sidra, en su día creado para estimular el reciclaje del vidrio, pues está compuesto por nada menos que 3.200 botellas de sidra, pero dado el éxito permanece como una obra de arte más.

4. PUERTO DEPORTIVO Y PLAYA DE PONIENTE

Por aquí estaba el puerto medieval de Gijón, que no fue construido como tal hasta 1480, pero que aún tardaría mucho tiempo en hacer sombra al de Avilés, principal rada asturiana en aquel tiempo, y por lo tanto mucho mejor documentada para el desembarco de peregrinos.

Los puertos deportivos siempre alegran las localidades que los acogen con la plasticidad de los navíos atracados, un juego de mástiles, y la animación que propician llegadas y partidas, aunque el estatismo sea la nota dominante.

Junto al puerto están las Letronas, esto es, el nombre de la ciudad para hacerse la foto de turno como certificado del ¡aquí estuve yo! En este caso, al menos, huyen del formato estándar y reproducen el logo no en metacrilato u otro material sintético de poca monta, sino en acero, que por algo están por aquí cerca los altos hornos. Cada letra o grupo de letras, en color rojo obrero, pesa 2.000 kg.

El paseo marítimo de esta parte se prolonga al oeste, o sea hacia Compostela, por la playa de Poniente. Aunque artificial, esta playa tiene mérito, ya que nació sobre un espacio portuario, en su día ocupado por fábricas, astilleros y los muelles de Fomento, que estaba muy degradado. Fue creada a mediados de los años 90 y su longitud es de 500 m, resultando más segura para el baño que la de San Lorenzo. A ella se asoman modernos edificios en forma de navío.

5. PASEO DE BEGOÑA Y CAFÉ DINDURRA

Centro neurálgico de la ciudad, el Jardín y Paseo de Begoña se encuentra rodeado por edificios como la iglesia neogótica de San Lorenzo (1896), el  teatro Jovellanos (1899) y viviendas modernistas y eclécticas. La pérgola, fuentes y esculturas decoran el espacio.

En este ámbito se localiza uno de los cafés históricos más interesantes de España: el Dindurra. Aunque inaugurado en 1901, su impactante decoración art decó, que parece salida de un escenario de la Metrópolis de Fritz Lang, es obra de Manuel del Busto (1933). Tomarse aquí, al menos un café —también se puede comer—, es casi una obligación.

6. DE TAPEO Y SIDRERÍAS

No vamos a recomendar ningún local en particular, hay muchísimo para elegir, sino tan solo ofrecer algunas sugerencias. En primer lugar, recordando que en Gijón ponen unas buenas tapas de cortesía con la bebida, detalle que se agradece. Por otra, sabiendo que toda la ciudad está llena de chigres y sidrerías para tapear, desde Cimavilla a la zona del Carmen, pero también por el ensanche y los barrios. Y para concluir, que no podremos dejar de ir a una sidrería para probar unos culines, escanciados por nosotros mismos (se aprende muy fácil, en ello nos va la bebida) o por los camareros, y picar algo, quizá el célebre cachopo que los asturianos juran y perjuran que nada tiene que ver con un sanjacobo, todavía hay clases, aunque se le parezca.

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La plaza del Marqués, con el palacio de Revillagigedo y el monumento a Don Pelayo.
La plaza del Marqués, con el palacio de Revillagigedo y el monumento a Don Pelayo.

---- 6 visitas especializadas ----

1. TERMAS DE CAMPO VALDÉS

Sabemos que los romanos, pragmáticos ellos, elegían bien para ubicar sus asentamientos, por lo que concluidas las guerras que Augusto emprendió contra Cántabros, Astures y Galaicos, que por aquí no contaron con un Asterix y un Obelix, comenzó ipso facto el proceso colonizador.

En la bahía de San Lorenzo descubrieron un lugar idóneo para la recalada de la navegación de cabotaje, y fue dicho y hecho: ahí se instalaron en el cerro de Santa Catalina con su pequeña urbe murada que, obviamente, estaba especializada en el avituallamiento de los buques (factorías de salazón).

Para que los ciudadanos tuviesen buena calidad de vida, se construyeron unas termas, que son las que ahora podemos visitar en Campo Valdés, junto a la iglesia de San Pedro y la playa, allí donde se alza la estatua de Augusto. Baste añadir que son las mejor conservadas de todo el norte de España, que datan del período altoimperial (fines del s. I d.C.) y que poseen el repertorio completo de estancias, o sea, vestíbulo, caldarium, tepidarium y frigidarium, y además con una sala reservada a las damas.

2. BASÍLICA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Popularmente conocida como “iglesiona”, y construida por iniciativa de los jesuitas entre 1918 y 1922, se nos antoja como un pequeño remedo de la parisina de Montmartre. El proyecto inicial de Rubió Bellver, discípulo de Gaudí, fue continuado en estilo neogótico, de ahí el pastiche. Y si en el año de la conclusión se labró el famoso Cristo del Corcovado (Río de Janeiro), aquí se le adelantaron dos años con el Redentor, pues la imagen que remata la torre y dominaba la ciudad es de 1920. El interior, dañado en el incendio de 1930 y durante la Revolución de 1934, sigue resultando fastuoso con sus vidrieras, pinturas de los alemanes Immenkamp o sagrario, sin olvidar la sobrecogedora imagen del Cristo de la Paz.

3. MUSEO DEL FERROCARRIL DE ASTURIAS

Museos ferroviarios hay varios en España, entre ellos el Nacional de la estación de Delicias de Madrid, y algunos en caminos jacobeos como los de Ponferrada o Monforte, pero el de Gijón, además de situarse en pleno centro urbano, junto a la playa de Poniente, posee algunas singularidades. Por ejemplo, contar con una excelente colección de locomotoras de vapor, algunas de las cuales prestaron servicio en las cuencas mineras. Y además puede visitarse todo el año a diario, salvo el lunes, y la entrada es gratuita.

4. ACUARIO

Para equilibrar la gratuidad del anterior museo, y muy próximo a él, el Acuario de Gijón, rebautizado como Bioparc, cuesta un poquito más (19 € en 2024, sería bueno conseguir un descuento para peregrinos = estímulo). A cambio nos ofrece la oportunidad de sumergirnos, aunque sea figuradamente, entre 60 acuarios de todo tamaño que reproducen ecosistemas fluviales y marinos de la Macaronesia, África, América o el Índico y el Pacífico, sin que falten los de proximidad, así los ríos del Cantábrico y el océano Atlántico, con especies tan llamativas como grandes tortugas o tiburones.

Si la fauna salvaje os estresa —lo dudamos, porque los peces suelen relajar—, al lado del acuario tenéis un centro de talasoterapia.

5. PARQUE DE ISABEL LA CATÓLICA

A priori se trata de un extenso parque urbano, ribereño del río Piles y próximo al esportinguista estadio del Molinón, situado al este de la ciudad. Sin embargo, aquí hay sorpresa, y es que parte de la vegetación de las marismas preexistentes parece renacer entre los paseos y parterres, tanto es así que su gran laguna, domesticada con la escultura de las dríadas o ninfas de los bosques, se ha vuelto a naturalizar, tanto que parece un fragmento de un marjal salvaje repleto de garzas y anátidas. A poco que nos descuidemos, la naturaleza recobra el poder: una visita para la reflexión.

6. MUSEU DEL PUEBLU D’ASTURIES

Dado que Gijón alza bien alta la enseña del asturianismo, ningún lugar más apropiado para acoger el tarro, en este caso contenedor, de las esencias del Principado. Instalado en un recinto arbolado al otro lado del río Piles, entre la Feria de Muestras y el Polideportivo municipal, por las salas de este museo desfila la memoria de la cultura de un pueblo, con referencias antropológicas y etnográficas al mundo rural campesino tradicional, hoy en vías de extinción. Un anexo con entidad propia, imprescindible en Asturias pero con proyección internacional, está dedicado al universo de la gaita.

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Puerto deportivo, Gijón
Puerto deportivo, Gijón

---- Y si da tiempo, 4 visitas en los alrededores ----

1. UNIVERSIDAD LABORAL

El complejo de la Universidad Laboral, construido durante la dictadura franquista con un inequívoco deseo de imitar la arquitectura herreriana del Escorial, es tan vasto que daría para un artículo independiente. Señalar, únicamente, que la visita será muy clarificadora para entender el funcionamiento de aquel régimen nacional-católico, en referencia a la educación de los hijos de los mineros y al papel jugado por la Iglesia.

Una ciudad en su día autónoma para 1.000 ocupantes, que desde 2001 también ha asumido una dimensión cultural y turística, siendo posible realizar una completa visita guiada por varios de sus edificios (iglesia, teatro, cocinas, jardines, dormitorios…), subir a la torre del templo y conocer su Centro de Arte y Creación Industrial.

Se llega en las líneas de bus 1, 2, 18 y E71, todas las cuales concluyen en el vecino Hospital de Cabueñes. Información y horarios en: www.laboralciudaddelacultura.com

2. JARDÍN BOTÁNICO ATLÁNTICO

Si no os llegó con el parque Isabel la Católica, como un complemento a la vecina Universidad Laboral se puede visitar este extenso jardín de 25 ha, que acoge vetustas carballedas y alisedas, amén de un sinfín de especies del Atlántico Norte europeo y un laberinto de laureles.

3. CABO DE SAN LORENZO

Los caminantes impenitentes, y con más facilidad los bicigrinos, podrán seguir el paseo marítimo hacia el este, a través de parques, miradores y conjuntos escultóricos (de camino quedan la punta de Cervigón y la playa nudista de Peñarrubia), hasta el icónico Cabo de San Lorenzo, distante 5 km de la playa homónima. Para regresar se pueden tomar en La Providencia las líneas 14 o 25 del autobús urbano.

4. UN LLAGAR

Gijón es una ciudad sidrera por excelencia, con muchos establecimientos para escanciar o que te escancien un culín de sidra, y luego otro, porque esta bebida es proverbial que entra con mucha facilidad en el cuerpo, y alegra con rapidez el ánimo. Pero no solo hablamos de consumo, también de producción, porque en el término municipal gijonés se encuentra el mayor número de lagares de Asturias, algunos tan reconocidos como Trabanco, Piñeres, Bernueces, Menéndez o Acebal, todos los cuales, lo mismo que se hace con las bodegas del vino, pueden ser visitados.

En algunos de estos llagares se puede ir a comer o cenar una espicha tradicional o a todo trapo, una experiencia sin duda singular en sus comedores de mesas corridas, por supuesto con sidra a demanda.

Consultad en la Oficina de Turismo; una de las que más funcionan es Casa Trabanco, con restaurante (www.casatrabanco.com).

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Laboral Ciudad de la Cultura, vista desde la torre de la iglesia.
Laboral Ciudad de la Cultura, vista desde la torre de la iglesia.

Periodista especializado en el Camino de Santiago e historiador

Comentarios
toroastur
Imagen de toroastur
La verdad es que hablar de la visitas a la Aldeona, cuando el Camino no pasa por Gijon es increíble, el Camino por Gijon es un invento de los vagos que en lugar de ir a Oviedo a visitar al Salvador y las joyas de la Cámara Santa y los que quisieran seguir por el Camino del Norte ir desde Oviedo a Aviles, el Camino NUNCA paso por Gijon. Gijon es un simple atajo¡¡