Etapa 3: Cicera - Potes | Al Loro

Distancia: 
20,5 km
Duración: 
5 h 30 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
5

A tener en cuenta: Durante el Año Jubilar Lebaniego 2023-2024 está operativo un albergue para peregrinos junto al Monasterio de Santo Toribio. Para ver los datos mirad la etapa siguiente. 

Dos collados marcan la pauta de la etapa: el primero, de Cicera a Lebeña, con un desnivel positivo de 355 metros; y el segundo, de Lebeña a Tama por Cabañes, con un desnivel positivo de 375 metros.

Hoy no encontramos servicios (hay varias fuentes) hasta Tama. Junto a la iglesia de Santa María de Lebeña, en temporada, hay un bar.

Hasta 2015 el tramo de Cicera a Lebeña iba por el collado de Arceón (970 m). Ahora va por otro collado más bajo (835 m) y, lo que es más importante, por una senda de subida excepcional: naturaleza pura como pocas veces veremos. Un cambio de trazado positivo.

A la salida pasamos junto a la iglesia de Santa María de Lebeña, la más valiosa joya del arte prerrománico en Cantabria. Puede visitarse (de 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 19:30, lunes cerrado); hay visitas guiadas del 1 de junio al 15 de septiembre.

El camino oficial evita cruzar el desfiladero de La Hermida, trazando un gran rodeo por Cabañes; la carretera nacional (que sí cruza el desfiladero) es extremadamente peligrosa, por su estrechez y tráfico, para los peatones en este tramo.

Existe una alternativa no oficial que evita el rodeo por Cabañes, pero sólo apta para montañeros sin vértigo y con experiencia: Desfiladero de La Hermida en el Camino Lebaniego-Vadiniense: Alternativa por PR-S.3. Leed esta entrada con atención (también los comentarios) si os planteáis tomar dicha alternativa.

Para subir de Allende a Cabañes tenemos dos caminos posibles. El oficial, por la derecha; o el alternativo, junto al río Rubejo, siempre a la izquierda al llegar a Allende (está medio señalizado). Aunque los dos son interesantes, el segundo es mucho más bonito: al inicio hay una bajada, lo que nos puede confundir sobre si el camino es el correcto.

Cuenta con un albergue municipal de 14 plazas inaugurado en 2023, que ofrece raciones frías y bocadillos, desayuno y pícnic para llevar. El Albergue de Cabañes —de gestión privada, aconsejable reservar con antelación—, con unas vistas espectaculares, ofrece cena y desayuno, pues el pueblo, de menos de 20 habitantes, no tiene servicios.

Entre Cabañes y Pendes pasamos por una área de descanso con un bosque conocido como Castañar del Habario, con magníficos castaños seculares; algunos superan los 10 metros de circunferencia.

Los servicios están a pie de carretera: para acceder a ellos hemos de cruzar el puente sobre el río Deva, pues el camino avanza por la vertiente no urbanizada hasta el casco antiguo de Potes.

Dispone de un céntrico albergue, exclusivo para peregrinos, con nada menos que… ¡60 plazas!

Nos sellarán la credencial en la antigua iglesia de San Vicente, hoy Oficina de Turismo, Centro de Estudios Lebaniegos y punto de información al peregrino.

Muchos peregrinos pernoctan en la localidad y suben, ya sin mochila, al Monasterio de Santo Toribio de Liébana: no olvidéis llevar la credencial, imprescindible para obtener la Lebaniega.

Localidad turística, capital de la comarca de Liébana, es conocida como la villa de los puentes y de las torres; su interesante casco antiguo —considerado uno de los más bonitos de España— está lleno de bares y restaurantes, siempre concurridos.

Cada mes de noviembre se celebra una gran fiesta popular en torno al orujo, licor que se destila de forma artesanal en alquitaras de cobre (similar a un alambique); junto con el tostadillo, un vino dulce, es buen complemento para mezclar con la infusión característica de esta zona, el té del puerto, hecho con una planta que crece sólo en alta montaña.

El cocido lebaniego es el plato estrella de la comarca, a base de garbanzos propios de Liébana, pequeños y tiernos, cecina o carne, berza y relleno. Estamos ante un plato único y contundente, ideado para superar los rigores invernales y para dar salida a los productos tras la matanza del cerdo… si bien hoy en día, debido al turismo, es habitual en las cartas de los restaurantes durante todo el año.

Además de las carnes, referencia de calidad por tratarse de una comarca eminentemente ganadera, también gozan de merecida fama los platos de caza mayor (jabalí, corzo) y los pescados de río, como las truchas o los salmones del Deva. Otro bocado exquisito son los quesucos artesanos, y qué decir de los postres caseros, como los frisuelos, el arroz con leche, los canónigos lebaniegos o los sequillos de Potes.