Etapa 28B: Triacastela - Sarria (por Samos) | Al Loro

Ambos caminos son del máximo interés, ¿cuál elegri?. Podéis leer el artículo de Antón Pombo: ¿por San Xil o por Samos?

Por el valle San Xil es 6,6 km más corto y cruza uno de los valles más bonitos de toda la ruta jacobea. Así mismo, por Samos el camino avanza por espectaculares bosques de robles y castaños a la vera del río Oribio (o Sarria), regalándonos además la visita al extraordinario Monasterio de Samos. Ojalá todas las decisiones fueran como esta: tanto por San Xil como por Samos... ¡acertaremos!

Si optamos por la variante de Samos, debemos salir de Triacastela por el arcén de la carretera provincial LU-633.

Para aquellos que prefieran el sosiego campestre, la etapa la podemos alargar fácilmente hasta la minúscula parroquia de Barbadelo.

A pesar de cruzar una infinitud de parroquias, hoy los servicios de restauración son escasos; en principio, solo los encontraremos en San Cristovo do Real, Renche y Samos, esta última localidad con todos los servicios.

La comunidad benedictina del Monasterio de Samos, que cuenta con un humilde albergue de peregrinos, permite conocer el magnífico monasterio con visitas guiadas (5 euros, martes cerrado).

La ciudad es la más grande del Camino Francés en Galicia (Santiago aparte, claro), se sitúa a poco más de 100 kilómetros de la ciudad del apóstol; son muchos los peregrinos que inician aquí su camino, pues 100 son los kilómetros mínimos para conseguir la tan preciada Compostela.

A partir de Sarria conviene sellar la Credencial dos veces al día: un sello a mitad de etapa (en cualquier sitio), y otro sello en el alojamiento de final de etapa. Así no habrá problemas para que la Oficina del Peregrino nos expida la Compostela.

Aunque estemos en el interior, los platos de pescado son típicos en estas jornadas. Las truchas y anguilas, pescados de río, son fáciles de encontrar en las cartas de las poblaciones de la etapa, especialmente en Samos. Destaca el Hotel Veiga Restaurante y el Restaurante a Pontenova.

Podemos probar el biscoito de Samos, bizcocho con más de 250 años de historia realizado según una receta del Monasterio de Samos.