Etapa 87: Siena - Ponte d'Arbia | Recorrido

Salimos de la Piazza del Campo, a la izquierda del Palazzo Pubblico en línea con su fachada, por Via Rinaldini, donde se encuentra el palacio Piccolomini (s. XV). Giramos enseguida a la derecha por Via Banchi di Sotto, ante la loggia del Papa (s. XV) y la iglesia de San Martino. El recorrido se prolonga por la Via di Pantaneto, en la que se alza el templo de San Giorgio (torre gótica y fachada del s. XVIII) y hay un supermercado.

Siempre al frente proseguimos por Via Roma, que atraviesa la muralla por la Porta Romana. Bajamos a la izquierda por la Via Girolamo Gigli (tienda) y a continuación por la Strada di Certosa. Por ella, entre pinos y olivares, pasamos bajo el arco de la cartuja o certosa di Maggiano, ahora hotel boutique.

2,2 Certosa di Maggiano. La tranquila carretera local avanza por las suaves colinas sienesas entre casas y villas dispersas, viejas y nuevas, con sus icónicos cipreses y vistas sobre el valle. A su vera se suceden las capillas de Santa Caterina a Bucciano y San Pietro a Paterno.

Tras una casa antigua de ladrillo, decorada con arcos ciegos, por fin concluye el asfalto para dar paso al sterrato. Por él descendemos al torrente Riluogo, a la vista de un puente del ferrocarril con tres arcos, para tomar una senda fluvial entre arbolado (fuente).

La alegría dura poco, pues pronto desembocamos en un polígono industrial donde, al menos, nos acompaña una hilera de castaños de indias. De este modo llegamos a una gran rotonda, la de Renaccino.

4,7 Rotonda de Renaccino. Comienza aquí un andadero, que circula entre la carretera y la vía férrea, que se dirige a un nuevo parque empresarial, el que precede a Isola d’Arbia (bar-restaurante).

Si el paso por el polígono no es una experiencia agradable, resulta peor aún la entrada en Isola, un pueblo realmente cutre.

3,1 Isola d’Arbia.

Al inicio de la localidad nos desviamos a la derecha por la Via della Mercanzia (zona de descanso), y entre casas nuevas evitamos el centro para pasar bajo la vía del tren.

Ya entre trigales nos aproximamos a una vieja fábrica de tomate y conservas, abandonada hace siete décadas, con su alta torre oxidada. Luego cruzamos el río Tressa y ascendemos hasta una cruz bajo un pino. El paisaje, salvo por los cipreses, se parece bastante al de Castilla (Camino Francés, España). Bajamos de nuevo hacia Ponte a Tressa, pero sin llegar a entrar en el pueblo.

Rodeamos el núcleo por pistas agrarias de tierra que pasan junto a la hacienda Arbiola. Un camino rectilíneo conduce, para quien desee realizar el desvío, a la granja fortificada de Cuna.

1,0 Desvío a Cuna. La monotonía de los campos de cultivo es quebrada un instante por la presencia de unos robles. Por esta zona la VF está muy cuidada y limpia, con bancos para descansar y papeleras. El acceso a Monteroni queda señalizado a la izquierda.

3,1 Desvío a Monteroni d’Arbia. La Francígena asciende por una nueva colina, el Poggio del Cipresino (antena), siempre al frente, divisando Monteroni en el valle. Los campos de cereal se extienden en lontananza, y solo los cipreses quiebran la monotonía que comienza a afligir al peregrino.

Pasamos junto a las haciendas de Villa Littoria, tras la cual aparecen algunas esculturas en hierro, y Greppo, accediendo a la aldea de Quinciano, con buen área de descanso con fuente.

3,1 Quinciano.

Rodeamos un palacete con torre almenada, y ante él una capilla de fachada neogótica y tambor octogonal cupulado. La pista desciende y muere en una carretera, la SP34A, con andadero. La dejamos enseguida a la izquierda para seguir en paralelo a la vía férrea por la vaguada del torrente Sorra.

Este camino herboso y llano, entre cañaverales, arbustos y cultivos, se prolonga una legua hasta las instalaciones deportivas y primeras casas de Ponte d’Arbia. El final ha sido modificado, pues ahora se cruza el río por una pasarela peatonal con su arco de tirantes, y un camino peatonal sigue hasta la Via Cassia, que se cruza para acercarnos a la capilla, el puente sobre el río Arbia y el albergue del Centro Cultural Cresti.