La etapa, sin localidades ni servicios intermedios, discurre por un territorio ondulado y monótono, donde será preciso llevar suficiente agua y un buen gorro. La recompensa a nuestro esfuerzo no llegará hasta la entrada al casco histórico de Córdoba, atravesando el Guadalquivir por el Puente romano, justo frente a la Mezquita. Los numerosos atractivos de la ciudad aconsejarían dedicarle una estancia de cuanto menos un par de días, incluyendo una escapada para visitar Medina Azahara, situada a 8 km.