Etapa 2E: Pola de Siero - Oviedo | Al Loro

Distancia: 
17,3 km
Duración: 
4 h 15 min
Dificultad: 
1
Paisaje: 
2

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Etapa casi sin desniveles y en su mayor parte por asfalto; al ser corta podremos dedicar toda la tarde a visitar Oviedo.

La entrada a la capital, a partir de Colloto, es larga y engorrosa, por zonas industriales y urbanas.

En las localidades intermedias de El Berrón y Colloto disponemos de todos los servicios.

Antes de llegar a Colloto pasamos por delante del extraordinario conjunto del Palacio de Meres, formado por el palacio y la capilla anexa de Santa Ana. Es de propiedad privada y se requiere cita previa para su visita.

El Puente de Colloto, a la entrada de la localidad y milagrosamente conservado entre tanta infraestructura, es de posible origen romano.

SOBRE OVIEDO:

Podemos obtener la credencial del peregrino en la catedral, en la Oficina de Turismo, en la iglesia de San Juan el Real y en el albergue de peregrinos.

La Catedral de San Salvador (s. XIII-XVII), de estilo gótico, es el monumento más importante de la ciudad. Es conocida como la Sancta Ovetensis, por las importantes reliquias que resguarda. Del exterior podemos admirar la fachada, con pórtico y tres puertas, y la torre, de 80 m con cinco cuerpos. De su interior destaca: El impresionante retablo mayor, una de las más bellas obras del gótico español; la Capilla del Rey Casto, que acoge el Panteón de los Reyes; la Cámara Santa (s. IX), prerrománica, donde se resguardan reliquias; y el claustro.

La entrada general para visitar la catedral incluye su interior, la Cámara Santa, el Museo de la Iglesia y el claustro. Para ascender a la torre gótica —184 peldaños de una escalera de caracol—, con excelentes vistas sobre la ciudad, hemos de adquirir otra entrada. Web para la compra: Entradas Catedral de Oviedo

Aquí empezó su Camino Primitivo el rey Alfonso II de Asturias «el Casto» (quien reinó entre los años 791 y 842), poco después del descubrimiento de la tumba del apóstol Santiago en Compostela hacia el año 814, si bien estudios recientes retrasan la fecha al 820 e incluso al 830. Muy pronto la catedral de Oviedo se convirtió un lugar de devoción para los peregrinos jacobeos, siendo famoso el dicho de «Quien va Santiago y no va al Salvador, visita al criado y olvida al Señor».

A escasos metros de la catedral está el magnífico museo de Bellas Artes de Asturias, con obras que van desde el siglo XIV hasta la actualidad, y en el que destacan pinturas de El Greco, Zurbarán, Goya, Sorolla, Picasso y Dalí. La entrada es gratuita.

Sería un pecado abandonar la ciudad sin antes visitar las iglesias prerrománicas de Santa María del Naranco y de San Miguel de Lillo, edificios construidos en el cercano Monte Naranco a mediados del siglo IX, bajo el reinado de Ramiro I (se puede subir con la línea A2 de autobús, que se toma en la calle Uría). También es muy interesante el templo de San Julián de los Prados (o de Santuyano), a 10 minutos a pie desde el centro.

Aquí transcurre, bajo el nombre ficticio de Vetusta, la gran novela «La Regenta» de Leopoldo Alas Clarín (1852-1901), que describe con todo detalle una ciudad provinciana y anclada en el pasado; la publicación de esta obra en 1884 y su temática (el adulterio de una dama de la alta sociedad local) supusieron un verdadero escándalo, y hasta el obispo llegó a vetar la novela y al escritor, emitiendo una durísima pastoral en su contra. «La Regenta» es hoy considerada la mejor novela española del siglo XIX, y la ciudad acabó dedicando en 1997 una escultura a su protagonista Ana Ozores, la Madame Bovary española, que —curiosamente— fue situada frente a la catedral.

Las calles y plazas de la ciudad acogen un verdadero museo de escultura al aire libre: además de figuras realistas como la de La Regenta o la del actor y director de cine Woody Allen (premio Príncipe de Asturias y embajador cultural de la ciudad), en varios puntos del centro veremos obras de Miguel Berrocal, Úrculo, Julio López, Santiago de Santiago o del colombiano Fernando Botero; e incluso una Mafalda a todo color, sentada en un banco del Campo de San Francisco, lugar al que cientos de turistas acuden para hacerse una foto junto al genial personaje creado por el dibujante Quino.