Etapa 22: Pian della Capanna - Pieve Santo Stefano | Al Loro

Distancia: 
16,4 km
Duración: 
5 h 15 min
Dificultad: 
4
Paisaje: 
4

Las rampas que conducen al monte Verde pueden ser calificadas, sin temor a equivocarnos, como las más duras del Camino de San Francesco.

Dado que la etapa es en gran parte de montaña, y que atraviesa oscuros hayedos hasta el Passo de Viamaggio, conviene recorrer esta parte siempre con luz diurna.

Segunda jornada por la reserva de los Alpe delle Luna, si bien solo pisamos un pequeño trecho en la partida de Pian della Capanna. No obstante, la riqueza botánica y paisajística del recorrido no desmerece, aunque los bosques de robles y hayas vayan dando paso a otros repoblados con resinosas, así como, en suelos más pobres, a la garriga y praderas.

Esta etapa no se puede hacer en bici. Ni la subida al monte Verde y su bajada, ni algunos de los tramos del descenso a Pieve Santo Stefano. La mejor alternativa, en nuestra opinión, es seguir la variante que evita el monte Verde y, una vez pasado el Passo di Viamaggio, tomar a la izquierda por la Via Cerbaiolo (9,4 km a Pieve Santo Stefano), desde la que es posible desviarnos 1 km para visitar el eremo.

Hay una alternativa no señalizada que evita la dura subida al monte Verde: 500 metros después del Passo dello Spugnolo debemos seguir a mano izquierda la misma pista por la que veníamos, que siempre por el bosque se aproxima al monte Macchione, rodeándolo antes de desembocar en la SP258 (trayecto de 2,9 km); la tomamos a mano derecha y sin más desvíos, a los 3,4 km, llegaremos al Passo di Viamaggio. Se trata de un gran rodeo que aumenta en 4 km la marcha, pero puede ser una solución en caso de agotamiento o si el tiempo es desfavorable.

Desde 2022 el Monte Verde ha sido atravesado por un gasoducto, que con su franja de protección y cierre con postes de madera y alambrada de púas, cortó el Camino. Desde el eremo di Cerbaiolo nos confirmaron que sería repuesta la señalización y facilitado el paso: en el caso de que persista el problema será necesario lanzar la mochila sobre el cierre y pasar bajo los alambres, como en una película de fugas, hasta encontrar en el lado opuesto las marcas.

Desde el monte Verde al eremo di Cerbaiolo se suceden las portillas. Dado que los ganaderos nos permiten pasar por sus propiedades, debemos ser cuidadosos para dejar siempre cerradas las cancelas.

En temporada —bastante corta— funciona un refugio; si está cerrado podemos solicitar un transfer, sin coste, para alojarnos en el B&B de Valdazze, distante 5 km.

Cuenta con un bar, L’Alpe (cierra martes).

La que llamamos variante por el bosque, de bajada a Pieve Santo Stefano, era el camino oficial hasta 2022. Ahorra medio kilómetro, pero evita el importante enclave franciscano del eremo di Cerbaiolo, por lo que no la recomendamos. Más infomación en la página Recorrido.

Bajando al eremo del Cerbaiolo el camino roza el bosque de Montalto, reserva natural regional circunscrita a este singular monte de 1.060 m de altura. Su cubierta forestal contrasta con las praderas y garrigas circundantes, contando con un bosque natural compuesto por hayas, tilos, fresnos o tejos, con ejemplares de gran porte.

A quien va de paso se le ofrece un café.

Podemos disfrutar una hospitalidad, ejercida por el Padre Claudio, al mejor estilo franciscano (Nota marzo 2024: Nos informan que está cerrado).

Un refrán, parecido a aquel del Salvador en el Camino de Santiago, dice que «Chi ha visto La Verna e non Cerbaiolo, ha visto la mamma e non il figliolo» (creemos que no necesita traducción). En efecto, este pequeño convento, que tiene su origen en 706, fue primero benedictino, y en 1217 cedido a San Francisco. Aquí residió, y compuso parte de sus sermones, San Antonio (no lejos del eremo se localiza la capilla de Sant’Antonio alla macchia). Al formar parte de la línea gótica, los alemanes lo volaron en 1944, siendo reconstruido. La estructura ya la conocemos, con la iglesia y su torre, una cisterna para almacenar el agua y las dependencias distribuidas alrededor del claustro. Más info: Eremo di Cerbaiolo

Saliendo del Cerbaiolo conviene no confundirse con un camino, pintado en azul, que conduce a la variante por el bosque.

Serpentine di Pieve Santo Stefano es una pequeña área natural y geológica protegida de interés local. Se sitúa tras el eremo di Cerbaiolo y al pie del monte Poggio delle Calbane, y fue creada para proteger una notable afloración de serpentinas, esas rocas verdosas de origen volcánico sobre las que se desarrolla la garriga.

La entrada en Pieve Santo Stefano por la SP77 entraña peligro en un trayecto de 300 m, el que carece de arcén.

Dos templos sobresalen en la localidad, cada uno a una orilla del Tevere. Según llegamos se encuentra el santuario de la Madonna dei Lumi (ss. XVI-XVII), de planta de cruz griega y con vistosa cúpula decorada con frescos del Paraíso del s. XIX; en el altar mayor puede verse la venerada pintura de la Virgen titular, del s. XV. Cruzando el río, en una plaza se alza la colegiata de Santo Stefano, reconstruida a finales del s. XIX en estilo clásico; custodia dos altares de los Robbia.

El Piccolo Museo del Diario es una curiosa y original iniciativa a través de la cual la vida cotidiana de sus habitantes, plasmada en diarios personales o cartas, pasa a formar parte de un archivo público e interactivo accesible, lo que nos permite acercarnos, de otro modo, a la historia local y del país.