Etapa 23: Pieve Santo Stefano - La Verna | Al Loro

Distancia: 
15,0 km
Duración: 
5 h
Dificultad: 
4
Paisaje: 
4

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SOBRE LA ETAPA:

En caso de malas condiciones meteorológicas podemos optar por seguir la variante que describimos, ya que atraviesa dos núcleos habitados en los que se puede obtener apoyo: al llegar a la bifurcación de Mignano, se sigue la carretera local a la izquierda hasta dicha aldea (2,7 km), y luego la pista de tierra y grava que continúa cuesta arriba a Montalone (2,6 km). Aquí no se sigue la carretera a Chiusi della Verna (SP208), sino la pista local que junto a la iglesia sube, sin tregua, al Passo delle Pratelle (4,4 km), donde enlazamos con el camino principal por el monte.

En toda la etapa no hay nada de nada para alimentarse, ni siquiera fuentes. ¡Llevad agua suficiente y provisiones, sobre todo alimentos energéticos!

Dadas las dificultades existentes en esta etapa de montaña, aunque no insalvables con BTT, proponemos una alternativa que consiste en tomar la ruta de Mignano. Superado dicho núcleo, una pista de tierra y grava se prolonga hasta el pueblo de Montalone. Desde aquí ya se sigue la SP208 hasta Chiusi della Verna, con subida final al santuario de La Verna.

Todavía en Pieve Santo Stefano no nos dejemos confundir por las marcas de un GR (Campo alla Badia), que hacen cruzar el canalizado torrente Ancione por un puente de metal. Nuestra ruta prosigue al frente por Via Tiberina.

Al llegar a la bifurcación en “Y” de Mignano el peregrino puede confundirse al comprobar que ambas vías, a derecha e izquierda, aparecen señalizadas como CSF. La de la derecha es la nuestra, y la de la izquierda, hacia Mignano, tan solo una variante.

En el lugar de Grigliano (casa AsvaNara, con caballos), la ruta está mal señalizada. Se debe continuar a la derecha, no a la izquierda por un camino más sugerente.

Cuidado con la senda pedregosa que baja del monte Calvano a la Croce della Calla: con agua resulta peligrosa.

SOBRE LA VERNA:

Los horarios del santuario son los siguientes: apertura de 6:30 a 21:30, de noviembre a marzo hasta las 19:30; oraciones, a las 7:00 Laudes, a las 15:00 Hora Nona y procesión de los estigmas, a las 19:00 Vísperas y a las 21:30 (solo julio y agosto) Completas; misas a las 8:00, 11:00 y 16:00, domingos y festivos dos más. Desayuno de 8:00 a 9:00, comida a las 12:30 y cena a las 19:30.

A diario se realiza la bendición de peregrinos (partida o llegada) después de Laudes. Asimismo, los frailes proponen una visita guiada al santuario tras la misa de las 11:00 y la procesión de las 15:00.

Nadie debería concluir el Camino de San Francesco sin dormir al menos una noche en La Verna. Además de recordarnos, a lo grande, a tantos eremos que hemos conocido, la organización de la acogida reproduce la practicada en el Grand-Saint-Bernard (Vía Francígena).

Con 200 hectáreas, el Bosque Monumental de La Verna se desarrolla entre el calizo monte Penna y el santuario. Está sobre todo compuesto por hayas y pinsapos (abeto blanco) y, en menor medida, por fresnos, arces y olmos. El carácter «monumental» lo aportan algunos ejemplares de hasta 40 m de altura, o sea, ¡el equivalente a un edificio de unos 12 pisos! Entre ellos se cuenta el pinsapo más alto de Italia, con 52 m de alto y 5,2 m de circunferencia en la base. Con partida y regreso a La Verna es posible dar la vuelta al monte Penna, pasando junto al Sasso di Frate Lupo, en 1 h (2,4 km).

El umbroso hayedo denominado Bosco delle Fate (de las hadas) se extiende entre La Verna, La Beccia y Chiusi della Verna. Un circuito balizado permite recorrerlo en menos de 1 h, y se encuentra habitado por diez esculturas de madera que representan personajes fantásticos.

Una fecha clave en la vida de Francisco, dos años antes de su muerte, fue la recepción de los estigmas en septiembre de 1224. Este hecho milagroso, a través del cual Cristo lo hacía coparticipe de su sufrimiento, tuvo lugar en La Verna.

El conde de Chiusi cedió a San Francisco este lugar selvático, ideal para realizar penitencia en sus abrigos y grutas, entre ellos el Sasso Spicco, cavidad predilecta de Francesco para orar, la cual equiparaba al costado abierto de Cristo. El convento comenzó a ser construido en 1216, con una capilla de Santa Maria degli Angeli que perdura. A su lado, en el s. XIV fue erigida la basílica de Santa Maria Assunta; en una de sus capillas se muestra el humilde hábito de San Francisco. La galería de los Estigmas conduce a la capilla del mismo nombre. Otras capillas, algunas situadas en el medio del bosque, completan el conjunto, que atesora varios altares en terracota polícroma, muy bellos, de Andrea della Robbia.

Restan las ruinas del castillo condal del Medievo, la Podesteria en la que ejerció su cargo el padre de Michelangiolo Buonarroti y la iglesia de San Michele Arcangelo (s. XIV). Como curiosidad, podemos asimismo conocer la publicitaria Fontana dei Campari, construida en los años 30 del s. XX por esta conocida marca de bebida.