Etapa 1: Madrid - Tres Cantos | Al Loro

Distancia: 
25,2 km
Duración: 
6 h 15 min
Dificultad: 
1
Paisaje: 
1

El primer sello del Camino de Madrid corresponde a la iglesia de Santiago y San Juan Bautista, sita en la plaza de Santiago, junto a la plaza de Ramales y muy cerca de la plaza de Oriente, Palacio Real, catedral de la Almudena y Teatro Real, en pleno Madrid de los Austrias. Metro: Opera (líneas 2, 5 y R). Horario: laborables y sábados de 10 a 13h y de 18 a 20h, domingos y festivos de 11 a 13h y de 18 a 20h. Tel. 91 548 08 24.

Dicha iglesia de Santiago y San Juan Bautista, punto donde se inicia este camino, es el único lugar donde se entrega a los peregrinos una credencial específica del Camino de Madrid (es gratuita, pero se recomienda dejar la voluntad). Está validada por la catedral de Santiago, lo cual nos permitirá continuar sellando la misma credencial una vez pasado Sahagún, y llegar con ella hasta Compostela.

Para los peregrinos que vivan en la ciudad o en su región metropolitana, su Camino de Madrid comienza en la puerta de su casa. Cada uno de ellos decidirá en qué punto se incorpora al trazado oficial de la etapa. No olvidemos sellar ya desde la primera jornada.

También se pueden conseguir credenciales estándar (2 euros), que sirven para cualquier camino, en la Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago de Madrid (calle Carretas 14, 7º). Metro: Sol (líneas 1, 2 y 3). Horarios: martes y jueves de 19 a 21h, miércoles de 11 a 12.30h. Tel. 91 523 22 11.

La primera vieira del Camino de Madrid, sobre un azulejo de cerámica, la encontraremos en la fachada de dicha iglesia de Santiago y San Juan Bautista, junto a otra flecha en dirección contraria, que indica el inicio del camino de Uclés.

Desde la plaza de Santiago iniciaremos nuestro periplo por la ciudad de Madrid, si bien los primeros kilómetros no están señalizados. Encontraremos flechas amarillas a partir de la plaza de Castilla (km 6,9), bajo los dos edificios inclinados conocidos como torres Kio (o, más poéticamente, como Puerta de Europa). A partir de ahí seguiremos por la acera izquierda del paseo de la Castellana hasta el hospital universitario La Paz (km 8,5).

En el recorrido urbano del camino después de la plaza de Castilla deberemos estar siempre atentos a las flechas amarillas, pintadas ya sea en semáforos, farolas o en los bordillos de las aceras. Pero no será tarea fácil: a veces los grafitis han tapado alguna flecha, y para colmo el Ayuntamiento de Madrid repinta periódicamente el fuste de los semáforos y luminarias de la ciudad. Pese a todo, buscar y seguir las señales amarillas resulta siempre un ejercicio ameno y gratificante.

Hay que reconocer que bastantes peregrinos no se sentirán a gusto caminando tres o cuatro horas por las calles de la gran ciudad. Por lo tanto, tras sellar en el punto de inicio, es probable que algunos tomen el metro para empezar a caminar en la plaza de Castilla (km 6,9) o en el cementerio de Fuencarral (km 12,6).

A partir del barrio de Montecarmelo y del cementerio de Fuencarral (km 12,6) se acaba la gran urbe y salimos a campo abierto. No encontraremos poblaciones ni fuentes hasta llegar a Tres Cantos. Por lo tanto éste es el último punto donde podemos avituallarnos de algo para comer y en especial de agua.

En la segunda parte de la etapa hasta Tres Cantos caminaremos casi siempre sobre pistas de tierra. Durante aproximadamente una hora atravesaremos una zona agradable de campos ondulados salpicados de encinas y almendros, pero sin apenas sombra. Más tarde el camino pierde parte de su encanto, discurriendo en paralelo a las vías de tren o a la M-607, la autovía de Colmenar Viejo.

En los últimos 4 km hasta Tres Cantos caminaremos junto a un carril bici, incluso en algún momento será preciso salir al mismo y avanzar por su firme de hormigón. Mucho cuidado: no es una vía para peatones distraídos, pues los ciclistas, en solitario o en grupo, circulan a gran velocidad. Los bicigrinos aprovecharán este tramo de carril bici para avanzar algo más rápido y sin preocuparse de la navegación.

El caminante que se sienta fuerte y desee proseguir hacia Colmenar Viejo no tiene porqué entrar en la localidad de Tres Cantos. Los que finalicen aquí la jornada deberán cruzar a la derecha un puente sobre la autovía, justo a la altura de la estación de tren de Tres Cantos y del gran edificio de un hotel. Es importante fijarse en dicha bifurcación, pues mañana deberemos volver necesariamente a este mismo punto para retomar nuestro camino.

Para aquellos que residan en Madrid o sus alrededores, así como para quien decida pernoctar en la capital, existe la posibilidad de volver a ésta desde Tres Cantos o Colmenar Viejo utilizando los trenes de cercanías. Eso permitiría caminar la primera jornada con poco peso en la mochila. También puede resultar interesante para los que no conozcan Madrid, pues podrán dedicar la tarde a hacer turismo por la ciudad.

Si acudimos a sellar al Ayuntamiento de Tres Cantos (también sellan en la Policía Local, y en la parroquia de Santa Teresa de Jesús de 7:00 a 21:00), abierto los días laborables por la mañana y la tarde, podemos informarnos acerca de un pequeño refugio municipal para peregrinos situado en el mismo edificio, pero al que no permiten acceder hasta las 22.30 horas (según la información obtenida en abril de 2017), horario francamente poco propicio para quedarse. En fines de semana y días festivos el Ayuntamiento está cerrado, por lo cual no podremos sellar ni tampoco solicitar la acogida.

La parroquia de Santa Teresa de Jesús acoge peregrinos, en un espacio sin duchas. Hay que avisar con un mínimo de 48 horas de antelación.

Nota Julio 2019: El Ayuntamiento nos informa que el refugio municipal está cerrado temporalmente.

Madrid es una gran capital que alberga un sinfín de monumentos, museos, exposiciones, plazas y parques, cuya visita requiere disponer de varios días. Los peregrinos que no conozcan la ciudad probablemente dedicarán alguna jornada a hacer turismo. Sobre la vinculación de la capital con el Camino de Santiago podéis leer: Monumentos y lugares de Madrid con tradición jacobea

Aunque en Madrid podremos hallar restaurantes de todas las cocinas del mundo, desde aquí os proponemos descubrir alguna de las especialidades más castizas de la gastronomía local: el cocido madrileño, los callos a la madrileña, sopas de ajo, gallinejas fritas, bocadillos de calamares…

…Aunque nada comparable a un buen desayuno –también puede ser una merienda- a base de chocolate caliente con churros -o porras- en alguna cafetería o chocolatería de la ciudad.