Etapa 23: Giscaro - L'Isle-Arné | Al Loro

Distancia: 
16,9 km
Duración: 
4 h 15 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

Si Auch nos cae demasiado lejos, contamos con sendos albergues en Montégut, 10 km antes de Auch, y La Bourdasse, 6 km antes.

El tránsito por la D160 (en caso de que optemos por el GR), a lo largo de 900 m, no está exento de peligro. De este modo sumamos un argumento más para elegir la variante asfaltada a Gimont y no el GR.

Conviene recordar que después de Gimont, y hasta Auch, ya no hay más tiendas en las que aprovisionarnos, por lo que hemos de planificar hoy la siguiente etapa.

Sin problema, mejor por las variantes cortas de Gimont y Montégut (esta última en la etapa siguiente), los bicigrinos podrán unir las dos etapas hasta Auch y seguir en todo momento el Camino.

Por la variante de Gimont, además de atravesar este hermoso pueblo con su meritorio conjunto histórico, ahorraremos 2,3 km hasta Cahuzac.

El mercado de Gimont se sigue celebrando en su halle del s. XIV, y tiene lugar las mañanas de miércoles y domingo. Aparte, en un moderno edificio es convocado el marché au gras (los miércoles, de octubre a abril) así denominado porque en él se vende todo lo necesario para elaborar el foie y otras conservas de ave.

La bastida, con su característico plano en cuadrícula a partir de un eje central y la plaza del mercado, aún conserva un buen número de edificios con voladizos y entramados medievales, así como restos de la muralla, entre ellos la torre de l’Evesquerie, de planta hexagonal.

Su principal monumento es la iglesia gótica de Nôtre-Dame-de-l’Assomptiom, del s. XIV y modificada en el s. XVI. En ella sobresale la torre con su remate octogonal de ladrillo, que presenta una gran familiaridad con el cimborrio de Saint-Sernin de Toulouse, aunque en este caso carezca de aguja. La única y vasta nave, con su luminosa cabecera heptagonal, conserva en una capilla el tríptico de la Crucifixión (s. XVI), procedente del monasterio de Panselve. Tanto el altar mayor como el órgano, del maestro germano Godefroy Schmit, son del s. XVIII.

Al igual que en Revel se mantiene en pie, sucesivamente reformado, el mercado del s. XIV. Sus pilares de piedra sostienen una compleja estructura de madera, y en la actualidad sigue cumpliendo su función.

Dos pequeños museos cantonales se dedican a la Paleontología y la Arqueología, por una parte, y a la Etnografía, el segundo con más de un millar de objetos de la vida campesina de antaño, a los que sumar un taller tradicional de ebanistería.

Si hacemos la compra en Gimont, podemos detenernos en la rústica alameda que rodea la capilla de Cahuzac, un lugar realmente tranquilo para el descanso que, en el caso de que llueva, nos ofrece el resguardo de su pórtico, provisto de bancada. Otra alternativa, con posibilidad de baño incluida y zona de meriendas, es el Grand Lac.

La capilla-santuario de Nôtre-Dame (1530) tuvo su origen en el hallazgo, por un pastor, de una imagen de la Virgen en el interior de un olmo (Vierge de l’Orme). La afluencia de peregrinos facilitó la construcción del edificio, que a pequeña escala imita el templo de Gimont. Abierta de 9:00 a 18:00, en el interior podemos ver sus vidrieras renacentistas y altares barrocos; la flecha de la torre data de 1888.

Tan solo 1,2 km al sur, por la D12 hacia Saramon, se sitúa lo poco que queda en pie de la abadía cisterciense de Planselve, arruinada con la Revolución. A su recinto murado se accedía por dos puertas ojivales, para peatones o carros,  directamente hacia las dependencias, de las que resta un anejo del s. XII; también se han salvado, pobre bagaje, dos palomares.

Junto al río Arrats contemplamos un antiguo molino datado en el s. XII, que se alquila completo como estancia de lujo. Poco después, al lado del Camino y sirviendo ahora al cementerio de Lussan, se encuentra la capilla de Paillán (s. XVIII).

Resulta hoy obligado hablar del foie gras, pues el Gers es uno de los departamentos más reputados en su elaboración. Si bien existe una marca propia de calidad (Excellence Gers), su elaboración está amparada desde el año 2000 por la IGP Sud-Ouest, en la que se han inscrito unos 2.300 productores. Al igual que en el resto de Francia, la mejor forma de adquirir estos productos es en las propias granjas, en los mercados tradicionales al aire libre o en las tiendas especializadas de gastronomía regional. Y aunque es sabido que el foie gras no es precisamente barato, entre varios peregrinos se puede apañar una buena cena a escote. Cahuzac cuenta con un pequeño museo-tienda dedicado al Pato, la Oca y el Foie Gras.