Etapa 18: Germs-sur-l'Oussouet - Lourdes | Al Loro

Distancia: 
16,8 km
Duración: 
4 h 15 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
4

Hoy toca una etapa de transición: desde las estribaciones pirenaicas descenderemos al valle que forma el río Gave de Pau, todavía en tierras del antiguo condado de la Bigorre. Las vistas y los paisajes son magníficos.

Será una etapa corta pero exigente físicamente, con varios tramos por senderos donde suele crecer la maleza y que, con lluvia, pueden resultar bastante resbaladizos.

800 metros más allá de las casas de Justous hay un punto que puede provocar confusiones. Se trata de una cancela de madera que presenta adhesivos del GR-78 por ambas caras, pero que no debemos atravesar. Más detalles en la pestaña Recorrido de esta etapa.

El único servicio intermedio de la etapa es un bar en Cheust (abre de 12:00 a 21:00, y de 12:00 a 14:00 domingo y lunes), a 250 m del camino, en la unión de la D7 y D26. De todas maneras, si salimos temprano tal vez podremos llegar a la hora del almuerzo a la ciudad de Lourdes, con todo tipo de servicios.

Estas etapas de media montaña del camino del Piamonte presentan bastantes tramos por senderos abruptos y enmarañados, que no resultan aptos para bicicletas con alforjas… salvo que seas todo un crack de la BTT.

La iglesia de este pueblecito está dedicada a Saint-Jacques, cuyo interior alberga un retablo del siglo XVII bastante naif con tres escenas del martirio del santo. Un vecino tiene las llaves y suele hacer de guía improvisado, sin interés económico; la visita no dura ni cinco minutos pero vale la pena.

En el centro hay un Centre d’Information Jacquaire (16 Boulevard de la Grotte, de 10:00 a 19:00); podemos sellar la credencial y obtener la información que necesitemos sobre el camino.

Los peregrinos disponemos de un albergue específico, el Accueil Jacquaire La Ruche, agradable y con buenas vistas sobre el santuario; aunque es céntrico, queda algo alejado de la vorágine turístico-religiosa que caracteriza a la ciudad. Ofrecen cena y desayuno comunitarios, y se recomienda reservar con unos días de antelación.

La ciudad, dominada desde lo alto por su castillo-fortaleza, era un importante cruce de caminos durante la dominación romana y la Edad Media. Los peregrinos de Saint-Jacques ya pisaban estas calles muchos siglos antes de los sucesos del año 1858, cuando la Virgen se apareció en 18 ocasiones a la pastorcilla Bernadette Soubirous.

Al hilo de las apariciones vinieron las curaciones milagrosas, que fueron utilizadas como reclamo por una iglesia católica entonces en horas bajas (pues su doctrina tradicional había quedado anticuada ante los avances científicos y médicos de la época). En pocos años dichas sanaciones inexplicables, donde la fe suplía a la ciencia, convirtieron el lugar en uno de los mayores centros de peregrinación del orbe.

Junto a la gruta de Massabielle –o de las Apariciones– se edificaron en 1871 una cripta y dos iglesias superpuestas, la superior de estilo neogótico, y más recientemente otra inmensa basílica subterránea. Se estima que visitan el santuario seis millones de personas al año, que hacen de Lourdes el segundo destino turístico de Francia, sólo superado por París.

Cada noche de abril a octubre, a las 21:00, se celebra la Procesión de las Antorchas, donde acuden creyentes y enfermos que rezan a la luz de velas, lamparillas y cirios. Otra tradición en Lourdes es beber o llenar botellas con el agua que mana de las fuentes cercanas a la gruta, a la que atribuyen propiedades salutíferas.

Desde aquí los amantes de la montaña pueden planear una escapada al precioso circo de Gavarnie –a 41 km, con enlace directo en bus–, con el macizo del Marboré y del Monte Perdido a su espalda; destaca la fotogénica cascada, con 420 metros de caída vertical de agua, lugar donde nace el río Gave de Pau.