Etapa 25: Auch - L'Isle-de-Noé | Al Loro

Distancia: 
23,4 km
Duración: 
6 h
Dificultad: 
3
Paisaje: 
4

Al llegar al borde del casco antiguo, en la Rue d’Etigny, con bastante tráfico a primera hora de la mañana, falla la señalización: no hay que seguir bajando a la izquierda, como parece indicarnos el sentido común, sino subir 45 m a la derecha para luego torcer a la izquierda por la Place de la Liberté y la Rue d’Embaques.

Dada la escasez de bares y tiendas, conviene ir debidamente avituallados desde Auch, aunque en Barran hay una pequeña tienda de comestibles y una panadería. También conviene sacar dinero en la ciudad, pues no encontraremos más cajeros en dos días, hasta Marciac.

Las alternativas para dormir se reducen a dos sencillos albergues, el municipal de Barran y uno privado y peculiar en L’Isle-de-Noé, y una modesta chambre d’hôtes (Barran). El espíritu peregrino manda hoy.

Hasta Barran la mayor parte del Camino discurre sobre asfalto, por lo que resulta idóneo para los peregrinos en bicicleta. De Barran a L’Isle es mucho más cómodo y rápido seguir la D943, ya que el GR da más vuelta, tiene bastante pendiente y va por algún tramo encajado que dificulta el paso.

El GR recorre por asfalto un tramo del bosque comunal de Auch; sin embargo, podemos aprovechar las sendas paralelas que recorren el bosque (por ejemplo su primera entrada a la derecha), al menos durante 1 km. No tiene pérdida.

En la aproximación a Barran se ha modificado el Camino, que antes iba hacia el sur bordeando las granjas de Malard, Berrin y Marsan, todo el tiempo sobre pequeñas vías asfaltadas, y ahora se desvía al norte antes de descender a Barran. El GR actual es 1 km más largo.

Pese a no estar cuidada como se merecería, es uno de los pueblos más bonitos del Gers, y también de la Vía Tolosana. Junto al río (al llegar, rodeando la muralla a mano izquierda), cuenta con un área de descanso con vistas y cisnes. De lo mejorcito del Camino.

La bastida mantiene un lienzo de muralla en el frente norte, con un arco y un puente sobre el antiguo foso que la rodeaba. La gran plaza del halle está configurada por un buen número de edificios con soportales, con el mercado cubierto en el medio. De la iglesia de Saint-Jean-Baptiste (s. XIII-XVI), de tres naves góticas muy esbeltas, destaca sobremanera su torre, rematada en un chapitel girado, que una leyenda atribuye al enamoramiento de su artífice, transitoriamente enajenado. Por este motivo, la localidad forma parte de la asociación europea de las torres helicoidales.

Reviste considerable peligro la salida de Barran por la D943, con 1 km sin arcén.

Muchos camiones de gran tonelaje, para evitar el pago de las autopistas, utilizan la D939 y cruzan L’Isle-de-Noe. La situación está generando un constante riesgo para peatones y ciclistas a la entrada al núcleo, pues los pasos son estrechos y en algún punto apenas existe arcén. Apurad para pasar cuanto antes el mal trago, son 600 m.

Para una comida o merienda campestre, resulta ideal el extenso parque público del château, que además de fuentes cuenta con wc.

En la amena confluencia de los ríos Petite y Grande Baïse, la villa aparece ornada de paseos arbolados y parques, entre ellos el inmediato al château de los condes de Noé, de 1756, ahora propiedad municipal. En el barrio del hospital aún se puede identificar el antiguo edificio del Hospital de Saint-Jacques, fundado en el s. XIII.