Etapa 20: Asson - Arudy | Al Loro

Distancia: 
19,5 km
Duración: 
5 h 30 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
3

Etapa muy bonita y sin dificultades especiales, aunque un tanto rompepiernas por las dos subidas y bajadas que amenizan el final de la misma.

Además de disfrutar de los paisajes bearneses, con granjas, prados y pequeños bosques, hoy deberemos prestar especial atención a las señales del GR, pues el recorrido presenta numerosos giros y bifurcaciones.

Salvo en Bruges, en cuya plaza principal hay un par de bares y alguna tienda, el resto de localidades por donde pasaremos son pueblos pequeños que carecen de servicios. Arudy, final de etapa habitual, es una villa que dispone de restaurantes, comercios, un hipermercado y diferentes alojamientos.

Quien no tenga previsto pernoctar en Arudy puede seguir el trazado oficial del GR-78 en dirección hacia Sévignacq-Meyracq, Bescat y Buzy. La bifurcación está señalizada mediante una baliza o cilindro de madera a la salida del pueblecito de Sainte-Colome; a partir de allí, tanto el GR como el camino hacia Arudy están perfectamente indicados.

El nombre proviene del bearnés Mielh-haget o Mielh-faget que significa textualmente «en mitad del hayedo», pues hace 900 años aquí sólo había un refugio de peregrinos perdido en medio del bosque.

El camino pasa ante la iglesia de Saint-Michel; fue construida por el vizconde del Béarn Gastón IV el Cruzado en el siglo XII. No olvidéis visitar la cripta, situada bajo el altar y a la cual se accede por una escalera estrecha y resbaladiza; antes de bajar conviene localizar el interruptor de la luz.

Junto a la iglesia había un hospital de peregrinos que ya en el siglo XI acogía a los viajeros en su ruta hacia Compostela por el valle de Ossau. Desde aquí seguían hacia el sur por Bielle, Béost, Laruns y Gabas, donde había otro refugio importante, para cruzar el Pirineo en una dura jornada de alta montaña, con final en el antiguo hospital de Santa Cristina de Somport o en el de Secotor, cerca de Sallent de Gállego.

Al salir de Sainte-Colome veremos la bifurcación donde arranca la ruta jacobea que asciende por el valle de Ossau, variante señalizada como GR-108 y 108-A. Este camino histórico conecta con Aragón ya sea por el Col de Peyrelue (o Puerto Viejo de Sallent, a 1.848 metros de altura) para seguir por el valle de Tena – Alto Gállego, o bien ascendiendo al Col des Moines (a 2.169 metros) y bajando desde allí hacia Astún y Somport. Es una ruta espectacular, solitaria y bien señalizada –especialmente en Francia–, sólo apta con buen tiempo y para amantes de la alta montaña.

A 2 km del camino oficial, y siguiendo el GR-108, disponemos también de la gîte Le Couvent d'Ossau (recogen y llevan a peregrinos desde el camino).

Aquí disponemos de una acogida específica para peregrinos en la casa –presbytère– del padre Pierre Sallenave, el párroco de la localidad. Es un lugar apacible y con estancias sencillas donde se mantiene la hospitalidad tradicional, que incluye cena y desayuno comunitarios.

En un palacete histórico del siglo XVII está el Musée d’Ossau, donde se explican las actividades tradicionales del valle: ganadería, explotación del bosque, canteras de mármol, manufacturas de tejidos, fabricación de sandalias, apicultura… Su colección de arqueología reúne muestras de la prehistoria pirenaica, pues en la zona se han descubierto cuevas utilizadas por tribus de cazadores durante el Paleolítico, así como numerosas sepulturas, crómlechs y dólmenes del Neolítico y la Edad del Bronce.

Muy cerca de aquí se producen los prestigiosos vinos blancos de Jurançon, elaborados con las variedades locales Gros y Petit Manseng; los secos son perfectos para acompañar pescados y mariscos, mientras que los dulzones, más estructurados y aromáticos, son el complemento idóneo del fromage de brebis, el queso de oveja de los Pirineos.