Etapa 50: Aigle - Saint-Maurice (Valais) | Al Loro

Distancia: 
17,6 km
Duración: 
4 h 30 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
3

El tramo de Aigle a Ollon es un poco complicado, y se puede realizar por la carretera del valle, y lo mismo sucede entre Ollon y el río Gryonne.

No es difícil, a la altura de Antagnes, despistarnos y seguir la carretera que baja al núcleo principal de la localidad, en vez de torcer a la derecha hacia la abadía de Salaz.

En el dominio de Salaz, antigua propiedad de la abadía, han sido instalados dos refugios techados de madera, uno de ellos abierto por los laterales, en los que, con buen tiempo, se puede dormir al fresco, aunque también está permitido instalar una pequeña tienda de campaña.

Abadía de Salaz. Dependiente de Saint-Maurice, ya existía desde el s. XI, contando con un hospital. Ahora está en manos privadas y convertida en explotación agraria con bodega.

Hay quien desde la abadía de Salaz prefiere dirigirse a Bex, población grande. Para ello basta con cruzar el río Gryonne y seguir de frente por la falda del monte de Las Salinas. Ya en Bex se toma la carretera 9, luego la 21, hasta el puente que cruza al castillo de Saint-Maurice. Se ahorran 2 km.

En la Grand-Rue hay algunos locales de comida rápida en los que se puede cenar sin gastar demasiado.

Pernoctar en la abadía de Saint-Maurice es una de las citas obligadas de la Vía Francígena en Suiza. Máxime si tenemos en cuenta que el monasterio fue un centro de peregrinación en el Medievo, y que mantiene el sentido de la acogida.

Château de Saint-Maurice (a la entrada). Un incendio destruyó la fortaleza bajomedieval, que fue reconstruida en el s. XVIII. Actualmente es un museo y centro destinado al diseño. Más info: Château de Saint-Maurice

Grotte aux Fées (Gruta de las Hadas) (a la entrada). Se sitúa justo encima del castillo, y de camino queda la torre Dufour (s. XIX). Fue la primera de Suiza en poder ser visitada (1864), y actualmente se puede realizar un recorrido de 500 m. Más info: Grotte aux Fées

En Agaunum dice la leyenda que padecieron martirio San Mauricio y otros soldados de la legión tebana, procedentes de Egipto, por negarse a renunciar al cristianismo a finales del s. III. En 380, el obispo San Théodule construyó un templo para venerar sus cuerpos, y sobre él, el rey burgundio San Segismundo fundaría el actual monasterio en 515, lo que lo convierte en el más antiguo de occidente aún en activo.

Bajo la advocación de Notre-Dame d’Abondance, en la abadía podemos entrar libremente a la iglesia del s. XVII, que conserva la torre románica (s. XI) en la que ha sido instalado un carillón de 49 campanas, el mayor de Suiza. El claustro y el tesoro forman parte del museo. Más info: Abbaye de Saint-Maurice

Bien por la tarde, o al amanecer, dado que la siguiente etapa es muy corta, es aconsejable subir hasta la Capilla de Notre-Dame du Scex, encajada en la montaña. Se accede por un sendero con escalinatas transformado en Vía Crucis, y data del s. XVII. Una estatua representa a su primer ermitaño, Saint Amé.

En la abadía se pueden adquirir las cervezas artesanales que llevan su nombre (cuatro tipos), aunque la fábrica o brasserie se encuentra en Bex.