Etapa 51: Saint-Maurice (Valais) - Martigny | Al Loro

Distancia: 
16,6 km
Duración: 
4 h
Dificultad: 
1
Paisaje: 
3

A lo largo de la etapa comprobamos que los precios desorbitados del Vaud han quedado atrás, y por aquí resultan, simplemente, elevados. Los menús del día, por ejemplo, oscilan entre 17 y 20 €.

Aunque corto, con 800 m en dos tramos, el tránsito por el arcén de la Route 21, entre La Balmaz y el desvío a la cascada de Pissevache, resulta peligroso.

Aunque la opción para dos ruedas ha sido marcada, según el recorrido oficial, por la Route 9 y más tarde por Dorénaz, a la vera del Ródano, consideramos que vale la pena seguir por el camino peatonal; sobre todo para no perderse el Bois-Noir, el paso por Evionnaz y, desde luego, la cascada de Pissevache, así como la bella aproximación a Martigny.

Agradable localidad a 1 h 30 min de la partida; dispone de café y tienda para aprovisionarse, y también de fuente y wc público. En la salida, junto al estadio de fútbol hay unas mesas bajo un porche.

La cascada de la Pissevache o Salanfe, con 116 m de altura, es el principal monumento natural de la jornada. La fuerza del salto fue utilizada para mover un molino, un mazo y una sierra, y posteriormente para producir electricidad en una central. En la parte superior una presa le ha restado gran parte del caudal originario, que se recupera cuando llueve fuerte.

El peregrino curioso podrá visitar, a la salida de la localidad, la impresionante garganta del río Trient (Gorges du Trient). Una pasarela va colgada del macizo calizo, que ha sido horadado profundamente por el rio. El recorrido habilitado es de 600 m, y al final de éste se divisa el puente de Gueuroz (1934), de hormigón armado, que es uno de los más altos de Europa y cuenta con un hermano moderno a su vera.

El albergue parroquial, instalado en una bodega abovedada bajo tierra, es uno de esos lugares en los que los peregrinos nos sentimos como en casa.

Es una ciudad con mucho ambiente, terraceo y comercio, base de operaciones para visitar esta zona de los Alpes. Cada jueves celebra un animado mercado alimentario, con productores de la región, en la Avenue de la Gare. Hay un buen supermercado Coop camino de la estación (Rue de la Poste, 3) y un Migros junto a la Place Centrale (ambos de 8:00 a 18:30, viernes hasta las 20:00, sábado hasta las 17:00, domingo cerrado).

Quien haya llegado muy temprano y tenga el culo inquieto, podrá subirse al Mont-Blanc Express, uno de los trenes de montaña más famosos de Suiza. A Chamonix tarda en llegar 1 h 30 min, pero se puede hacer un recorrido más corto, por ejemplo hasta Vallorcine (Francia), pasando por las gargantas del Trier y con vistas sobre los glaciares del mítico Mont-Blanc. Más información: Mont-Blanc Express.

En los tiempos de la antigua Roma existió una urbe, el Forum Claudii Vallensium, con un importante peso estratégico y comercial. Además del anfiteatro se conservan los cimientos de un mitraeo, la domus Minerva o unas termas, y bajo la iglesia de Notre-Dame los restos de una basílica paleocristiana.

La Fundación del coleccionista Pierre Gianadda es una maravilla. Además de su fondo galo-romano acoge una muestra de automóviles antiguos (50 vehículos) y otra de arte contemporáneo con obras de Cézanne, Van Gogh, Toulouse-Lautrec, Picasso, Calder, Miró, Chillida o Henry Moore. ¡Casi nada! Más información: Fondation Pierre Gianadda.

Educativo y entrañable resulta el Museo de los perros Saint-Bernard, que además nos introduce en la historia del paso montañoso y su hospicio. En el jardín, por supuesto, nos podremos acercar a los fieles guardianes y socorristas del puerto, que ahora llevan una vida más placentera. Más información: Barryland.

Del mismo modo que Vevey o Montreux, la ciudad se encuentra decorada con numerosas estatuas, la mayoría no figurativas. Una de las más sugerentes es el Minotauro de Hans Erni, próxima a la gare.

La destilería Morand, fundada en 1889 y que se puede visitar, fabrica aguardientes y licores de frutos muy reputados en Suiza. Más información: Morand.