Etapa 52: Martigny - Orsières | Al Loro

Distancia: 
19,5 km
Duración: 
5 h
Dificultad: 
4
Paisaje: 
3

De Bovernier a Sembrancher, las estrechas sendas de montaña de esta etapa, por momentos de escalada entre pedregales, hacen imprescindible que vayamos provistos, al menos, de un bastón. Si ha llovido resultan resbaladizas, más en otoño-invierno con la caída de las hojas, y un mayor agarre es necesario por la presencia de barrancos. No apto para personas con vértigo (seguir la carretera o tomar el tren), y mejor evitar ir solo.

Comenzamos a ascender a los Alpes y los pasos se estrechan, por lo que comienzan los problemas para los ciclistas. El primer tramo a evitar es el de la salida de Martigny al desvío a Les Valettes, siendo posible elegir la Route 21 y algunas pistas paralelas a su derecha hasta Le Broccard. El segundo tramo no apto es el que va de Bovernier a Sembrancher, un camino de cabras por el bosque. La única solución es, de nuevo, la nacional 21.

Una leyenda dice que cuando el obispo San Théodule regresaba de Roma a Martigny, al aproximarse a Bovernier se encontró con un caminante italiano, que no era otro que el diablo. Aprovechando que se había detenido en un manantial de aguas cálidas a reposar, el maligno le arrebató el báculo, pero cuando huía con él por Bovernier tropezó con un barril de vino que una mujer limpiaba, rodando calle abajo y esfumándose rabioso. Agradecido por recuperar su bastón, el obispo bendijo las viñas y el vino, anunciando que nunca faltarían en aquel valle.

Por su ubicación en la etapa, es el mejor lugar para adquirir alimentos, ya que además cuenta a la entrada con un supermercado Coop (cierra domingo). También hay un restaurante a pie de la Route 21.

A partir de Sembrancher se ha propuesto para los ciclistas remontar el valle de la Dranse por la cara este, cruzando la localidad de Chamoille. Se desemboca en la Route 21 poco antes de llegar a Orsières. Quien se aventure por la ruta de peatones, si bien no tan problemática como en los tramos anteriores, encontrará algunos pasos difíciles para salvar los torrentes.

Si el albergue parroquial estuviese cerrado, constituye una buena alternativa el Hôtel Terminus, que dispone de habitaciones compartidas.

A probar el queso raclette fabricado en la moderna quesería de Orsières, con tienda propia aunque a 1 km del centro, acompañado por un pan de Grand Entremont, que se elabora con cereales de proximidad.

La ruta del Grand-Saint-Bernard, estratégica en la época romana, adquirió una nueva relevancia cuando Napoleón, al mando de 40.000 hombres y con 5.000 caballos, la eligió en 1800 para invadir Italia. Desde el s. XIX se transformó en una carretera, que no se concluyó hasta 1893. Sin embargo, la auténtica revolución para la economía del valle llegó con el ferrocarril, que alcanza Orsières en 1910.