Estupendo. Sencillo, agradable, las gentes encantadoras, no había masificación ni "ambiente mercantil", los albergues se van modificando, modernizando, ofrecen cada vez más servicios, quizá los hospitaleros portugueses más sensibles, más humanos, más cariñosos que los funcionarios gallegos. No es caro, paisajes extraordinarios, historia y cultura la que quieras. En abril de este año, Dios mediante y con la ayuda del Santo, lo voy a repetir. Será mi número 22 (sí, 22) .Ya tengo 71 años y no sé cuánto me permitirá el Señor....