Ideas peregrinas en un Camino desde Bilbao.
La primera noticia que tuve de un Camino de Santiago que llamaban Olvidado la encontré en un libro que había en el albergue de Rionegro (del Puente). Me entusiasmó la idea, por muy hipotética e incierta que pareciera, de poder recorrer algún día un brumoso itinerario rescatado de un tiempo anterior a que el Camino fuera El Camino. Entonces no imaginaba que ese Camino pudiera resultar tan esquivo conmigo.
Tardé en decidirme y llegado el momento, prácticamente con un pie en el estribo del tren y la mochila colgada del hombro, antes de poder iniciar la marcha todo se fue al garete por la irrupción imparable de un bichito decidido a triunfar en el mundillo de la enfermedad y el sufrimiento. Despertaba la primavera de 2020 y ante mis narices me robaron el mes de abril, como a Sabina. El de abril, el de mayo y alguno más. Me tuve que quedar en casa, como todos. Pero para mi ese Camino había salido del olvido y eso no tenía vuelta atrás.
El testimonio de quienes lo recorrían suponía una llamada. Eran escasos. No demasiados pero cada vez más numerosos. La creciente afluencia de nuevos pasos removía la niebla que velaba la visión de un Camino que ya iba siendo recordado. Surgía una imagen de contornos difusos con la que se pretende recobrar la memoria de un tiempo anterior a la fiebre mercantilista que casi todo lo abarca. La magia perdida que muchos ansían recuperar.
Sin embargo los relatos recientes reflejaban otras facetas del cuadro final e iban quedando al descubierto las cortantes aristas de la realidad. Largas etapas con escasos alojamientos asequibles para el caminante solitario. Localidades mayormente vaciadas de habitantes y añosos los que todavía permanecen. Servicios de restauración y apoyo bajo mínimos, más mínimos que los que se suelen señalar durante una huelga en el transporte público capitalino fuera de la hora punta.
¿Era esa la magia de aquellos tiempos heroicos que yo no viví? ¿Encontraría disponible algún pórtico de iglesia o podría cobijarme en las marquesinas de las paradas de los escasos autobuses?
Pero, según dicen, las gentes de esas tierras suplen esas carencias con un espíritu abnegado hacia el caminante. Espíritu que en nuestros tiempos, como en cualesquiera otros, siempre puede complementarse con una cartera suficientemente provista para poder acceder a los servicios ofrecidos por la economía de mercado, en la que cualquier vicisitud se puede superar sea uno turigrino accidental o peregrino vocacional.
Así durante un tiempo esas cosas iba yo barruntando…
(Esas y otras también, como la proporción entre asfalto y caminos terreros; o lo que sobre el mapa parecían maravillosas etapas por el monte que daban rodeos aparentemente innecesarios salvo para el deleite estético y, tal vez, también espiritual del caminante, lo cual yo compré inmediatamente porque no era moco de pavo en realidad.)
… esas cosas, decía, barruntaba yo mientras me decidía por una nueva fecha para iniciar ese Camino que iba regresando a la vida.
Tres años después del primer intento. De nuevo en primavera. Esta vez no iba a dejarme robar la cartera (reloj no utilizo). Ni tampoco el mes de abril, porque pensaba salir en mayo.
Pero tampoco pudo ser y otra vez se alteraron mis planes. En esta ocasión los sospechosos habituales fueron un par de caídas en la calle y los cotidianos problemas de salud. La edad, que no perdona. Y mi madre edad tiene, y mucha.
Felizmente recuperados, ella de sus dolencias y yo de mis sucesivas decepciones, esta vez si. ¿A la tercera, irá la vencida?
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Yo espero que sí.
Y de corazón sinceramente le deseo tenga éxito en su deseo-empeño.
Y ruego nos cuente, pués ese yo pendiente lo tengo.
Ultreia. Buen Camino.
Espero que sí.!! Y aqui estare esperando que me cuentes como es esta vivencia de Camino. Que mas que vivencia sera supervivencia. Porque esta pendiente para mi, pero no creo que llegue a tiempo! Por artrosis!
abrazo.
Hicimos con mi esposa desde Aguilar de Campoo en junio y estoy seguro que pese a algunos inconvenientes, lo vas a disfrutar.
Seguro que sí Papadopou.
No hay muchas cosas en la vida con premio asegurado. La constancia, sí.
Así que calza las botas, carga la mochila, aferra el bordón. Y no te olvides en el Olvidado de contárnoslo.
Ultreia
¿Y no te pasa a ti que cuando lees o escuchas los relatos de los pioneros camineros todo en ellos es deslumbramiento, sorpresa y emoción?
¿Que tras los pioneros llegan otros atraídos por los cantos de sirena, curiosos, despistados, aparecen buhoneros con pociones y crecepelos y ya en sus relatos la épica y el romanticismo se diluye, la mística desaparece y la leyenda se distorsiona?
Huye de los cantos de sirena, cálzate las botas del pionero.
Me alegro mucho de que por fin nos vayas a sacar a ese Camino del olvido con tus relatos, que seguro nos deslumbrarán, sorprenderán y emocionarán.
Buen Camino Papadopou, déjame una cerveza pagada en Cervera porque no la podremos tomar juntos
Le deseo mucha más edad a tu madre, y a ti también.
Ultreia
Indi,
+1 ... 100x100 coincido contigo.
Papadopou, ¡Buen Camino!!!!
Hola Papadopou
Saludos!!
Tengo cierto que sí!!!
Entonces, copiando una referencia de @Kalomocho, que está un tanto lejos del Foro, "reciba una 'patada virtual en el trasero' y arranques a peregrinar"!!!!
Abrazos y buen Camino!!
Eso es de Museo Gronze,...
mucho animo, salud para todos y un muy buen camino
Mis mejores deseos para ti y tu Camino. Papadopou espero nos cuentes tus vivencias pues este camino no lo tengo olvidado y si en cartera para cuando se crucen los astros y pueda.
Un abrazo y Buen Camino.
Papadopou,... es la tuya,... ¿Cuenta atrás en,...?
Abrazos,
Que el Olvidado te resulte inolvidable. Buen Camino!
Gracias a todos compañeros. Os llevaré en el pensamiento
Por la mañana, en Barcelona: ¿El Alvia que va a Bilbao? Vía 4, por allí. Gracias.
¿Qué querrá decir alvia? En el diccionario no aparece. Será el modelo de tren. Será. Con el AVE está más claro. Será porque no corre sino vuela, aunque no sea ni velero ni bergantín. Será.
Son más de las 11 y ya dejamos atrás Zaragoza. El traqueteo hace que en mi cabeza las ideas se batan a punto de nieve. ¿Cómo puede traquetear tanto un tren a 200 km por hora? Igual es que no corre tanto. Con lo que cobran por el billete tendría que fluir sobre los railes. Deben gastarlo todo en climatización para mantener a los pasajeros hibernados y que el transcurso del tiempo no haga mella en el cutis. ¡Qué frio!
Mientras el tren remonta el Ebro por la ventanilla veo desfilar multitud de gigantes de tres brazos en formación cerrada. Pero son tantos que ni Don Quijote se hubiera confundido. Bajando la cabeza y la lanza, habría reconocido: “Son molinos, amigo Sancho, solo molinos”. Todos los Sanchos del orbe cabecearíamos decepcionados ante tan evidente rendición.
No me hago ilusiones. En este Camino no espero encontrar gigantes, solo molinos zumbones. He dibujado mi itinerario antes de pisar la senda. El viaje imaginado, planificado, domesticado. ¿Sería mejor viajero, peregrino incluso, si mis pisadas fueran borrando mis propias huellas al caminar? Si anduviera libre y con cada paso fuera construyendo la propia ruta los gigantes podrían aparecer tras cada curva para entablar singular combate.
En el mundo que habito parece que no caben ya los gigantes. Antes de empezar el viaje solo soy aprendiz de viajero. Encorsetado por las rutinas que definen los días siento vértigo si no veo los quitamiedos enmarcando la carretera. ¡Qué contradicción! Pero no desespero. Algún día aprenderé a liarme la manta a la cabeza y podré recorrer los caminos sin tener en el bolsillo el billete de regreso…
… ¿Billetes? ¿Eh? Su billete, por favor. Ah, claro, es el revisor. Tenga. Perdón, este no es correcto. ¿Cómo? Este pone Santiago, para dentro de un mes. Tiene razón, disculpe, estos archivos PDF parecen todos iguales. Gracias.
Ya hemos pasado Logroño. Si el tren virara ahora a la izquierda enfilaría derecho hacia mi destino final. Esta noche dormiría en Santiago y me ahorraría un mes de caminata. Pero también perdería todo lo que recorriéndola pueda aportarme la ruta. Además no lo hará porque el destino del tren está escrito. Hacia el norte, no al oeste.
El billete que llevo en el bolsillo me autoriza para viajar de un origen a una llegada. No contempla la posibilidad de giros inesperados. Para eso están las tarifas premium de la empresa ferroviaria. El tránsito por la vida en clase turista ¿consiste en una salida y un destino sin posibilidad de alterar el recorrido? ¿Necesito una vida de tarifa premium para poder elegir?
… Decime, vos qué entendés por “premium”. ¿De pronto el revisor vosea? ¿Acaso ahora somos todos psicólogos? ¡Uf, qué pereza!
Yo quiero un viaje del que no sepa por donde me va a llevar. Pero me siento incapaz de dar un paso sin saber por dónde iré, dónde pasaré la noche y si habrá un plato de comida cuando llegue. Yo quiero un Camino que no me lleve tan solo a un lugar de Galicia, sino que también me lleve hasta bien adentro. Quiero un Camino para comerme el tarro, que suele decirse, que me llene la cabeza de ideas cuánto más peregrinas mejor porque me llevaran más lejos y más arriba. Pero también quiero que con la cadencia de mis pasos la mente se vacíe de todo y quede como un lienzo en blanco para poder pintar lo que quiera.
En fin, que ca’uno es ca’uno … y sus contradicciones. Por mucho que camino, de momento, no llego a ningún lado. Yo de mayor quiero ser peregrino. Mientras tanto, el turigrino accidental que soy a tiempo parcial disfrutará de lo que le sea dado y lo compartirá con quien tenga a bien acompañarle.
Bilbao, fin de trayecto. ¿Ya? Tempus fugit ¡Qué rápido pasa el tiempo!
Si esto es el aperitivo, ¿cómo será el postre?.
Maravilloso, Papadopou.... Buen Camino!!!!
Eso es lo que tiene un espacio liminar: tensa nuestras contradicciones, las pone en primer término y nos ayuda así a discernir: los cruces de caminos geográficos son un eco de los cruces de camino interiores.
Ostras! "Añoso" ¡ cómo suena! Percibo por momentos cómo se abre paso la esclerosis por mis músculos y articulaciones, como el tejido "maderoso" de un árbol
Al salir de la estación me acerqué a la Catedral de Santiago. Aquí al Apóstol creo que le dicen Done Jakue, Don Santiago. Quería sellar allí mi credencial para acreditar que de nuevo iniciaba la búsqueda, el viaje, la peregrinación… lo que sea que fuera: El Camino. Esperaba que los horarios que aparecían en la web fueran correctos. Lo eran, pero yo los había entendido mal y estaba cerrado. Ya sellaría en Begoña por la mañana.
La última vez que estuve ante la Catedral danzaron frente a la puerta principal un aurresku. No fue en mi honor sino para unos novios que acababan de contraer matrimonio (por tanto técnicamente, exnovios), pero quedé igual de gratamente impresionado que si me lo hubieran dedicado a mi.
Me apostaría 50 € que a la catedral de Santiago de Bilbao no se le ha llamado "Done Jakue" nunca antes de 198...
Curioso lo de la pandemia, ese bicho a mí también me pasó con la plata, la quería empezar en abril del 2020 pero luego aquel año finalmente fue un año que camine muchísimo, incluso hice la plata pero en octubre, y a los dos años conseguí hacer el olvidado, un camino que me costó mucho,que fue muy duro, pero que mereció la pena y que es de los más bonitos que ha hecho nunca, por tanto busca el hueco, saca fuerzas de flaqueza y no te lo pienses, lánzate a él, porque es un camino precioso.
Buen camino y a disfrutarlo.
Ya nos irás contando cómo están los alojamientos.
Vamos a disfrutar con tu camino Olvidado, el aperitivo ya ha sido delicioso.
Ultreia!
Lo vas a disfrutar y nosotros también Papadopou! Si este es el apertivo no quiero imagina el plato principal. Gracias por compartir con nosotros y por escribir así.
Buen Camino!
Es un mago de las palabras escritas, ¡eh!
Gracias por compartir, buen Camino y esperamos sedientos sus aportaciones!!
Abraços
Ultreia
¿Qué haces escribiendo a estas horas? ¡¡¡Venga a caminar!!!
Bonjour, João
jajajaja.
Eres un provocador
abrazos!!
?ohcered la sareicih ol is omoc odot edneitne et es éuq rop¿ secnotnE ?séver la onimac le odneicah sátse on uT¿ !oaoJ ,rev A
JAJAJAJA, muy bueno Papadopou del Olvidado!!
Parece que estais escribiendo en grego!!
Quizás en La Robla no te desvíes por León para tomar una cervezita juntos. ¡Tal vez estaremos con más Amigos de aquí en León!
Abrazos y buen Camino.
El plan es reunirme en Ponferrada con mi mujer para llegar juntos a Santiago. Creo que para ir a León no nos daran los días.
Que pena!
Por el día 02 de octubre estaré por Ponferrada. Si coincidimos, será allí a cerveza!!
Abrazos
Vaya, pensé que irías más lento.
Sí quieres yo voy!
Mi compromiso es estar en las Carbajalas el 15 de octubre.
Así, mi Camino es tranquilo y sin agobios!!
Abrazos
Yo el 2 preveo estar por Pola de Gordon. El 10 espero acabar la ruta en Villafranca y volver a Ponferrada para la reunión con mi esposa. Aún falta bastante. Iremos viendo.
Buenas tardes a todas y todos.
Soy MendiWalker desde Bilbao.
Que el manto de la Amatxu de Begoña te proteja en tu Camino hasta llegar a Santiago. Disfruta a tope Papadopau. Ya irás contando.
Ondo Ibili!
MendiWalker
Gracias, MendiWalker. Toda protección ayuda. Saludos .
ya has empezado no? que tal el primer dia?
saludos
Hola David. Pues si hoy primera etapa Bilbao Gueñes. Dormí en Balmaseda y regresé en tren para caminar sin carga el primer dia. Ya sabes que es una etapa prácticamente llana y casi toda por asfalto. Salí muy tarde de Bilbao y comí en Sodupe tranquilamente. El Albergue en Balmaseda bien: 12 €, con cocina equipada con micro, nevera, un par de fogones eléctricos y lavadora. Saludos.
Era lunes, 18 de septiembre.
El peregrino accidental se levanta temprano e inicia su Camino sin molestar a sus compañeros de albergue. Respetuoso pero accidental porque tal vez desconoce que es peregrino, bien porque nadie se lo ha dicho o bien porque no tiene diploma ni se ha sacado el carnet. Por tanto si lo fuera es por casualidad, por accidente.
Hoy en Balmaseda no tenía mérito ser respetuoso porque en el albergue ya no había nadie más. No es que ayer no hubiera otros peregrinos, fuimos tres, sino que los demás ya se habían marchado. Así pude encender las luces y hacer ruido con las bolsas de plástico sin temor a molestar a nadie. Entonces salí para ir a coger el tren…
Si, empezamos mal. Pero en mi descargo diré que si uno no se sabe peregrino no cree hacer nada censurable si toma un tren. De hecho ayer ya lo tomé para llegar a Balmaseda porque no pernocté en Bilbao. Repetimos…
El turigrino accidental (también accidental porque tampoco es consciente de serlo) aunque no se levantó pronto ni tuvo que ser respetuoso, porque no había nadie con quien serlo, tomó el tren de regreso a Bilbao para iniciar el Camino andando, como mandan los cánones.
Finalmente sí que pude estampar el sello de la Catedral en mi credencial. Como me había vencido la pereza perdí el tren y llegué más tarde de lo previsto, así que el templo ya estaba abierto. Don Santiago no me lo tendrá en cuenta, eso espero.
La salida de Bilbao, típicamente urbana. Descarté el pintoresco itinerario por la ría porque ya lo recorrí en otra ocasión y supuse que no habrían cambiado nada sustancial. Además el trayecto “oficial” parecía prometer un kilometraje menor. A cambio más tráfico, semáforos, olor a combustible. También despistes y pérdida de la ruta. En fin, lo normal.
En el Casco viejo desayuné en una pastelería fina para turistas. Me di cuenta cuando ya me había sentado a la mesa. Café au lait y croissant au beurre. ¿Dónde queda la tradición? En mi pueblo lo típico para desayunar hubiera sido cap i pota. Aquí no se, ¿unas kokotxas? Igual hasta me hubieran salido más baratas.
En el Casco viejo también había muchas tiendas de souvenirs para turistas. Cuando me perdí un poco cerca de una plaza de toros encontré a sus proveedores: bazares chinos de todo tipo de artículos uno junto al otro llenando toda la calle. El cartel de un bar cercano se jactaba de ser el Rey del Pintxo … moruno. Bilbao se ha convertido en una ciudad cosmopolita como tantas otras.
Llegando a Alonsotegui, al pasar junto al cementerio, no se porqué pensé en lo que se dice en uno de los Evangelios:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre."
Y yo andaba buscando. Me vino a la cabeza que estaría bien un compañero de viaje en el que apoyarme en los momentos difíciles, un bordón. Confía, ten fe, me dije. Y en voz alta pronuncié: “A Santiago voy. ¿Alguno se viene?”. Entonces una rama se descolgó de un gran árbol quedando al alcance de mis manos. ¡Gracias Done Jakue!
… Un momento, por favor. Paren la música. Gracias.
Casi, pero no fue esa exactamente la línea temporal de lo sucedido. Si que lo pensé tal como lo refiero, pero cuando yo pasé la rama ya estaba ahí. Probablemente antes había caído por un golpe de aire. Aunque sí que había quedado a mi alcance y yo la había visto porque la buscaba, ciertamente. La situación tal vez serviría para un debate sobre si primero fue el huevo o la gallina. ¿Alguien se anima? En cualquier caso, ya tenía bastón.
Esta mañana me despedí de Don Santiago en la ciudad y esta tarde encontré su caballo (blanco) justo antes de finalizarla. ¿Sería tan solo otra casualidad?
Muchas gracias y buenas noches.
Un placer leerte Papadopou. De los pecados leves no te preocupes pues todos los Caminos tienen sus extensiones. Muchos ánimos que la capipota y los callos te esperan a la vuelta.
Buen Camino
Uy uy uy, lo que vamos a aprender y disfrutar
De momento te pega busquigrino... accidental, claro.
Lo del "peregrino accidental" me recuerda a la película "el turista accidental" (con William Hurt y Geena Davis). Si no recuerdo mal, el protagonista escribía guías turísticas para gente que tenía que viajar por necesidad pero que pretendía que los viajes les afectaran lo MENOS posible ( y en la peli aquello se convertía en una metáfora de la actitud vital del protagonista, que no quería que la vida le "manchara")... da que pensar, no? Sobre las formas en que "diseñamos" nuestras peregrinaciones, tanto en lo jacobeo como en la vida.
Era martes, 19 de septiembre.
Balmaseda es una villa agradable. Calles empedradas, alguna casona blasonada, un puente medieval sobre el rio. El paso del tiempo lo marca la elegante melodía de un carillón que se esconde en alguna torre del pueblo. Si alguien no lo ha oído, para saber la hora puede también atender a los bocinazos de los trenes que no dejan de pasar. En la Plaza de San Severino la majestuosa iglesia preside. Frente a ella las terrazas ocupadas con las charlas de los vecinos poniéndose al día tras la jornada: “mañana tengo que acabar de recoger el lúpulo porque para el jueves dan lluvia”. Alguien llega y coloca unos altavoces. Empieza la música. Bailan y entonan alabanzas a Dios ante la indiferencia de los vecinos. Es duro el mercadeo de la fe y hay que ir a buscar a los clientes ante la misma puerta de la competencia.
A Balmaseda llegué caminando desde Gueñes. Un recorrido, continuación del de ayer, por el andadero asfaltado junto al rio. Las personas con las que me crucé iban a su paseo matinal. Pocos saludaban al que pasa. Algunos parecía que ni siquiera esperaran recibir un saludo y, sorprendidos, respondían algo ininteligible a toro pasado. Otros contestaban con un escueto ‘buenos días’ y en algún caso bajaban la mirada y no respondían nada. Buenos días… o no. No era una pregunta, era la expresión de un deseo. Luego se giraban y se extrañaban. Ayer unas mujeres se preguntaban cuando me crucé con ellas ¿un peregrino? No lleva mochila, ni la concha de los peregrinos. Pero ese palo y con esas pintas. Por aquí suelen pasar. Cada vez más.
El río Cadagua obsequiaba con un agradable rumor matinal para ir despejando las brumas del sueño. Pero había que fijarse bien porque sobre el mismo intentaba imponerse el coro de los vehículos rodados que circulaban por la carretera del primer piso, elevada a mi izquierda. Por debajo del andadero, el rio procuraba hacerse oír aumentando el fragor del agua. Fluía casi oculto a mi derecha bajo los árboles. Sobre ellos los pájaros lo jaleaban con sus trinos y al fondo, de tanto en tanto, les acompañaba el canto de un gallo dando el do de pecho. El camino que me llevaba iba siguiendo el rio. Ahora gira a la izquierda, después a la derecha. Según las vueltas que da la vida, perdón el camino, percibimos con más fuerza el ruido de los vehículos y sus motores. El ajetreo de la mecanizada vida cotidiana se nos puede hacer bastante incómodo. Según qué vueltas demos nosotros mismos en el camino atenderemos mejor al rumor del agua, al canto de los pájaros e incluso al do de pecho de algún gallo.
De Balmaseda también salí caminando. Otro largo paseo prácticamente asfaltado en su totalidad hasta Nava (de Ortunde). Bajo un sol de justicia, aunque no fue justo porque yo no había hecho nada malo. Para compensarme el Camino me proveyó de agua fresca de las fuentes y de deliciosos higos.
Bajo una de las higueras un lugareño que estaba recogiendo los frutos se quejaba de que este año eran muy malos y que casi todos estaban podridos por dentro. Los que yo cogí no. Tal vez los quisiera todos para él o bien yo tuve suerte.
Al llegar al pueblo también me encontré una pizca de Galicia antes de haberla alcanzado.
Muchas gracias y buenas noches.
(que serán buenos días porque esta noche desconectado no se podrá enviar).
Gracias por compartir tu camino con nosotros, Papadopou.
Del Camino Olvidado guardo un grato recuerdo, aunque ha sido, sin duda alguna, el más solitario de cuantos haya hecho. Buenas gentes encontrarás, conscientes del esfuerzo que haces adentrándote por esos lares. Conocí "las Merindades" y la irrepetible Colegiata de Cervatos. Si no conoces nada sobre ella, te invito a que llegues a ella como un folio en blanco.
Buen camino.
Gracias. Conozco algo de esta zona por haber venido de vacaciones en un par de ocasiones. Lo que es muy especial es Ojo Guareña y la ermita de San Bernabe que quedan relativamente cerca del Camino. Otras muchas joyas quedan demasiado lejos. Veremos que sorpresas me aguardan. Saludos.
Gracias por compartir y alimentar nuestro gusano de Camino. Una lectura muy grata. Me ha hecho añorar los andaderos del Camino Vasco.
Ánimo y Buen Camino
Era miércoles, 20 de septiembre.
Empecé temprano porque me habían prometido una etapa larga y calurosa. Al cruzar el par de caseríos que se atraviesan al principio de la ruta me acompañó el consabido coro de perros cantores (¿tendrán uno también en Viena, como el de niños?). Con su estruendo agitaron la mañana y posiblemente acabaron despertando a los moradores que todavía pudieran estar durmiendo.
Nava estaba envuelta en la niebla. Esta se fue disipando rápidamente al ir ascendiendo. Ya arriba, en el embalse, los primeros rayos del Sol retiraban delicadamente el lienzo que todavía cubría la superficie del agua y esta empezó a brillar desperezándose.
Iba probando una nueva aplicación de cartografía para comprobar su fiabilidad. Como parecía funcionar adecuadamente dejé de mirarla y, como siempre, seguí las flechas confiadamente. Estas me llevaron hasta un pequeño collado tras el cual enfilé el descenso hacia el valle. Al poco reparé en que hacia rato que no veía las tranquilizantes señales amarillas. Una consulta al soporte tecnológico puso de manifiesto que me había comido la ultima flecha, justo allí donde no había mirado. Y, casualmente, era la que invitaba a abandonar la carretera y tomar un camino que había a mano derecha según el sentido de la marcha. La sorpresa fue que según la nueva herramienta la ruta transcurría por otro camino relativamente lejos de allí aunque acababa convergiendo antes de la localidad de Arceo.
Con la nueva tecnología nos ahorramos el inconveniente de perdemos.
Con la nueva tecnología no disfrutaremos más del placer de perdernos.
(Táchese lo que no proceda).
Recuperado del despiste resultó que para continuar transitando por aquel camino había que superar una prueba de habilidad. No se trataba de ningún enigma ni acertijo, sino de abrir una valla de alambre de espino, con cadena y varios cordeles, con la que tuve que lidiar para franquearme el paso.
Superado el reto, un poco más adelante encontré un cadáver. El de un coche. Probablemente no consiguió resolver el reto de la valla de espinas y sus restos herrumbrosos se consumían a la intemperie para siempre. Lo dejé todo como estaba y me apresuré a salir de allí no me fuera a suceder lo mismo y me convirtiera en una lata a merced de los elementos. La jornada se había levantado accidentada.
El camino me llevó ante una poco destacable ermita cerca de Taranco, lugar dónde de nuevo me ladraron unos perros y donde dicen que se plasmó por escrito por primera vez la palabra ‘Castilla’. Como todo el mundo sabe, la palabra crea. Así que allí alguien dijo una vez: “hágase Castilla” y la luz se hizo, aunque algunos dicen que el documento en cuestión vale menos que un duro sevillano.
En cualquier caso, resulta curioso el detalle de que estos territorios fueran repoblados en aquellos tiempos por encargo de un tal Alfonso DosPalitos (o sea, II) que por entonces reinaba en Ovetum, que tal vez era como decían Oviedo los ilustrados de la época. Alguien podría pensar que este monarca era como el perejil de todas las salsas ya que por esas mismas fechas, año arriba año abajo, se había sacado de la manga nada menos que el Camino de Santiago.
Imaginaremos durante un rato un viajero de otro tiempo, digamos allá por el ochocientos y pico. Se pudo embarcar en algún puerto flamenco no demasiado alejado de Aquisgrán. Se dirigía a la capital de los asturianos y, pongamos, que tuviera que desembarcar en el lugar que se había llamado Flaviobriga cuando los romanos, y que hoy nosotros encontramos en un mapa como Castro Urdiales. Pudiera ser que llevara alguna misiva para el rey Alfonso y, además, ya que pasaba por aquí, que pensara en acercarse al confín peninsular para recabar noticias fidedignas sobre las luces que, se decía, habían despertado en Compostela.
Sería peregrino porque el turismo no se había inventado. Pero si entonces hubiera existido tal cosa, en la oficina correspondiente le habrían indicado que para llegar a Galicia siguiera los restos de la calzada que siglos atrás se había dirigido hacia Juliobriga, al sur de las Asturias. Pasaría por Balmaseda y por el valle de Mena, hasta el monasterio de San Emeterio en Taranco. Su abad había firmado, no hacía mucho tiempo, cartas de repoblación para defender de los sarracenos los territorios del sur del reino. Luego, si el Iberus Flumen no se había desbordado, podría continuar algo más al oeste por la antigua calzada que venía de las tierras de los que en su día fueron los blendios. Más allá, Dios diría.
¡Por Tutatis! Clamaría el peregrino.
- Perdón, ¿Tutatis?... lo siento, ha sido un lapsus debido a un exceso de lecturas de los clásicos belgas. –
¡San Remigio me proteja! ¡Qué viaje más incierto! Eso sí puede que lo exclamara un peregrino franco del siglo IX. O no, vaya usted a saber.
Si hubiera llegado un par o tres de siglos antes, eran otros tiempos. Podría haber recurrido al oráculo de Gronze, que tal vez fuera algún dios de los antiguos pobladores de las montañas, para que le desvelara si el viaje resultaría propicio. Pero eso dependería de la buena conexión que tuviera con las energías celestes durante el viaje.
Por tanto, puede que nuestro viajero consultara a los antiguos oráculos, que aún tenían predicamento; o que mirara algún mapa o lo que hubiera disponible en aquel momento; o que simplemente preguntara. Y se puso en marcha.
Hoy los oráculos tienen forma de aplicaciones para el teléfono y no les sacrificamos víctimas propiciatorias, aunque si exigen otro tipo de hecatombes. La conexión con los dioses hoy la llamamos cobertura y datos móviles.
Hoy atravesé negros bosques de robles que me han ocultado del Sol y casi no dejaban pasar la luz de lo espesos que eran. Bajo mis pies el empedrado de una calzada se conservaba como vestigio de otras vías más antiguas que por allí discurrieron alguna vez.
Muchas gracias y buenas noches.
Gracias por tu crónica Papadopou.
Que tengas muy buen Camino
Muchas gracias.
Lo que se aprende y se disfruta con tus comentarios Papadopou. Parece que lo estemos viviendo. Gracias.
Buen Camino
No te lo tomes todo al pie de la letra.
Se me acaba de ocurrir que a cualquier político con tentación de meterse en berenjenales de identidades nacionales le deberían obligar a peregrinar por esos vericuetos de Burgos.Vizcaya.Alava, a ver cuánta certidumbre de megafonía se le destinta.