Etapa 9: Torremejía - Mérida | Al Loro

Distancia: 
15,3 km
Duración: 
3 h 45 min
Dificultad: 
1

Etapa sencilla y llana, aunque con muy pocos lugares donde protegernos del sol. Al ser muy corta, dispondremos de toda la tarde para visitar Mérida.

A la salida de Torremejía el camino avanza en paralelo a la N-630; la senda se encuentra en algunos tramos muy deteriorada. Más adelante, en el kilómetro 7,2 de la etapa, nos alejamos de la carretera nacional por la derecha.

La etapa no cuenta con servicios intermedios a pie de camino. En el kilómetro 8,3 pasamos a más de un kilómetro de distancia del hotel-bar-restaurante Romero Mérida, visible junto a la nacional y la autovía; un desvío excesivo.

A la entrada por la Vía de la Plata debemos pasar bajo la N-V, por la izquierda, para ir hacia el Puente Romano; por este larguísimo puente peatonal cruzamos el río Guadiana.

Para llegar al albergue de peregrinos, pasado el Puente Romano (por la Vía de la Plata) tomamos a la izquierda el paseo de Roma, cruzamos la rotonda del Puente de Lusitania y seguimos recto 350 metros. El albergue, en un antiguo molino rehabilitado, bien visible, está entre el paseo y el río.

Con el nombre de Emerita Augusta, fue fundada el siglo I a. C. por el emperador romano Augusto, con el doble propósito de asentar a los emeritus (soldados veteranos de las legiones) y proteger el estratégico puente sobre el río Guadiana.

El conjunto arqueológico fue declarado Patrimonio de la Humanidad; es una visita asequible, pues sus principales monumentos se hallan cercanos, y junto a ellos se encuentra el magnífico Museo Nacional de Arte Romano (más información en el sitio web del museo).

Los principales monumentos de la ciudad son en su mayor parte de la época romana: el Teatro, el Anfiteatro, el Circo, el Puente sobre el río Guadiana, el Templo de Diana y el Arco de Tiberio (ambos pertenecientes al Foro), y el Acueducto de Los Milagros, junto al cual pasaremos mañana a la salida por el camino.

En la cripta de la basílica paleocristiana de Santa Eulalia de Mérida (siglos IV-XIII) —destino de peregrinaciones desde toda Europa a principios de la Edad Media— descubrimos el lugar donde estuvo enterrada la joven Eulalia (292-304), hija de una familia patricia que con sólo 12 años recibió martirio durante la persecución de Diocleciano y murió quemada en la hoguera.

A la salida de la ciudad, destacan el acueducto romano de Los Milagros y la presa romana de Proserpina, ambos a pie de camino.