Etapa 85: San Gimignano - Monteriggioni | Al Loro

Distancia: 
30,5 km
Duración: 
7 h 30 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
4

Los servicios se encuentran bastante bien distribuidos a lo largo de la etapa, aunque con menos oferta, evidentemente, en el camino oficial de Quartaia, si bien en esta localidad hay un bar-tienda.

El valle de Valdelsa, regado por el río del que toma nombre, es un espacio razonablemente bien conservado en el que los bosques de robles, sobre todo concentrados en las vaguadas, conviven felizmente con los paisajes agrarios mediterráneos.

No es una etapa fácil para los del pedal, por ninguna de las dos variantes, aunque resulta más cómoda la de Colle di Val d’Elsa. Para evitar cuestas y caminos de tierra, lo más fácil sería tomar la SP1 y luego, desde Bibbiano, el sterrato que sigue el valle hasta dicha localidad monumental (o si se prefiere, dando un rodeo por la SP36 pasando por Le Grazie).

A partir de Colle di Val d’Elsa se podría seguir el camino pedestre, con el que se confluye en Gracciano dell’Elsa, sin mayores problemas salvo en el tramo de Strove a Abbadia a Isola, donde existe un vial asfaltado alternativo.

La propuesta oficial, con las marcas azules, es bastante más incómoda, pues se va al norte, dando un montón de vueltas por las colinas, bordeando la villa de Poggibonsi. Aquí toma una carreterilla, luego atractiva senda fluvial, por la ribera del Elsa.

En la partida de San Gimignano es fácil confundirse. Dejando a mano derecha el supermercado Coop, vamos por Via Baccanella y bajamos las escaleras que conducen a una rotonda.

El Convento de Monteoliveto Minore —su calificativo sirve para diferenciarlo del «Maggiore» y del que depende, situado en Asciano, también en la provincia de Siena y benedictino— se encuentra a pie de camino, a la salida de San Gimignano. Originario del s. XIV y ampliado a mediados del s. XV, es posible acceder libremente tanto a la iglesia, con un fresco de la Crucifixión de Benozzo Gozzoli, como al claustro.

En Aiano (poco antes de la bifurcación), La Casa delle Spezie es a la vez un bar, un restaurante informal y un café-pub, dependiendo de la hora a la que pasemos. Su terraza es una bendición, y los dueños muy amables.

Pasado Aiano se cruza por un vado, con pocas piedras para saltarlo sin mojarse, el torrente Foci. Es posible que tengas tú mismo que añadir alguna piedra más, y como lleve mucha agua no habrá más remedio que descalzarse y mojar los pies.

Justo después encontramos, bien señalizada, la gran bifurcación de la jornada. El camino oficial por Quartaia, más interesante paisajísticamente y por sus valores naturales, supera en 3,7 km a la variante por Colle di Val d'Elsa, con más carretera y zonas urbanizada.

La abadía de Santa Maria Assunta en Conèo —a 200 m del camino, por el camino oficial— es de una fundación benedictina del año 1000. El templo del s. XII, de nave única y con cúpula octogonal sobre el crucero, muestra un austero ábside semicircular, únicamente decorado con una hilera de arquitos ciegos en la cornisa.

Famosa por su producción de vidrio desde el s. XIV, la localidad posee un alargado burgo alto murado. En él tienen asiento el duomo neoclásico de los santos Marziale e Alberto, el palacio del Podesta (s. XIV) o la fábrica de vidrio Boschi, convertida en museo.

Atención al recorrido urbano de Colle di Val d’Elsa, especialmente en la zona baja y hasta el río, pues no es difícil perder la traza. La App de Gronze a mano.

Saliendo de Gracciano dell’Elsa (por la variante), junto al camino se localiza la piscina termal de Le Caldane, ya utilizada por etruscos y romanos, cuyas aguas tienen propiedades terapéuticas para la piel. Ocupa un bello paraje arbolado y es de libre acceso, por lo que no es necesario pensárnoslo dos veces. ¡Al agua!

Situada tras la iglesia, la Locanda di Strove forma parte del albergue local y funciona, todo a la vez, como bar, trattoria, pizzería y tienda.

Si Monteriggioni está lleno, deseamos acortar la etapa o preferimos las estaciones intermedias, Abbadia a Isola cuenta con dos albergues instalados en el recinto de su antiguo monasterio, ¿alguien da más?

Fundado a comienzos del s. XI por la condesa Ava dei Lombardi, el monasterio de los santos Salvatore e Cirino acabó generando un pequeño burgo fortificado con su hospital de peregrinos, una «isla» que en el Medievo aparecía rodeada de lagunas palúdicas. La iglesia románica, de tres naves y triple cabecera absidal, custodia las reliquias del obispo Cirino, mártir durante las persecuciones de Diocleciano, y varias pinturas, entre ellas una pala gótica de Sano di Pietro (1476) y un fresco de la Asunción de Vicenzo Tamagni (1520).

El recinto murado, intacto con sus 14 torres cuadradas y dos puertas, la de San Giovanni y la Franca o Romea, domina desde un pequeño cerro el paso de la vía Cassia. Fue construido por los sieneses, entre 1213 y 1219, en la frontera con Firenze: una forma de mostrar los dientes.