Etapa 7: Saint-Guilhem-le-Désert - Saint-Jean-de-la-Blaquière | Al Loro

Distancia: 
22,1 km
Duración: 
6 h
Dificultad: 
4
Paisaje: 
4

Que nadie, por haber dormido mal, se confunda al salir de Saint-Guilhem-le-Désert con el GR74, que se va por la derecha a Saint-Maurice-Navacelles.

Ni siquiera en BTT os aconsejaríamos seguir el GR, pues si el ascenso por la Bout du Monde resulta vertiginoso, los descensos por los sucesivos barrancos de la jornada resultan de lo más indicado para darse un tortazo memorable. Alternativa: regresar a St-Jean-de-Fos para tomar la D141 a Montpeyroux, o bien las pistas agrarias que avanzan al pie de los derrames calizos del macizo, y de aquí la D9 a Arboras, que prosigue dibujando multitud de curvas hasta el Pas de Coulet (al final por la D1531), para descender por La Rouquette a St-Jean-de-la-Blaquière.

En el lugar existió un hospital de peregrinos. El Puit du Peyrou es un pozo comunal del s. XV, situado junto al Camino, que ha sido restaurado.

Si desde la iglesia de Le Barry seguimos en línea recta, en 10 minutos estaremos en el centro de Montpeyroux. Para regresar basta tomar hacia el NO (a mano derecha) la D141E3, que en otros 10 minutos converge con el Camino.

El Café des Hommes d’Argile es propiedad de unos artistas que han llenado sus terrazas de originales piezas. Por 9 € ofrece un reconstituyente plato del día, tipo combinado, a base de ensaladas y tarrinas. De abril a principios de octubre.

El château conserva un torreón circular medieval, pero fue reedificado en el s. XVII. Sobre el río Rovignous se alza un sólido puente de 1731, reconstruido en 1771.

Rocher des Deux Vierges. De acuerdo con una leyenda las dos hermanas de Saint-Fulcran, obispo de Lodève, se retiraron como eremitas a la cumbre de esta montaña, para así huir del mundo y estar más cerca de Dios. Dicho relato parece haber nacido para justificar el caprichoso modelado ruiniforme de la montaña, con presencia de un pitón con dos rocas, casi gemelas, que aparentan una pareja que se aproxima. En el lugar fueron levantados un castillo (s. X), del que nada queda, y la capilla de Saint-Fulcran (s. XI).

Cuando llueve, la bajada desde el Puech Bouisson, al final de la etapa, se convierte en un terreno resbaladizo muy traicionero.

La única épicerie de la localidad es Le Chêne Blanc, también con panadería, bollería y pasteles, así como vino de los productores de la localidad. Si se quiere comprar directamente una botella de vino existe la opción de ir al Domaine de La Parro (2 route de St-Privat), en el centro, donde de 17-19 h se puede visitar la bodega y participar en una degustación.

La iglesia parroquial de Saint-Jean-Baptiste, del s. XII, destaca por su ábside semicircular. Más tardío es el château (s. XV), dominado por un torreón semicircular. El compacto casco antiguo, con estrechas calles en pendiente al río y restos de murallas, se cierra sobre sí mismo en círculo.

Por la zona es posible catar los vinos del Pays d’Oc, así como los incluidos en la AOC Languedoc, creada en 1985, con 22 bodegas en Montpeyroux y 7 en Saint-Saturnin-de-Lucian. Destacan los tintos, producidos a partir de las cepas grenache, syrah, mourvèdre, cinsault y carignan.