Etapa 65: Robbio - Tromello | Al Loro

Distancia: 
29,5 km
Duración: 
7 h 15 min
Dificultad: 
2
Paisaje: 
2

En estos tramos menos frecuentados de la Francígena, pues la llanura padana espanta a muchos, prestan un impagable servicio los albergues propiedad de la Iglesia en Nicorvo y Sant’Albino de Mortara. Son austeros, pero más que suficientes para un peregrino.

La etapa es ciclable al 100%.

Desde que cruzamos el torrente y hasta después de Nicorvo el camino coincide con la SP6, que carece de arcén; por suerte no tiene mucho tráfico.

El Caffé del Ortica es un «todo en uno» que también despacha pan y focaccia, y hasta ofrece un económico plato del día del peregrino.

Para reposar o comer, han habilitado un simpático espacio, por supuesto con fuente y sombra, decorado con un mural, esculturas y hasta un poema.

Su templo data del s. XV, y en el interior posee un fresco de Ferdinando Bialetti que representa la batalla entre carolingios y longobardos, que según la leyenda daría origen a la fundación, por parte de Carlomagno, de Mortara. Reparemos también, entre otros, en la pintura mural que representa a Santiago Peregrino.

Posee, en pleno centro, varios cafés con carácter: el Reale, Port Moka (desde 1921), Santi o el bonito Caffé d’autore Eccelenza, y para acompañar los pasteles de Adriano (Corso Giuseppe Garibaldi, 78).

En el recorrido de la VF no hay parques, por lo que mejor opción para la parada puede ser la abadía de Sant’Albino (a la salida), 500 m después de la cual se sitúa un super Lidl (de 8:00 a 20:30, domingo de 9:00 a 20:00).

A pie de ruta quedan las iglesias de Santa Croce (s. XVI) y San Lorenzo (s. XIV), en estilo gótico lombardo, que contiene pinturas y esculturas de los ss. XV al XVII. También pasamos ante el clásico teatro Vittorio Emanuele II (1846).

Saliendo se encuentra la abadía de Sant’Albino, completamente restaurada en el inicio de este milenio. Aquí habría tenido lugar, en 773, la célebre batalla entre Carlomagno y Desiderio. En ella, del mismo modo que le ocurrió a Roldán en Roncesvalles, habrían perecido los condes palatinos Amile d’Auvergne y Amis de Beyre, siendo fundado el monasterio para darles sepultura. Pronto contaría con un hospital de peregrinos, pero la iglesia se desplomó en 1539, manteniéndose en pie solo el ábside románico (s. XII) y la torre (s. XIII), por lo que hubo de ser reedificada según los cánones del Renacimiento.

Numerosos carteles promocionales nos advierten que no podemos pasar por Mortara sin probar su delicatesen, que no es otra que el artesanal salame d’oca (IGP). Se dice que los judíos, para burlar a los inquisidores, crearon este embutido haciéndolo pasar por cerdo. En la actualidad, sin embargo, la proporción de oca es de un tercio, otro tercio lleva magro de cerdo y el restante grasa también porcina, quedando embutido en piel de oca. Presenta la particularidad de que se puede consumir frío o caliente. Se puede adquirir, junto al Comune, en la charcutería Guarnaschelli Angelo (Corso Cavour, 8). Más temático, y apartado de la VF, Corte d’Occa (Via Francesco I Sforza, 27) tiene sitio para degustarlo con otros productos regionales.

La zona situada tras Remondò, entre el cruce de la vía férrea y la SP596, está bastante degradada por acumulación basura, y además por aquí se apuestan las prostitutas que pretenden captar clientes de la carretera. En el margen opuesto hay más desperdicios en los alrededores de una base militar vallada.

Reviste peligro el cruce de la SP596, que circunvala Tromello, para acceder a la localidad.