Etapa 7: Porto Mougás - A Ramallosa | Recorrido

0,0

1,8 km

Se sigue la calle principal, en paralelo a la costa. Enlazamos con la carretera PO-552 y su carril bici, y en la siguiente curva tomamos una pista de tierra a la izquierda, que seguiremos hasta el camping O Muiño (que cuenta, por supuesto, con un molino con cierto aspecto manchego), en el lugar de Pedra Rubia.

1,8

2,5 km

Aquí volvemos al carril bici que va en paralelo a la carretera.

Pasamos ante el hotel-restaurante O Peñasco, y al cabo de 150 metros un mojón nos indica bajar hacia la costa para seguir un camino herboso, si bien en breve recula y vuelve a ascender a la carretera, en uno de esos casos en que sólo el paisaje justifica el mini-rodeo. De nuevo por el carril bici superamos la Punta Centinela, mientras aparecen en la distancia el cabo Silleiro y su faro. Entramos en el lugar de A Ermida, apenas cuatro casas y un restaurante, antesala de As Mariñas.

4,3

3,9 km

Pasamos ante el hotel Soremma y al cabo de unos metros (sin dejar el carril bici, a pesar que alguna flecha así lo indique) llegamos al camping Mougás, que dispone de un curioso albergue solidario para peregrinos; ambos establecimientos abren sólo de Semana Santa hasta finales de septiembre.

Atención: Dejamos atrás el camping Mougás y seguimos por el carril bici durante 650 metros; aquí debemos estar muy atentos, ya que de repente las flechas nos indican cruzar la carretera –con precaución, pues no hay paso de peatones– para comenzar la subida hacia el monte por una rampa de hormigón junto a unos chalés, que se convierte en camino de tierra, hierba y piedras, el Camiño da Portela. Cruzamos una cancela y nos enfrentamos a un trecho con pendiente del 20%, durillo si bien no excesivamente largo; así vamos ganando altura, hasta superar la cota del faro, que vemos a lo lejos, a nuestra izquierda y con el océano al fondo. Estamos sin duda en uno de los tramos más bellos, mágicos y solitarios de este camino.  

Seguimos un calzada antiquísima –tal vez sea romana– con losas de piedra, utilizada durante siglos tanto para el pastoreo del ganado como por mercaderes en carros (pues vemos algunas hendiduras en las piedras para guiar el paso de las ruedas). Pasamos otra cancela y desembocamos en una llanura con afloramientos graníticos tras la cual, siempre de frente, comienza la bajada por bosque. Llegamos a una carreterilla asfaltada y la seguimos hasta las primeras casas del barrio de Cabreiro, en la parroquia de Baredo.

8,2

3,3 km

Ahora toca seguir con atención las flechas por las calles, entre las vallas de casas y chalés.

Saldremos por el Camiño do Río Pequeño, una subida por asfalto, al final de la cual giramos bruscamente a la izquierda para seguir la carretera de Baredo (EP-2203) durante 700 metros, entre pinos y con buenas vistas sobre las islas Cíes; llegamos a una encrucijada donde giraremos a la izquierda, pasando un viaducto sobre la gran brecha excavada de la autovía AG-57. Acto seguido torcemos a la derecha, bordeando un parquecillo con una cruz y juegos infantiles, al que sigue un mirador con mesas de piedra y una pérgola, perfecto para disfrutar de la panorámica sobre Baiona y la entrada a la ría de Vigo. Siguiendo por la derecha llegamos a las casas del barrio de San Antón, la zona más elevada de Baiona, y descendemos por sus calles hacia el casco urbano.

Llegamos a una rotonda junto al campo de fútbol y, frente a éste, el cementerio. Bordeando la valla metálica del estadio encontramos la capilla de Santa Liberata. A apenas 50 metros tenemos la excolegiata de Santa María, fundada en el siglo XII por los monjes cistercienses del cercano monasterio de Oia, con portada románica y naves interiores muy interesantes.

11,5

3,0 km

El camino sigue junto al muro de la iglesia y gira enseguida por la escalinata de la bonita Rúa Manuel Valverde, que baja hacia la Praza do Consello (Ayuntamiento) y el paseo marítimo, muy concurrido y turístico. Sin embargo, las flechas nos desvían antes, pues tuercen a la derecha por la Rúa do Conde, pasando ante la fuente de Zeta y de frente por la Rúa Porta da Vila hasta el cruceiro da Santísima Trinidade, de estilo gótico y cubierto con un soberbio templete o baldaquino de piedra.

Continuamos a lo largo de la Rúa Loureiral y la Rúa do Burgo, por un recorrido intuitivo que sigue el trazado de la antigua calzada romana, en paralelo a la costa. Cruzamos un puentecillo de piedra sobre el río Baíña con un lavadero en su cauce, y tras recorrer la Rua do Cruceiro llegamos a una avenida que conecta con las autopistas; la cruzamos y entramos en el barrio de Sabarís.

14,5

1,5 km

Seguimos de frente por la Rúa da Ponte Nova, pasando un par de puentecillos de piedra (Ponte Nova y Ponte Vella) sobre sendos riachuelos; son los únicos vestigios del pasado rural de la zona, hoy totalmente urbanizada.

El recorrido nos lleva en subida por la Rúa Viso de Calvos, donde hay un santiaguiño en una hornacina, y durante unos metros de la Av. José Pereira; justo después de un hórreo de piedra giraremos bruscamente a la izquierda por el Camiño do Lindeiro, una vereda estrecha que nos deja junto a unos grupos de casas en hilera; las rodearemos por la derecha para salir a un camino de tierra en bajada, que nos lleva a una vía asfaltada por la que llegamos a la orilla del río Miñor, que es el límite entre los términos municipales de Baiona y de Nigrán. Cruzaremos el río por el magnífico puente románico de A Ramallosa, del siglo XIII y con diez ojos, en cuyo centro se levanta un cruceiro. A apenas 20 metros hay otro puente en paralelo, moderno pero bastante feo, por donde pasa la carretera de la costa hacia Vigo y su carril bici.

Mucha atención, pues nada más cruzar el puente de A Ramallosa deberemos decidir la ruta que tomaremos para entrar en Vigo, si bien a finales de 2017 todavía no había ningún cartel indicador de dicha bifurcación: de frente, o ligeramente a la derecha, siguen las flechas amarillas del camino oficial que va por el interior, por un recorrido rompepiernas con escasas satisfacciones; la otra posibilidad es girar a la izquierda, en paralelo al río y al carril bici, y seguir las flechas verdes que marcan la ruta alternativa por el litoral, sin apenas desniveles y  bordeando las últimas playas de este camino.

En caso que tengamos previsto alojarnos en el albergue privado Pazo Pías, situado en un pazo señorial y muy bonito, debemos seguir 350 metros por el camino oficial, posponiendo a mañana la decisión de qué camino tomar.

16,0