Etapa 1: Ponferrada - Las Médulas | Al Loro

Distancia: 
27,8 km
Duración: 
7 h 15 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
3

El Camino de Invierno empieza en Ponferrada, ya sea en la plaza del Ayuntamiento o desde el albergue público San Nicolás de Flüe. La bifurcación respecto del Camino Francés se halla entre ambos puntos, en una minirrotonda con un cruceiro junto a la caseta de madera de información al peregrino; hay carteles en la mediana de la calzada, y a pocos metros encontraremos el primer mojón específico de esta ruta.

Este camino es poco transitado, por lo que al empezar en Ponferrada debemos estar muy atentos para no confundirnos con las flechas del Francés, o siguiendo distraídamente a otros peregrinos. En caso de duda, la referencia más clara es que el Camino de Invierno sale por el sur de la ciudad: hay que pasar primero un puente sobre la vía del tren y acto seguido cruzaremos el puente medieval sobre el río Boeza.

La etapa que planteamos es factible para cualquier senderista medianamente preparado. Los que salgan tarde de Ponferrada, así como quienes duden de sus fuerzas, pueden pernoctar en el albergue de Villavieja, en una corta etapa de 16,1 km. Por contra, los más fuertes tienen la opción de alcanzar Puente de Domingo Flórez, en una dura etapa de 35,9 km.

Hoy encontramos servicios de restauración en todas las localidades, excepto en Villavieja y en Borrenes (el bar cerró en 2021).

La parte más dura –y también la más bonita– de la etapa es la subida a Villavieja, en la que ganamos 240 metros de desnivel en 3 km. Por el contrario, la ascensión final a Las Médulas es muy tendida.

Dicha subida a Villavieja puede resultar muy dura para los ciclistas, con puntos en que deberán empujar la bici; una buena opción para ellos es tomar la carretera N-536.

A 1,8 km pasado Santalla del Bierzo, donde el camino sale a la nacional N-536, el itinerario traza un rodeo, ascendiendo a Villavieja y al castillo de Cornatel para después bajar de nuevo a la carretera. Los ciclistas suelen tomar dicha carretera N-536 hacia la derecha, ahorrándose con ello la subida y casi 3 km; pero no recomendamos esta opción a los peregrinos a pie, pues es una carretera peligrosa y revirada, sin apenas arcén, y además nos perderíamos varios tramos preciosos.

Los que pernocten en el albergue de peregrinos deberán avisar previamente de su llegada. Al no disponer el pueblo de servicios, deberemos llevar provisiones; el albergue sí cuenta con una cocina equipada.

Apenas 1 km tras salir de Villavieja pasaremos junto al imponente castillo de Cornatel, fortaleza templaria construida entre los siglos IX y XVI, situada sobre un promontorio rocoso. La visita es gratuita para los peregrinos, y además nos estamparán en la credencial un bonito sello (información en la web del Ayuntamiento de Priaranza del Bierzo).

Pueblo pequeño y turístico, es la principal puerta de entrada al espacio natural de Las Médulas, declarado Patrimonio de la Humanidad; se trata de una singular formación de montículos de tierra rojiza, restos de una enorme mina de oro a cielo abierto de tiempos del Imperio romano. El sistema de explotación que utilizaban es sorprendente, como nos explicarán en el Aula Arqueológica o en las visitas guiadas (ver info y horarios en la web del Centro de Recepción de Visitantes).

Si pernoctamos en Las Médulas, podremos aprovechar la tarde –ya sin mochila– para dar un paseo por la Senda de las Valiñas y visitar la Cuevona y la Encantada, en un recorrido muy agradable de 3 km, con la posibilidad de prolongar la caminata hasta el mirador y las galerías de Orellán; en este caso serían unos 6 km en total y con fuerte desnivel, por un precioso bosque de robles y castaños.

La gastronomía del Bierzo es extraordinaria; destacan en especial sus vinos tintos, las carnes ahumadas, los embutidos, frutas con denominación de origen como la manzana reineta o la pera conferencia, diferentes elaboraciones con castañas… Aquí los amantes de la buena mesa gozarán con platos contundentes como el botillo berciano, el cocido o los pimientos asados, todos ellos perfectos para superar los rigores invernales.