Etapa 3: Poladura de la Tercia - Pajares | Al Loro

Distancia: 
13,5 km
Duración: 
5 h 15 min
Dificultad: 
4
Paisaje: 
5

Debemos afrontar la jornada con precaución y, a ser posible, en compañía, pues discurre por una zona montañosa (con dos collados a 1.568 y a 1564 metros de altitud) y de una soledad absoluta. Aunque por su altitud no cabría hablar propiamente de «alta montaña», la etapa presenta muchas de sus características: nieblas matinales, temperaturas bajas y posibilidad de nevadas a partir de octubre y hasta finales de la primavera. Se desaconseja totalmente acometer este recorrido si hay avisos de frío intenso o nevadas copiosas.

Hemos calificado la etapa con cuatro estrellas de dificultad en el supuesto de meteorología favorable, pero si las condiciones meteorológicas se tuercen (lluvia, niebla, nieve) el grado de dificultad sería superior.

Además de cuestas agotadoras y bajadas de gran pendiente, el terreno irregular no permite avanzar rápido, de ahí las más de 5 horas de camino (a un ritmo medio) para los 13,5 km; es una etapa para tomarla con calma, haciendo paradas y disfrutando del paisaje.

El recorrido está bien señalizado, aunque hay que estar siempre atentos; si nos perdemos, deberemos volver atrás hasta la última señal e intentar localizar de nuevo la siguiente. En los tramos por prados de montaña muchas estacas han sido sustituidas por piruletas amarillas rematadas por una flecha o una vieira, para poder distinguirlas cuando la hierba está alta.

Prados en subida, roquedos, nieve en las cimas de la cordillera, más prados en bajada… Vacas, caballos, águilas, buitres… Silencio total… Y durante el descenso bosques de robles, algún hayedo, castaños enormes… ¿Qué más se puede pedir? Sólo queda avistar un oso (de hecho estamos en un área de protección de la especie), pero eso sería casi un milagro.

A 2,6 km tras salir de Poladura llegaremos a la cruz o báculo de San Salvador (o de los Romeros), situada en el Cantu la Tusa, cresta rocosa a 1.454 metros de altitud; fue colocada en 2012 por un grupo de entusiastas de este camino, entre ellos su principal promotor, Jose Antonio Cuñarro (Ender), al objeto de guiar nuestros pasos en este punto crucial de la etapa. La panorámica desde aquí sobre el valle de la Tercia es maravillosa.

Pasaremos junto a la colegiata de Santa María de Arbás, bella iglesia románica situada en un punto estratégico, donde ya en el siglo XII existía un hospital de peregrinos. Su fundación está envuelta por la leyenda del buey y el oso, cuyas figuras aparecen en la portada del templo; por desgracia no siempre está abierto para visitar su interior. Enfrente, al otro lado de la nacional, disponemos de una fuente de agua fresquísima.

Hay una cafetería en el antiguo Parador, a pie de la carretera N-630 (laborables de 9:00 a 15:00, sábados y domingos de 10:00 a 20:00, cierra los martes).

La imagen del antiguo Parador de Turismo ha quedado en la retina de miles de familias, pues durante décadas era parada obligada en los desplazamientos entre la Meseta y el Cantábrico; fue construido en 1953 por el régimen de Franco y contaba con 33 suites, un lujoso restaurante y decenas de salones con chimeneas. Tras dos cierres sucesivos en 1979 y 2004, parece que será rehabilitado; de momento funciona la cafetería.

Sería una locura bajar, desde el Puerto de Pajares, al pueblo de Pajares por la carretera, pues no hay arcén entre la calzada y el guarda-raíl, y los coches, camiones y motos circulan a gran velocidad, trazando las curvas al límite. Incluso en caso de lluvia o extremo cansancio, evitad la tentación de ir por dicha carretera N-630, bajo ningún concepto.

Al llegar al puerto de Pajares giraremos, siguiendo la señalización, a mano derecha en ascenso, hacia una torre de alta tensión (subida de apenas 25 metros de desnivel); aunque pueda parecer un rodeo, es la única manera de evitar varias curvas muy peligrosas de la carretera. Durante este tramo seguiremos la línea imaginaria que separa las provincias de León y Asturias, y que corresponde a la divisoria de aguas de la cordillera Cantábrica; tras cruzar una portilla entramos en la Comunidad Autónoma del Principado de Asturias, donde comienza nuestra bajada.

300 metros después de cruzar la carretera llegamos a una curva donde hay la bifurcación: la pista principal continúa a la izquierda en dirección a San Miguel del Río, mientras que a la derecha sale un sendero hacia el pueblo de Pajares. De seguir por el camino en dirección a San Miguel del Río, disponemos de una segunda opción (también señalizada) para ir a Pajares, mucho más cómoda para las bicis.

Quien no tenga intención de comer o pernoctar en el pueblo de Pajares, puede tomar el camino (bien señalizado) que lleva directamente a San Miguel del Río (sin servicios) y desde allí seguir hasta Llanos de Somerón, donde hay un albergue privado; de Poladura a Llanos de Somerón son 19,5 km.

En el bar-pensión El Mirador podemos encargar la comida o la cena (conviene avisar el día anterior, martes cerrado). El albergue de Pajares no dispone de cocina (sólo máquina con snacks, café y refrescos), y hace años que la hospitalera ya no sirve comidas.

Son muy típicos los suspiros de Pajares (o de Payares, en asturiano), unas galletas tradicionales a base de mantequilla clarificada, huevo, harina y azúcar.

Esta zona de montaña, a caballo entre León y Asturias, es conocida por sus embutidos y por platos como la caldereta de cordero estofado o las truchas con tocino. Entre los postres destacan las torrijas y los borrachinos, a base de miga de pan, huevo y rehogados en vino o sidra.