Etapa 27: Navarrenx - Aroue | Al Loro

Distancia: 
19,7 km
Duración: 
5 h
Dificultad: 
1
Paisaje: 
3

Dejando atrás Castetnau-Camblong, el camino está mal saneado en el entorno boscoso por el que cruzamos el arroyo Lausset, y cuando llueve se convierte en un lodazal.

Al llegar a Aroue por la D11, con bastante tráfico, los coches bajan a toda pastilla, por lo que conviene no apartarse de la mínima senda paralela existente, que desaparece tras la granja Bohoteguia y hasta el cruce.

El sector comprendido entre Castetnau-Camblong y Lacorne, al discurrir por un bosque en el que hay que cruzar varios arroyos, es el que presenta mayores problemas, pero no es aconsejable perdérselo. La alternativa: seguir la D815 y luego la D115 a Lacorne.

Otro paso incómodo es el tobogán de bajada a Aroue, en llegada a la D11, pero se trata de un tramo muy corto. Es posible obviarlo si descendemos 500 m antes, tras el desvío a la Maison Torttua, hacia la carretera.

Si desde el cruce de Aroue prolongamos la marcha hasta Landaco, 2,6 km más, podremos pernoctar en su granja ecológica, en la que se practica la permacultura. Dispone de un albergue de donativo (ved su ficha en la siguiente etapa).

Parada casi obligada, además por original, es la fábrica de patés Jean Haguet, situada en Lacorne a pie de ruta. En un cubierto están a nuestra disposición, en régimen de libre servicio, todas sus especialidades, y avisando también dispensan bebidas.

Antes de llegar a Cherbeys y el río Saison, 300 m al sur del GR se eleva el sobrio château de Mongaston. Tuvo su origen en una torre fuerte o donjon del s. XII, erigido por Gaston II Moncade, transformada en palacio durante el s. XVI. Por el torreón poligonal adosado asciende la escalera de caracol.

No hay panadería, ni tienda, ni bar, incomprensible en un fin de etapa. Los albergues del lugar han paliado el vacío instalando mini-tiendas, ofreciendo la cena de menú o concertándola en un restaurante próximo con traslado. Nadie se va a quedar con el estómago vacío, tranquilos.

La iglesia de Saint-Étienne solo conserva una pequeña parte de su fábrica medieval románica, así los fragmentos de una portada en el acceso a la sacristía. En una mocheta aparece un hombre sosteniendo una gran piedra cilíndrica, que algunos identifican con los torneos de la fuerza vasca (harri-jasotze), y en el friso ¿una escena de caza?

Las especialidades vascas hacen acto de presencia, y hoy en particular los patés de la región, aderezados con el famoso pimentón dulce de Espelette (AOP) o picantes.