Etapa 18: Moissac - Auvillar | Al Loro

Distancia: 
21,4 km
Duración: 
5 h 45 min
Dificultad: 
3
Paisaje: 
3

Atención en la salida de Moissac, porque no hay señales del GR ni de otro tipo.

El GR por las colinas tiene un mal comienzo, pues una vez que se deja atrás el canal es obligado cruzar la D813, realmente peligrosa.

Las cuestas por la ruta de las colinas, aunque cortas en distancia, son duras y exigentes, con zonas que pueden estar encharcadas o embarradas en la proximidad de los regatos que bajan del monte.

Aunque pasar de largo por Auvillar sería algo imperdonable, dado que la etapa es bastante corta y fácil si se elige el canal (18,1 km), se podría prolongar al menos hasta Saint-Antoine-de-Pont-d’Arratz o Villeneuve (26,3 o 27,7 km), o incluso hasta Flamarens (30,9 km). De este modo, al día siguiente podríamos disponer de más tiempo para visitar a fondo Lectoure. Cada quien decide.

Variante del canal des Deux-Mers. La tentación de los canales, con sus paseos arbolados con plátanos y perfil plano, es inmensa para los peregrinos. Tanto es así que la variante gana por goleada a la ruta oficial, que se aleja del valle a través de un terreno quebrado con tres colinas que es preciso subir y bajar con cuestas de aúpa, y el personal no está por la labor. A lo anterior hay que sumar que la variante es más corta, 2,3 km menos, aunque acaso un tanto monótona. Las ventajas del GR estriban en que el paisaje es ameno, y pasa por pueblos como Boudou y Malause, el segundo de los cuales dispone de todo tipo de servicios.

Si se va por el canal no hay ningún problema, pero la variante por las colinas no es en absoluto recomendable para las bicicletas, ya que discurre por varias sendas en pendiente con problemas de agua y barro.

Una señora nos sella la credencial y enseña amablemente la iglesia, que antiguamente fue capilla del castillo.

Se puede comprar en su tienda Vival (cierra domingo y lunes desde las 12:00) o en la boulangerie (horario de mañana de 6:30 o 7:00 a 13:00, con cierre la tarde de domingo y todo el lunes), ambas situadas junto a la iglesia. Más alejada queda la charcutería.

Quien no desee pasar por Pommevic, puede continuar 500 m por el canal y cruzar después el puente. El ahorro es insignificante.

En la localidad, donde han señalizado el pueblo con carteles propios del Camino, se puede recoger la llave de su iglesia en el bar.

El albergue municipal es uno de los mejores de su género en el Camino de Le Puy; si vamos a pernoctar en éste tenemos antes que pasar a registrarnos y pagar en la Oficina de Turismo.

Acogida de peregrinos, en la iglesia de Saint-Pierre, de mayo a septiembre (de 14:00 a 18:00). Misa de lunes a sábado a las 18:00, y después nos obsequian con una bebida y algo dulce.

Un estupendo lugar para pasar parte de la tarde es la Place du Chateau, privilegiado mirador arbolado sobre La Garonne provisto, además, de una zona de picnic.

El mercado, que sigue utilizando el histórico halle circular, se celebra la mañana del domingo.

Tiene tanto la boulangerie Le Fournil d’Altivillare (de 6:30 a 19:00, domingo desde las 7:00 solo mañana, miércoles cerrada, en temporada alta el martes), como el super Vival (de 7:00 a 19:00, domingo de 8:00 a 12:30 salvo en julio y agosto, que también abre por la tarde), realmente bien surtido para lo que es habitual en este tipo de tiendas de proximidad, ambos próximos a la torre de l’Horloge, en la salida del Camino.

Desde 1994 forma parte de la asociación Les Plus Beaux Villages de France, y sus méritos están a la vista en el cuidado casco histórico, que tiene por corazón la place de la Halle y conserva un buen número de edificios medievales construidos en canto de río, ladrillo y madera (así en las rues des Nobles y Obscure). Varias galerías de arte y talleres de ceramistas contribuyen a revitalizar el conjunto.

Canal des Deux Mers. El nombre lo recibe en razón a la unión del Canal de Garonne, que es el que recorremos y tiene 195 km, con el Canal du Midi, conocido de los peregrinos de la Vía de Arles, de suerte que entre ambos, que se juntan en Toulouse, comunican Burdeos y el Atlántico con Sète y el Mediterráneo. Dado que el Garonne era ya navegable, su canal lateral no fue construido hasta el s. XIX, con fin de obra en 1856. Esta ruta es recorrida, sobre todo, por cicloturistas.