Hoy nos introducimos en el departamento del Lot y, llegando a Figeac, en la antigua provincia del Quercy (del pueblo galo de los cadurques), por la que vamos a transitar varios días. El paisaje se torna menos severo, más mediterráneo, con mayor presencia de terrenos cultivados, pequeñas poblaciones cuidadas, edificios construidos en piedra caliza… Entre los valles del Lot y el Célé no hay nada que llame especialmente la atención, a no ser la capilla de Guirande o la iglesia de Saint-Félix, pero Figeac —la única ciudad merecedora de tal nombre desde Le Puy— nos compensará con creces: su extenso casco medieval, en el que se tributa el debido homenaje a Champollion, hijo ilustre, constituye un auténtico deleite para los sentidos.
